Recobrados los pasos iniciales del Fogwill novelista
'Nuestro modo de vida¡¯ es una obra in¨¦dita y perdida durante tres d¨¦cadas
¡°La piel de Rita ol¨ªa a jab¨®n. Ella casi no se movi¨®, simulando que hac¨ªa el amor dormida, o, quiz¨¢, semidormida. Despu¨¦s tambi¨¦n Fernando se durmi¨®¡±. Al d¨ªa siguiente, todo sigue igual en la vida de esa pareja arquetipo donde se mezclan las apariencias y el ego¨ªsmo, mientras el amor ha quedado en el camino y sus vidas se dirigen hacia¡ No se revelar¨¢ aqu¨ª, pero ese transitar lo que s¨ª representa son los primeros pasos, hasta ahora desconocidos, de Fogwill, Rodolfo Enrique Fogwill (1941-2010), en la novela. Nuestro modo de vida (Alfaguara) le puso por t¨ªtulo a esta obra in¨¦dita y perdida durante 33 a?os, y recuperada cuatro despu¨¦s de su muerte. La primera novela de uno de los escritores argentinos de referencia en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Son los intersticios de la intimidad de una pareja y de la gestaci¨®n de un escritor en novelista antes de entrar en el cat¨¢logo de los provocadores y malditos. Las huellas del futuro.
No hac¨ªa mucho que Fogwill hab¨ªa salido de la c¨¢rcel, acusado de estafa por la dictadura militar de su pa¨ªs. Solo hab¨ªa publicado dos poemarios, El efecto de realidad (1979) y Las horas de citas (1980), y los cuentos Mis muertos punk (1980). Los a?os ochenta empezaban. ?l cogi¨®, en Buenos Aires, su m¨¢quina de escribir con la idea de plagiar La luz argentina, ¡°bella novela del narrador argentino C¨¦sar Aira¡±, seg¨²n reconoc¨ªa en su pr¨®logo resucitado. Pero Fogwill quer¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de los temas abordados por Aira en lo referente a la divisi¨®n entre lo privado y p¨²blico de una pareja. Pretend¨ªa explorar ¡°el l¨ªmite entre el adentro y el afuera de la obra como representaci¨®n del l¨ªmite entre el adentro y el afuera de la vida humana¡±.
Casi en un rapto de inspiraci¨®n de pocos d¨ªas, cre¨® el rastro de su futuro, aunque luego ni ¨¦l mismo se acordara de d¨®nde andaba Nuestro modo de vida. A comienzos de 1981, Fogwill envi¨® la novela a Mariana Domic Radtschenko, una chilena que hab¨ªa trabajado para ¨¦l y que la conserv¨® hasta 2011. Hoy est¨¢ en las librer¨ªas espa?olas.
Sabor, Saber, Ver, Hacer, Querer y as¨ª hasta 32 palabras que definen la construcci¨®n y deconstrucci¨®n incesante de una relaci¨®n. Cada una de esas palabras es un cap¨ªtulo que da pistas sobre lo que acontecer¨¢ en sus p¨¢ginas. Sea del adentro, sea del afuera.
Fue la primera novela que escribi¨® el autor argentino en 1980 y estuvo perdida 34 a?os
Eso escenificado en la relaci¨®n de Fernando y Rita, una pareja burguesa acomodada. Una historia creada antes de que su autor entrara en el canon latinoamericano por obras como Los pichiciegos (1983) y le endilgaran el sambenito de autor maldito. Antes, o mejor, durante, el periodo de b¨²squeda de innovaci¨®n en las formas y arquitecturas literarias, de voces que llegaran al lector para inquietar o perturbar o provocar, a ¨¦l y a todo el ecosistema del libro y la cultura; a la vez que busca ser aceptado por los lectores como su c¨®mplice.
A diferencia del anterior libro in¨¦dito de Fogwill, La gran ventana de los sue?os (2013), esta obra permite asomarse a la gestaci¨®n de un novelista, de sus primeros pasos tem¨¢ticos y estil¨ªsticos que permiten comprender mejor su creaci¨®n.
Todo gran escritor habla siempre de lo mismo, recuerda Julia Saltzmann, la editora argentina encargada de la novela: ¡°Cultiva sus temas y sus obsesiones y los trata siempre con la misma voz, que es la que aman sus lectores¡±. Las diferencias entre las obras, explica Saltzman, ¡°son entonces una cuesti¨®n de modulaci¨®n y de inflexiones, variaciones que enriquecen, que avanzan y retroceden en un mismo camino, que dan rodeos o van al punto, que se detienen a veces en un asunto m¨¢s que en otro, pero siempre son el reflejo y la construcci¨®n, capa a capa, de una identidad¡±. Es una novela completamente fogwilliana, afirma Saltzman: ¡°Novela de los objetos, de la pareja, de gente de una ¨¦poca y de un lugar y de un pa¨ªs, que los argentinos podemos reconocer y comprender. Tal vez menos rabiosa que otras, m¨¢s tersa, pero igualmente l¨²cida y sensible¡±.
Sus primeros pasos novel¨ªsticos que termina bautizando, con la vida de esa pareja, Recomenzar, Intercambiar, Acceder, Dormir¡
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.