El Rijksmuseum de ?msterdam completa su remodelaci¨®n

Cuatro millones de personas han visitado el Rijksmuseum de ?msterdam desde su reapertura, en abril de 2013, tras una d¨¦cada de remodelaciones que ahora concluye. La colecci¨®n permanente de cuadros de Rembrandt y Vermeer es un reclamo seguro. Tambi¨¦n lo es la luz natural de un edificio de 1885 (firmado por el arquitecto holand¨¦s Pierre Cuypers) y recuperada por sus colegas espa?oles, Antonio Ortiz y Antonio Cruz.

Pero el museo nacional no ten¨ªa una sala de exposiciones temporales, indispensable en cualquier centro de su categor¨ªa. Ya s¨ª. Es el Ala Philips, la ¨²nica que permaneci¨® abierta desde 2003 con un centenar de piezas que no pod¨ªan hurtarse al p¨²blico durante tanto tiempo. Adaptada a las exigencias actuales por los propios Ortiz y Cruz, y con una superficie de 3.500 metros cuadrados, albergar¨¢ muestras exquisitas. La primera est¨¢ dedicada a la fotograf¨ªa del siglo XX. A partir de febrero, se presentar¨¢ al Rembrandt tard¨ªo.

La puesta al d¨ªa del Rijksmuseum cost¨® 375 millones de euros, y la pareja de arquitectos sevillanos ha aplicado al proyecto del nuevo edificio las premisas del museo principal: b¨²squeda de luz natural y mezcla de antiguo y moderno. En la primera planta del Ala Philips aparecen las salas de exposici¨®n, dotadas de un dispositivo que controla el CO2 para regular el gasto de energ¨ªa. En el techo, la luz inunda todas las zonas. Wim Pijbes, director del museo, llama ¡°blanca sensaci¨®n¡± a la producida por las paredes de sus trece espacios, beneficiarios de la luminosidad lograda. En la planta baja hay una entrada a trav¨¦s del patio lateral, que da a la calle, y un restaurante. El acceso al mismo es independiente para favorecer el uso p¨²blico de las instalaciones art¨ªsticas de la Plaza de los Museos de ?msterdam, donde convergen a su vez el dedicado a Van Gogh y el de Arte Moderno (Stedelijk).

Cuesta imaginar que la reluciente Ala Philips fuera en el pasado un grupo de tres edificios construidos por el arquitecto Cuypers y su hijo, entre 1898 y 1916. Plantados en el jard¨ªn del Rijksmuseum, el m¨¢s curioso almacenaba una amalgama de pedazos de edificaciones antiguas. Guardados por Cuypers por su valor hist¨®rico, formaban un conjunto singular en el que destacaban escaleras, muros y torres de diversas ¨¦pocas rescatados del derribo. Entre ellos figura una parte de la fachada de los establos del Castillo de Breda, una fortaleza situada al sur del pa¨ªs. La primera de estilo renacentista construida en el norte de Europa, la pared es del siglo XVI, tiene 20 metros de largo y est¨¢ decorada con columnas, arcos, ventanas y puertas. Recuperada por Ortiz y Cruz, domina la nueva distribuci¨®n.

La muestra elegida para el estreno se titula Tiempos Modernos, fotograf¨ªa del siglo XX. Son 400 im¨¢genes escogidas entre las 20.000 de esa ¨¦poca guardadas en los fondos del Rijksmuseum (la colecci¨®n de fotos del XIX suma 130.000 instant¨¢neas). Podr¨¢n verse hasta enero de 2015.