La ternura de los monstruos

Los largos del estudio Laika, Arcadia de la stop-motion, llevan una indispensable r¨²brica en sus t¨ªtulos de cr¨¦dito: un regalo para los incondicionales de la especialidad, que desvela alg¨²n delicado detalle del proceso creativo. Si en El alucinante mundo de Norman (2012) se asist¨ªa a la laboriosa g¨¦nesis de su protagonista ¡ªdel armaz¨®n met¨¢lico hasta el personaje acabado, que abandonaba la escena por su propio pie¡ª, la propina de Los Boxtrolls sube la apuesta: dos personajes secundarios, que se han pasado la pel¨ªcula interrog¨¢ndose sobre la maldad o bondad de sus acciones, conversan y reformulan el arte de la stop-motioncomo met¨¢fora existencial, mientras a su alrededor se percibe, como una fantasmagor¨ªa, el frenes¨ª del animador moviendo sus figuras y dando forma a sus expresiones faciales. Un golpe maestro para desvelar el trabajo tit¨¢nico tras la fluidez formal de la pel¨ªcula y, al mismo tiempo, un magn¨ªfico metarrelato breve.

Graham Annable y Anthony Stacchi, experimentados en el ¨¢mbito de la animaci¨®n digital, debutan aqu¨ª en la direcci¨®n de largos, subrayando el estrecho v¨ªnculo expresivo que la animaci¨®n artesanal de modelos mantiene con una imagen de s¨ªntesis que deriva de ese tronco est¨¦tico.

Los Boxtrolls carga con el peso de no poder medirse con la insuperada excelencia de Los mundos de Coraline (2009), primera pel¨ªcula del estudio, pero su resultado es brillante.

Basada en un libro infantil de Alan Snow, la pel¨ªcula remite en su est¨¦tica a las ilustraciones del brit¨¢nico Ronald Searle para describir el pulso entre la diferencia ¡ªlos Boxtrolls del t¨ªtulo, duendes subterr¨¢neos afines a la invenci¨®n¡ª y un poder literalmente maloliente (por su apasionada apreciaci¨®n del queso). El mecanismo narrativo, con sus padres desafectos o ausentes y su cl¨ªmax final en clave steampunk, es m¨¢s previsible y convencional que las sutiles formas ¡ªaplauso para la presentaci¨®n, puramente visual, de los Boxtrolls¡ª, pero la convicci¨®n y el brillo expresivo con que se desgrana el cuento dejan en bastante mal lugar a las desganadas excursiones animadas del ¨²ltimo Tim Burton. Aqu¨ª hay ingenio, poes¨ªa y placer por renunciar al camino m¨¢s corto.