El nuevo apocalipsis

En 1965, Peter Watkins dej¨® estupefactos a los responsables de la BBC que le hab¨ªan encargado una pel¨ªcula sobre la amenaza nuclear con The war game, mediometraje en formato de falso documental que ni siquiera llegaron a emitir por la presi¨®n del temeroso gobierno. Corr¨ªan tiempos oscuros, la Guerra Fr¨ªa amenazaba y la posibilidad del relato, hiperrealista, con un ataque nuclear de la URSS que acababa enfrentando a la propia poblaci¨®n entre s¨ª, era muy palpable. Ahora, en 2014, con el Estado Isl¨¢mico arrancando cabezas, la pol¨¦mica nuclear iran¨ª y el ¨¦bola salido de madre, ver otra pel¨ªcula brit¨¢nica como Mi vida ahora,drama apocal¨ªptico con bombas nucleares, aguas envenenadas y contagios, provoca que resuenen los ecos de aquel impacto de Watkins y cala hasta lo m¨¢s hondo, a pesar de que arranca bastante mejor de lo que termina.

?Kevin MacDonald, cortante realizador de documentales como Touching the void (2003) antes de convertirse en notable director de obras como El ¨²ltimo rey de Escocia o La sombra del poder, engrasa la vitalidad de su c¨¢mara para centrar su historia en el fascinante microcosmos de un grupo de cr¨ªos y adolescentes guarecidos en el campo. Ah¨ª, la placidez y el desparpajo juvenil se refugian del fin del mundo con vivaz energ¨ªa y mientras el grupo permanece unido, la pel¨ªcula est¨¢ en todo lo alto. Sin embargo, con la separaci¨®n, el periplo de las chicas del ¨²ltimo tercio, f¨ªsico m¨¢s que moral, rebaja lo conseguido. Aun as¨ª, Mi vida ahora nos escupe la desesperaci¨®n de unos tiempos a la deriva en lo econ¨®mico, lo pol¨ªtico, lo social y lo moral.