Llamarlo infierno es un eufemismo
¡°En esta roca violan. Detr¨¢s de aquel arbusto asesinan¡±. Ese es el paisaje que se encontr¨® el periodista ?scar Mart¨ªnez en el tren que cruza M¨¦xico camino de Estados Unidos
"No hab¨ªa otra manera de cubrir esta historia¡±. ?scar Mart¨ªnez decidi¨® subirse a La Bestia,el tren que cruza M¨¦xico de Sur a Norte llevando a miles de migrantes centroamericanos cada a?o hacia Estados Unidos. Las v¨ªas sobre las que se desliza son la columna vertebral de una tragedia a la que Mart¨ªnez admite no saber ya ¡°c¨®mo llamar¡±. Puede que el diccionario carezca de un t¨¦rmino para definir una realidad en la que 8 de cada 10 mujeres migrantes son violadas antes de llegar a la frontera norte, el secuestro es un peaje y en los albergues a la orilla del tren se refugian tantos compa?eros como trampas. No hay una palabra porque hace falta un trabajo como el de este periodista salvadore?o que, haciendo gala del mismo coraje que sus protagonistas, se atrevi¨® a hurgar durante varios a?os donde otros retiran la mirada.
El resultado es Los migrantes que no importan (?taca) ¡ªtraducido al ingl¨¦s el a?o pasado como The Beast (Verso)¡ª, una colecci¨®n de relatos publicados anteriormente en Elfaro.net y que se leen como la pesadilla novelada ¡ªque no ficticia¡ª en la que se ha convertido el trayecto de miles de seres humanos. ¡°Los buitres sobrevuelan la zona buscando cad¨¢veres de ganado y de personas. Aqu¨ª los huesos no son una met¨¢fora del pasado, sino de lo que est¨¢ por venir. En esta roca violan. Detr¨¢s de aquel arbusto asesinan¡±. De Arriaga a Ixtepec, de Medias Aguas y Tenosique a Lecher¨ªa y desde all¨ª hasta Nuevo Laredo, El Paso o Nogales, Mart¨ªnez sigui¨® los pasos de migrantes y coyotes entre las v¨ªas del tren en las que se juegan la vida, congelados en la niebla de las monta?as mexicanas y amenazados por asaltos de los carteles que han convertido los sue?os de los migrantes en su tercera fuente de financiaci¨®n gracias a un sistema impune de secuestros.
Mart¨ªnez asegura en conversaci¨®n telef¨®nica desde El Salvador que s¨®lo pod¨ªa conocer esta realidad si hac¨ªa ese mismo recorrido. All¨ª encontr¨® que la labor de los coyotes ha cambiado. ¡°Los buenos ya no tienen la opci¨®n de seguir si¨¦ndolo. Tienen que pagar su deuda con los Zetas o entregar cargamento humano¡±, escribe. Los coyotes cobran a los emigrantes 7.500 d¨®lares por llevarlos hasta cualquier parte de EE?UU. La Bestia, afirma, ¡°es para los migrantes de tercera¡±. Ellos valen lo que el n¨²mero de tel¨¦fono de un familiar que pueda enviarles los 1.500 d¨®lares que costar¨¢ cruzar cuando lleguen a la frontera. ¡°Ese es el dinero que buscan los Zetas¡±.
Son "migrantes de tercera". Valen lo que el n¨²mero de tel¨¦fono de un familiar que pueda enviarles los 1.500 d¨®lares que costar¨¢ cruzar
En la tierra que el padre Solalinde le describi¨® como ¡°el cementerio de los sin nombre¡±, Mart¨ªnez documenta ¡°los secuestros que no importan¡±, los que llevan a cabo los Zetas ¡°a plena luz del d¨ªa¡± para esconder a sus v¨ªctimas despu¨¦s ¡°en naves que conoce todo el mundo, incluidas las autoridades¡±. El viaje de los migrantes es, en sus palabras, ¡°como el de un gato herido que debe atravesar un criadero de perros: quiere salir lo m¨¢s r¨¢pido y silenciosamente posible¡±.
¡°El sufrimiento que atraviesan durante el trayecto no se cura f¨¢cilmente. Los inmigrantes no se mueren sin m¨¢s, resultan heridos, tiroteados o acuchillados hasta la muerte. Las cicatrices de este viaje no s¨®lo marcan sus cuerpos, son mucho m¨¢s profundas¡±, escribe Mart¨ªnez. ¡°Muy pocos piensan en el trauma de las miles de centroamericanas que son violadas. ?Qui¨¦n cuida de ellas?¡±. El salvadore?o habla de la joven embarazada de siete meses violada hasta abortar, para despu¨¦s ver a su beb¨¦ morir a golpes y que a¨²n pudo huir a pie de sus agresores. De las miles de adolescentes explotadas en prost¨ªbulos conocidos tan bien por las autoridades como por sus propios captores. ¡°Me hablan como si en realidad fueran dos personas¡±, escribe el reportero acerca de las ¡®esclavas invisibles¡¯. ¡°Como si una de ellas manejara a la otra, como si el cuerpo que vende sexo a los hombres fuese una marioneta que ellas solo ocupan o emplean de manera temporal¡±.
El escritor salvadore?o fue testigo de un asalto armado al tren en el que resultaron asesinadas tres personas, otras tres fueron heridas y tres m¨¢s secuestradas. ¡°Despu¨¦s no hubo ni una sola menci¨®n en la prensa. No apareci¨® ni la polic¨ªa ni el Ej¨¦rcito. Y nadie puso una denuncia¡±. Para las v¨ªctimas, acudir a la polic¨ªa es ¡°como pedir agua al enemigo¡±, explica Mart¨ªnez. ¡°Tienen raz¨®n para creerlo, se puede masacrar muy c¨®modamente a los migrantes en M¨¦xico¡±.
El Gobierno document¨® en seis meses de 2009 m¨¢s de 10.000 secuestros. Las v¨ªctimas del camino no denuncian. Las autoridades no acusan. El director de una prisi¨®n mexicana le cuenta por qu¨¦ conseguir¨¢ hablar con el principal asaltante en La Arrocera: ¡°Te va a contestar porque no est¨¢ acusado de ning¨²n crimen grave. Aqu¨ª no tenemos criminales. Los que hay est¨¢n acusados de violaciones, asesinato o robo. Pero ninguno por tr¨¢fico de drogas¡±.
Para Mart¨ªnez, el futuro de esta realidad es igual de oscuro que su presente. ¡°Si me preguntan si se puede desmantelar a los c¨¢rteles, mi respuesta es que s¨ª. ?Podemos reforzar la seguridad para que el trayecto de los migrantes sea m¨¢s digno? S¨ª. ?Creo que esto va a pasar? No¡±. ¡°Falta voluntad pol¨ªtica y de quienes tienen la responsabilidad de cuidar a esa gente¡±, dice apuntando directamente a los gobiernos centroamericanos. ¡°No elevan la voz para no cortar la v¨ªa de exportaci¨®n que m¨¢s contribuye a su PIB: los seres humanos¡±.
El tambi¨¦n escritor Francisco Goldman se pregunta en el pr¨®logo por qu¨¦ La Bestia no fue publicado en M¨¦xico ¡ªen Sur+ Ediciones¡ª hasta dos a?os despu¨¦s de ver la luz en Espa?a. ¡°Quiz¨¢ porque es un espejo de un M¨¦xico casi demasiado depravado, grotesco y cruel para creerlo¡±. Mart¨ªnez subi¨® al tren en ocho ocasiones, caminando a pie con los migrantes cuando las v¨ªas promet¨ªan la muerte. Su calidad como escritor es s¨®lo equiparable a su coraje para narrar ¡°el viaje a trav¨¦s del infierno¡±, en palabras de Goldman, ¡°porque incluso llamarlo infierno es un eufemismo¡±.
Los migrantes que no importan. En el camino con los centroamericanos indocumentados en M¨¦xico. ?scar Mart¨ªnez. Icaria. Barcelona, 2010. 272 p¨¢ginas. 15 euros.
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