Altamira: dos informes, muchas dudas
Pol¨¦mica cient¨ªfica entre dos equipos de investigaci¨®n sobre la relaci¨®n entre las visitas y el deterioro de las pinturas
La apertura parcial de la cueva de Altamira?ha generado una intensa pol¨¦mica entre los cient¨ªficos que mantienen que las visitas pueden da?ar las pinturas y los que defienden que su deterioro es natural, independientemente de que est¨¦ abierta o no. El Ministerio de Cultura tiene sobre la mesa dos informes contradictorios: el primero, concluido por el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) en 2012, concluye que abrir la cueva representa un peligro; el segundo, elaborado por un equipo dirigido por el experto en conservaci¨®n Gael de Guichen,?y acabado en septiembre, asegura que las visitas, que se retomaron en febrero tras 12 a?os de cierre, no afectan a las pinturas. Ninguno de los dos informes han sido hechos p¨²blicos en su integridad hasta el momento, aunque fuentes de Cultura indicaron ayer que iban a ser difundidos en los pr¨®ximos meses.
Dado que la cueva de Altamira es Patrimonio de la Humanidad, la Unesco acaba de pedir informaci¨®n al Ministerio de Cultura, concretamente a la Direcci¨®n de Protecci¨®n del Patrimonio Hist¨®rico, sobre si existe un plan para abrir la cueva de nuevo a visitas. Justo el pasado 13 de octubre, el Comit¨¦ del Patrimonio Mundial de la Unesco public¨® su informe bianual sobre Altamira. El documento asegura que la conservaci¨®n es ¡°muy positiva¡± y que la integridad del lugar est¨¢ ¡°intacta¡±. Sin embargo, en el punto en el que enumera los factores que pueden afectar al patrimonio, el organismo internacional se?ala: ¡°Las visitas representan un factor de riesgo porque pueden cambiar los par¨¢metros ambientales¡±.
Equipos del CSIC monitorizaron la cueva en diferentes periodos entre 1996 y 2012. Hasta 2002, los estudios se realizaron con visitas y analizaron el efecto de 900 grupos de cinco personas. Durante los ¨²ltimos a?os, las investigaciones se llevaron a cabo por convenios con el Ministerio de Cultura. Sus resultados se conocieron en octubre de 2011 a trav¨¦s de la revista Science y dejaron claro que las visitas eran nocivas.?Los coordinadores de la investigaci¨®n del Consejo, Sergio S¨¢nchez-Moral y Ces¨¢reo Saiz-Jim¨¦nez, aseguran que no pueden dar a conocer los resultados de su trabajo hasta que lo haga Cultura, pero confirman que tanto el art¨ªculo de Science, titulado Arte del paleol¨ªtico en peligro: ciencia y pol¨ªtica chocan en Altamira, como un texto del libro The conservation of Subterranean Cultural Heritage, que ser¨¢ publicado en breve en el Reino Unido, recogen sus principales hallazgos.
El 'mal verde' de Lascaux
Para los investigadores que se pronuncian contra la apertura, el modelo que debe estudiarse es lo ocurrido en la cueva francesa de Lascaux. Genevieve Pin?on, directora del Centro Nacional de la Prehistoria y responsable de esta cueva y de Chauvet ¨Cque nunca ha estado abierta al p¨²blico y donde transcurre el documental La cueva de los sue?os olvidados¨C, explica: "Lascaux cerr¨® porque en las cuevas con pinturas hay dos peligros: la presencia humana y las filtraciones de agua m¨¢s o menos cargadas de materiales org¨¢nicos y de microorganismos. Fue cerrada porque padeci¨® un exceso de visitantes. Para asegurar las condiciones ¨®ptimas de la visita, se instalaron luces, lo que provoc¨® la aparici¨®n de algas llamadas 'el mal verde'. Desde su cierre, se ha realizado un control muy preciso. Actualmente las pinturas no est¨¢n amenazadas". "La experiencia de Lascaux puede servir para la gesti¨®n de todas las cuevas con pinturas", asegura por su parte No?l Coye, prehistoriador franc¨¦s, experto en esta cueva. "Las crisis clim¨¢ticas que padeci¨® desde los a?os sesenta y las respuestas han sentado las bases de la gesti¨®n de una cueva decorada".
El franc¨¦s Jean Clottes, uno de los m¨¢s conocidos prehistoriadores del mundo, precisa que hay una gran diferencia entre ¡°abierta al p¨²blico, que significa numerosas visitas, lo que es imposible por razones de conservaci¨®n¡± y ¡°que haya algunas visitas con unas pocas personas¡±. Clottes pone como ejemplo que en Lascaux, hasta el a?o 2000, entraban cinco personas al d¨ªa, durante 40 minutos, y s¨®lo durante algunos periodos al a?o. Eso s¨ª, como otros investigadores consultados, este prehistoriador considera que ¡°la conservaci¨®n tiene que ser la prioridad¡±.
Sus conclusiones son claras: no se debe abrir la cueva porque, entre otros motivos, el mayor peligro para las pinturas son unos microrganismos fot¨®trofos, esto es, que se alimentan y activan con la luz. Son los mismos que estuvieron a punto de destruir las pinturas de la cueva francesa de Lascaux en los sesenta. ¡°Algunas de las pinturas rojas del techo est¨¢n ya parcialmente cubiertas por colonias bacterianas blancas y su progreso parece claro. Por otra parte los hongos invaden el aire de la cueva, encontr¨¢ndose las concentraciones m¨¢ximas en la sala de policromos. Es decir, cualquier umbral de riesgo ya se ha superado¡±, explican.
S¨¢nchez-Moral, investigador del CSIC en el Departamento de Geolog¨ªa del Museo Nacional de Ciencias Naturales, y Saiz-Jim¨¦nez, profesor de investigaci¨®n del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas dentro del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiolog¨ªa de Sevilla, explican que ¡°el cierre de la cueva en septiembre de 2002 se decidi¨® tras un informe nuestro en el que se recomendaba cerrar y eliminar totalmente la luz porque el techo de pol¨ªcromos estaba colonizado por organismos fot¨®trofos¡±. ¡°Hab¨ªan surgido por la intensa iluminaci¨®n que recib¨ªa debido a las visitas diarias y especialmente a los trabajos de fotografiado que se hicieron durante la preparaci¨®n de la r¨¦plica (algas verdes y cianobacterias)¡±, prosiguen. ¡°Cuando nos fuimos y retiramos nuestros equipos en septiembre de 2012, esos organismos hab¨ªan disminuido pero segu¨ªan all¨ª y su reactivaci¨®n es pr¨¢cticamente segura si el techo se ilumina. Son microorganismos que pueden resistir mucho tiempo sin luz y reactivarse r¨¢pidamente tras recibir peque?as dosis de iluminaci¨®n¡±, agrega.
Poco despu¨¦s de conocerse estos datos, en diciembre de 2011, el director de Altamira, Jos¨¦ Antonio Lasheras, dijo a la agencia Efe: ¡°El cierre absoluto de un bien patrimonial tiene algo de fracaso¡±. Apenas ocho meses despu¨¦s, en agosto de 2012, el Ministerio de Cultura puso en marcha una nueva investigaci¨®n llamada Programa de Investigaci¨®n para la Conservaci¨®n Preventiva y R¨¦gimen de Acceso de la Cueva de Altamira bajo la direcci¨®n de De Guichen. Alfonso Mu?oz, director del Instituto del Patrimonio Cultural de Espa?a, explica este segundo encargo ¡°porque el trabajo del CSIC estaba muy centrado en la microbiolog¨ªa y era necesaria una investigaci¨®n global¡±.
El informe del equipo dirigido por Gael de Guichen llega a conclusiones contrarias seg¨²n refleja un resumen difundido por el Ministerio de Cultura y las declaraciones del propio investigador. Seg¨²n los hallazgos de este equipo, formado por cerca de 50 personas, los mayores peligros para la cueva son naturales y no tienen que ver con la presencia humana. Durante el periodo de estudio, se ha llevado a cabo un proyecto experimental de visitas e incluso se ha rodado un documental, El maestro en Altamira, dirigido por Jos¨¦ Luis L¨®pez Linares. El segundo informe mantiene que ¡°los procesos de p¨¦rdida de pigmento est¨¢n relacionados con varios factores: el caudal de infiltraci¨®n y condensaci¨®n, composici¨®n del agua, relieve del soporte y relaci¨®n con la red de fracturas¡±. ¡°No se ha detectado ninguna relaci¨®n evidente causa-efecto entre la presencia de investigadores y visitantes en la Sala de Pol¨ªcromos y la p¨¦rdida de pigmento¡±, se?ala el resumen difundido por el Ministerio de Cultura.
¡°Los errores en la iluminaci¨®n provocaron el cierre de la cueva en 2002¡±, explica Jos¨¦ Antonio Lasheras, director de Altamira desde 1991, quien se?ala que actualmente las visitas experimentales, de cinco personas y un gu¨ªa, se realizan con linternas y que durante el rodaje del documental se regul¨® la luz. ¡°La gesti¨®n del patrimonio tiene por misi¨®n ordenar su conservaci¨®n y uso adecuados, y puede que lo considerado antes adecuado no lo sea ahora, y al rev¨¦s. Propuse cerrar la cueva en 2002 y asumo el actual r¨¦gimen de vista p¨²blica. Desde que se cre¨®el Museo de Altamira, los cierres han sido temporales y las aperturas al p¨²blico supeditadas al control del estado de conservaci¨®n¡±, agrega Lasheras. Durante los ¨²ltimos a?os, en diferentes declaraciones a la prensa, Lasheras se ha mostrado partidario de que la cueva reciba visitas.
El investigador Lawrence Guy Straus, catedr¨¢tico del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Nuevo M¨¦xico y director del Journal of Anthropological Research, que recibi¨® en 2012 un homenaje de la Sociedad de Prehistoria de Cantabria y no ha participado en ninguno de los dos informes, afirma que ¡°sobre Altamira hay siempre pol¨¦mica por las visitas y los cierres¡±. ¡°No creo que sea conveniente para la conservaci¨®n de la cueva abrirla al p¨²blico. Es una herencia ¨²nica que tiene m¨¢s de 14.000 a?os. Cuanto m¨¢s se hable de abrir y m¨¢s se abra, m¨¢s presi¨®n p¨²blica habr¨¢ para abrir m¨¢s y m¨¢s. Hay que aprender de las lecciones del pasado. Las cuevas con arte paleol¨ªtico son muy fr¨¢giles y hay que ser muy conservadores en su gesti¨®n. Por esto hay una excelente replica de Altamira¡±.
Preguntado sobre si se han producido presiones pol¨ªticas para reabrir la cueva, Oscar Moro Abad¨ªa, c¨¢ntabro y actualmente profesor de Arqueolog¨ªa en la Memorial University of Newfoundland, responde: ¡°Sin duda¡±. ¡°Hay que que tener en cuenta que Altamira tiene un enorme valor simb¨®lico para una regi¨®n como Cantabria. Resumiendo mucho, despu¨¦s de convertirse en un s¨ªmbolo nacional, Altamira pas¨® a ser uno de los s¨ªmbolos fundamentales en el proceso de construcci¨®n de la autonom¨ªa¡±.
Cuando empez¨® el programa de visitas experimentales, dos cient¨ªficos del CSIC, Juan Manuel Vicent y Mar¨ªa Isabel Mart¨ªnez Navarrete, y la catedr¨¢tica de Prehistoria de la Complutense, Teresa Chapa Brunet, reclamaron en una carta abierta que ¡°si existen dudas, ser¨ªa deseable que se resolvieran bajo las garant¨ªas de concurrencia p¨²blica, evaluaci¨®n por pares e independencia¡±. En otras palabras, que se difundan los informes ¨ªntegros y se organice una comisi¨®n internacional independiente para decidir sobre el futuro de Altamira. El profesor Moro Abad¨ªa explica en el mismo sentido: ¡°Aunque parezca parad¨®jico, no es extra?o encontrar posiciones cient¨ªficas respetables que son aparentemente contradictorias con respecto a la reapertura de Altamira. La soluci¨®n podr¨ªa estribar en que el Ministerio de Cultura crease una comisi¨®n de expertos nacionales e internacionales que encargase los informes correspondientes y que emitiese un veredicto cient¨ªfico que fuese vinculante para la acci¨®n pol¨ªtica¡±.
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