Esqueleto de una ¨¦poca pasada
La divisi¨®n entre Este y Oeste surge de entre las p¨¢ginas de los libros como peque?os trozos de aquel muro de Berl¨ªn, feo, pero monstruosamente s¨®lido
El muro de Berl¨ªn, la frustraci¨®n de la divisi¨®n de Alemania, ten¨ªa, seg¨²n los datos oficiales, 155 kil¨®metros de largo, pero en realidad era la parte visible de los 3.000 kil¨®metros del Tel¨®n de Acero que traspasaba casi toda Europa. Detr¨¢s de esta l¨ªnea divisoria, custodiada rigurosamente, 100 millones viv¨ªan en Europa del Este. Unos caminaban en marcha disciplinada como los alemanes en Berlin Alexanderplatz, pero otros prefer¨ªan el rock and roll, los pl¨¢tanos y la prensa libre, y estaban dispuestos a todo para alcanzarlos. Los alemanes de la zona Este se fugaban e incluso sobrevolaban el Muro en aerostatos para llegar al bienestar del "otro lado", donde los esperaban con los pasaportes ya confeccionados. Al mismo tiempo, los fugitivos de los pa¨ªses del Este pasaban arriesgando sus vidas por los alambres de sus fronteras y por los ojos de aguja de los servicios de inmigraci¨®n de los pa¨ªses occidentales, que los manten¨ªan meses en campamentos aislados.
Este tema dram¨¢tico es la frustraci¨®n de los ciudadanos de Europa del Este. Forma la trama de una de mis novelas, y de un guion cinematogr¨¢fico basado en ella, El perseguidor de sonidos (2008). Trata de unos j¨®venes m¨²sicos de jazz de Bulgaria y de Chequia que intentan pasar la cortina de hierro en busca de m¨¢s libertad para su arte.
Checkpoint Charlie es un restaurante de lujo en el centro de Sof¨ªa en el que sirven, sobre todo, cocina francesa
Despu¨¦s de la ca¨ªda del Muro, los alemanes se vieron todos a la vez "del otro lado" gracias a la unificaci¨®n. Mientras que nosotros, los dem¨¢s de la Europa del Este, nos quedamos en casa, donde ten¨ªamos que empezarlo todo de nuevo y casi sin ayuda. Hoy tambi¨¦n nuestro camino est¨¢ plagado de esperanzas, pero tambi¨¦n de ilusiones perdidas; de un trabajo no siempre dignamente remunerado, pero tambi¨¦n de descubrimientos nuevos, que nos dan m¨¢s seguridad y fuerza; de sue?os de los j¨®venes con una vida mejor, pero tambi¨¦n de decepciones en el mundo del mercado y la competencia libre, para el que no siempre est¨¢n preparados. Una de mis ¨²ltimas novelas, Adi¨®s, Bruselas (2012), est¨¢ dedicada a este tema que constituye un problema para miles de b¨²lgaros que han abandonado su pa¨ªs buscando una vida mejor.
El tema de la divisi¨®n entre el Este y el Oeste est¨¢ presente en casi todas las 10 novelas que tengo escritas. Para m¨ª no est¨¢ agotado ni ha perdido su importancia. Surge de entre las p¨¢ginas como peque?os trozos de aquel muro de Berl¨ªn, feo, pero monstruosamente s¨®lido como construcci¨®n. Durante 28 a?os fue el s¨ªmbolo de la prohibici¨®n de vivir conforme a nuestros propios conceptos.
Un trozo original del Muro se encuentra a unos 300 metros de mi casa como un monumento no muy acertado del totalitarismo. Y Checkpoint Charlie es un restaurante de lujo en el centro de Sof¨ªa en el que sirven, sobre todo, cocina francesa. Paso al lado sin emoci¨®n, como si lo hiciera ante los restos del esqueleto de una ¨¦poca pasada.
L¨¦a Cohen (Sof¨ªa, 1942) fue directora de la Filarm¨®nica de Sof¨ªa entre 1975 y 1979, y embajadora de Bulgaria ante la Uni¨®n Europea y la OTAN de 1991 a 2001. Es autora de La estratagema (Libros del Asteroide).
Traducci¨®n de Ani Levi.
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