Javier Camarena, el tenor mexicano que bate marcas
El cantante, sensaci¨®n de la ¨®pera mundial, debuta en el Real con ¡®La hija del regimiento¡¯
El primer d¨ªa fueron 1,45 minutos de aplausos. El tercero, su reloj marc¨® cinco. Pero lo gordo se produjo en la segunda funci¨®n el pasado abril. Cuando el tenor mexicano Javier Camarena, tras 2,30 minutos de locura en pleno Metropolitan de Nueva York, tuvo que salir a cantar su bis en el aria de Ramiro, de La cenerentola (Rossini), Si ritrovarla io giuro. Hab¨ªa entrado en la historia junto a Luciano Pavarotti y el peruano Juan Diego Fl¨®rez, los dos ¨²nicos cantantes a los que el p¨²blico de ese teatro exigi¨® la repetici¨®n de un aria en 70 a?os de historia.
As¨ª fue como Camarena, tenor mexicano, de 38 a?os, crecido en Xalapa (Veracruz), donde muy raramente los corridos y los boleros dejan entrar el eco de una ¨®pera, se consagr¨®. Tendr¨ªa que esperar al d¨ªa siguiente para leer en los peri¨®dicos que hab¨ªa marcado un hito en el g¨¦nero.
Puede que el entusiasmo se apodere tambi¨¦n del p¨²blico en Madrid estos d¨ªas, cuando la estrella del momento l¨ªrico actual, el desafiante belcantista que ha seducido con su voz en toda Am¨¦rica y este verano en Salzburgo junto a la reina Cecilia Bartoli, se estrene en el Teatro Real con La hija del regimiento.
Ser¨¢ a partir del d¨ªa 20. Ganas no le faltan. Por dos cosas principalmente: por meterse al p¨²blico espa?ol en el bolsillo y por rendir? tributo a su tenor de referencia, Alfredo Kraus, a quien el teatro homenajear¨¢ los d¨ªas 24 y 25. ¡°?l es mi ejemplo¡±, dice Camarena poco antes de enterarse de que el cad¨¢ver del gran cantante fue velado hace 15 a?os en el mismo escenario que pisar¨¢ estos d¨ªas.
Tambi¨¦n es un lugar donde en la ¨²ltima era ha triunfado Juan Diego Fl¨®rez, el considerado hoy rey del g¨¦nero en la misma l¨ªnea belcantista que sigue Camarena. Era a Fl¨®rez a quien el mexicano tuvo que sustituir en Nueva York las noches de su triunfo. Las comparaciones son inevitables: ¡°Compartimos repertorio, pero yo por lo que creo que vive la ¨®pera y por lo que sigue siendo emocionante es por la variedad de visiones. A m¨ª me encanta escuchar el Rossini de Juan Diego. Yo no vengo a ser mejor, simplemente busco ser distinto¡±, asegura. Ech¨® de menos, sin embargo, un comentario del peruano para felicitarle por su triunfo. ¡°Despu¨¦s nos hemos visto, pero no me ha dicho nada. Yo le habr¨ªa felicitado¡±. No pretende avivar pol¨¦micas. Ambos representan el florecimiento latino en el espectro l¨ªrico. ¡°Le damos una sinceridad emocional. Nos viene del bolero. Cantamos con verdad el amor que duele y eso nos hace encontrarnos en la ¨®pera dentro de un terreno conocido¡±.
El p¨²blico del Metropolitan le pidi¨® que repitiera un aria de Rossini
No hace castillos en el aire. La vida le ha dado m¨¢s de lo que so?aba cuando quer¨ªa ser ¡°cantante cristiano¡±. Hoy m¨¢s que rezar, ya, como dice, ¡°perdido el fervor de la juventud¡± en la que confiesa haber querido ser cura, ora. ¡°Hablo con Dios, es distinto a repetir de memoria un rezo¡±. Tambi¨¦n se da por satisfecho porque sus padres, ¨¦l, t¨¦cnico de la ¨²nica central nuclear del pa¨ªs, y ella maestra de cocina, hayan entendido su ¨¦xito pese a que en un principio ve¨ªan su futuro como algo marciano. Otra cosa es su mujer, guitarrista, y sus dos hijos, ¡°con dotes para la m¨²sica¡±. En su casa de Z¨²rich viene a ser un h¨¦roe cotidiano.
No va a meterse en terrenos que no le convienen. Sigue el ejemplo de Fl¨®rez tambi¨¦n en eso m¨¢s que el de su compatriota Rolando Villaz¨®n. ¡°Aunque con el tiempo me meter¨¦ en Verdi con Rigoletto y La Traviata, seguir¨¦ con Mozart y repertorio franc¨¦s aparte del belcanto¡±. En Bellini y Donizetti es donde m¨¢s c¨®modo se encuentra. ¡°Rossini se me da, pero no es mi m¨¢ximo. Me siento m¨¢s libre con ellos¡±. Y sue?a con demostrar sus aptitudes verdianas. ¡°Debutar¨¦ con el papel del duque de Mantua, de Rigoletto, en el Liceo. Lo he ido cantando por partes, pero estoy deseando afrontarlo de una vez, de un jaloncito¡±.
Por el momento disfruta de lo que le viene. Entre otras cosas, m¨¢s proyectos con Cecilia Bartoli: ¡°Ya le dije que ni en mis sue?os m¨¢s locos, ni m¨¢s guajiros hubiese imaginado cantar con ella¡±.
Babelia
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