El Holocausto como pol¨¦mica literaria
La negativa de las editoriales alemana y francesa de Martin Amis a publicar su nueva novela, una s¨¢tira sobre la Shoah, reabre el debate sobre los l¨ªmites de la creaci¨®n
La controversia por el Holocausto en la literatura ha vuelto. Y con ella algunas preguntas eternas: ?Las ideas pol¨ªticas, religiosas o morales est¨¢n por encima del arte? ?Es l¨ªcito abordar cualquier tema? ?O depende del enfoque? Planean estos interrogantes ahora debido a la ¨²ltima novela de Martin Amis, The Zone of Interest (La zona de inter¨¦s), que trata el Holocausto a trav¨¦s de la mirada de tres comandantes nazis entre el humor y el sarcasmo. Ha recibido buenas cr¨ªticas en Reino Unido, pero sus editoriales tradicionales de Alemania (Hanser) y Francia (Gallimard) han decidido no publicarla. No hablan de vetos, represalias o censura, sino de cuestiones de calidad y econ¨®micas.
Finalmente, en Francia el libro lo publicar¨¢ Calmann-L¨¦vy, la misma que hace siete a?os rechaz¨® otra obra pol¨¦mica: Las ben¨¦volas (RBA), de Jonathan Littell. En Alemania nadie se anima con el nuevo Amis... todav¨ªa. Y en Espa?a lo har¨¢ su editorial de siempre: Anagrama, en oto?o de 2015. No es la primera vez que el autor ingl¨¦s aborda este tema. Ya lo hizo en 1991 con La flecha del tiempo y en sus memorias, Experiencia, donde se?ala la importancia del genocidio jud¨ªo en su cosmovisi¨®n creativa.
Ning¨²n tema debe ser prohibido o vetado a un escritor en la ficci¨®n. Los autores deben tener sensibilidad frente a los temas que tratan. Luego vienen los matices, entre ellos, la sensibilidad o la provocaci¨®n por la provocaci¨®n. Estas fueron las reacciones entre editores, escritores y expertos espa?oles y extranjeros a las preguntas de EL PA?S.
No es la primera vez que el Holocausto causa controversia en la literatura. Hay consenso general de que sobre ¡°los malos o verdugos¡± se puede decir todo, pero sobre ¡°los buenos o v¨ªctimas¡± hay que tener m¨¢s cuidado, procedan del ¨¢mbito que sea. La desacralizaci¨®n no suele ser bien vista, aunque el tema de la Shoah ha sido abordado de varias maneras en los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n en cine y teatro.
Un texto s¨®lo debe ser juzgado por su subtexto. La pregunta que debemos hacernos no es ¡®?cu¨¢l es la historia?¡¯, sino ¡®?qu¨¦ quiere decirnos?", dice Etgar Keret
Etgar Keret, escritor israel¨ª e hijo de un sobreviviente del Holocausto, tiene claro que ¡°no deber¨ªa haber temas prohibidos. La moralidad o inmoralidad de una obra de arte nunca est¨¢ en el tema elegido, sino en el subtexto que lleva. Puedo escribir una historia racista de una tienda de dulces (en la que todos los dulces se niegan a hablar con el chocolate negro) o escribir una extremadamente moral sobre la pedofilia o un nazi. Un texto s¨®lo debe ser juzgado por su subtexto. La pregunta que debemos hacernos no es ¡®?cu¨¢l es la historia?¡¯, sino ¡®?qu¨¦ quiere decirnos?¡±, reflexiona el autor de Los siete a?os de abundancia (Siruela).
Un debate parecido se vivi¨® hace unos diez a?os con El ni?o con el pijama de rayas (Salamandra), de John Boyne. Mientras unos le acusaron de trivial y banal, otros consideraron que era una buena manera de que los m¨¢s j¨®venes entraran en un hecho hist¨®rico tan doloroso y crucial. A Sigrid Kraus, su editora en Espa?a, le interes¨® la pol¨¦mica, porque ¡°el libro pretende que la haya. Es necesario que se hable de ello porque lo habitual es que cuando se dice Holocausto la gente baje la cortina, y lo que Boyne pretend¨ªa era ense?ar el problema¡±.
Kraus no est¨¢ de acuerdo con que este sea un tema tab¨²: ¡°Debe ser parte de nuestras vidas, de nuestras conciencias. Si lo aparcamos casi como un hecho religioso no sirve de nada porque lo que se busca es que la gente se acerque a ¨¦l de todas las formas posibles. Hay que aprender de aquello¡±.
Los alemanes no suelen llevar bien las rutas literarias desacralizadoras. Lo que sienta mal, dice la cr¨ªtica y escritora Cecilia Dreym¨¹ller, ¡°es cuando un autor o una obra pretende eliminar el distanciamiento reflexivo o est¨¦tico y solo explota el aspecto m¨¢s escandaloso o lo provocador como mero modelo econ¨®mico¡±. Recuerda que una reacci¨®n parecida se vivi¨® all¨ª con Las ben¨¦volas. Una obra literaria, afirma, debe aportar alguna reflexi¨®n o postura ¨¦tica o moral para que pueda encajar en el tema. Los alemanes est¨¢n, dice, acostumbrados a enfoques como los de Martin Amis. El hito lo marc¨® en 1971 el escritor jud¨ªo Edgar Hilsenrath con El nazi y el peluquero (Maeva). Un libro de s¨¢tira mordaz sobre el Holocausto desde el punto de vista de los nazis. ¡°Al principio choc¨®, pero luego fue entendido¡±.
El rechazo reciente de la obra de Amis por parte de su editorial es un ¡°error malo y tonto¡±, asegura Werner Fuld. El cr¨ªtico alem¨¢n y autor de ensayos como Breve historia de los libros prohibidos (RBA) considera que ¡°tal enfoque equivocado de la correcci¨®n pol¨ªtica duele y niega no s¨®lo los derechos de las artes, sino los derechos de todos¡±.
Tantos a?os despu¨¦s de Adorno, s¨ª se puede escribir poes¨ªa despu¨¦s de Auschwitz, afirma Manel Martos, editor de RBA: ¡°Como lector apasionado de C¨¦line, Morand, Brasillach, Rebatet, Montherlant, Drieu la Rochelle y¡ Amis, me sorprende que el editor de todos esos colaboracionistas rechace el libro de Amis¡±.
Tal enfoque equivocado de la correcci¨®n pol¨ªtica duele y niega no s¨®lo los derechos de las artes, sino los derechos de todos", afirma Werner Fuld
¡°No siempre la literatura refleja la realidad y no siempre la sociedad est¨¢ a la altura de la literatura¡±, sentencia Patricio Pron, autor de El libro tachado (Turner). Para ¨¦l, a menudo, esos v¨ªnculos adquieren la forma de un enfrentamiento, y ese enfrentamiento, ¡°por dif¨ªcil o pol¨¦mico que sea, siempre acaba ampliando los l¨ªmites de lo que se puede decir y de lo que se puede pensar en una sociedad en un momento hist¨®rico espec¨ªfico. Y eso siempre es positivo¡±.
Entonces, ?es censura lo que ha sucedido con Amis? Sigrid Kraus y Juana Salabert, autora de Vel¨®dromo de invierno (Seix Barral), lo niegan. Ambas defienden que el editor tiene su propio gusto y la obligaci¨®n de que cada t¨ªtulo sintonice con el cat¨¢logo o el cometido de la editorial.
Lo que llama la atenci¨®n a Salabert es que ¨²ltimamente se est¨¢ poniendo mucho el acento en la voz y la mirada de los verdugos, se abandona la de las v¨ªctimas. No hay que olvidar, a?ade, que en los ¨²ltimos tiempos hay un despertar antisemita en Europa y ¡°hay que tener cuidado con lo que se dice o publica¡±.
Una cosa es el humor y otra la falta de sensibilidad o empat¨ªa que es lo primero que debe tener un autor a la hora de tratar un tema y dirigirse al lector.
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