Navarro Baldeweg: la arquitectura como laboratorio
Una exposici¨®n recorre tres d¨¦cadas en la obra del autor del Museo de Altamira
Frente al arquitecto que trata de marcar un lugar generando un sello reconocible ¡ªy que tanto hemos visto proliferar en las ¨²ltimas d¨¦cadas¡ª Juan Navarro Baldeweg (Santander, 1939) eligi¨® la arquitectura como laboratorio. Con el mismo peso en la historia de la pintura y la arquitectura espa?olas ¡ªgan¨® el Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas en 1990 y la Medalla de Oro de Arquitectura en 2008¡ª, este pintor y escultor fue un proyectista tard¨ªo. El autor del Museo de Altamira (2001), los Teatros del Canal en Madrid (2009) o la m¨¢s reciente Biblioteca Hertziana en Roma (2013) empez¨® a construir con 43 a?os y ha utilizado la arquitectura para indagar en la f¨ªsica. M¨¢s como pregunta que como respuesta, los proyectos de Navarro sorprenden desde la paradoja que hace percibir como ligera una b¨®veda de hormig¨®n (cuyo per¨ªmetro recorta la luz) ¡ªcomo sucede en el Palacio de Congresos de Salamanca (1992)¡ª o alcanzando objetivos contrapuestos. Es as¨ª como el Instituto del Conocimiento de Amersfoort en Holanda (2003) busca desaparecer bajo un manto de vidrio ondulante mientras que la biblioteca que concluy¨® el a?o pasado en el Palazzetto Zuccari de Roma multiplica el espacio del antiguo jard¨ªn tras el grotesco mascheroneque encierra la puerta de acceso.
As¨ª, un recorrido por 32 a?os de obras y dilemas describe a un arquitecto vers¨¢til capaz de desdecirse en cada proyecto. O de reafirmarse, porque en la muestra Un Zod¨ªaco ¡ªque ¨¦l mismo ha comisariado y que puede verse hasta el 1 de febrero en el Museo ICO de Madrid¡ª Navarro ha ordenado sus edificios en torno a los temas que considera esenciales. La luz, la gravedad, la mano y los aspectos constructivos y destructivos de la arquitectura son los pilares de su ecl¨¦ctica obra. El resto, del resultado formal a los materiales con los que est¨¢n levantados los inmuebles, es para Juan Navarro circunstancial: ¡°Una vestimenta no fundamental que depende de t¨¦cnicas o presupuestos¡±.
Una lecci¨®n de circunstancia es la Casa de la lluvia en Li¨¦rganes (Cantabria), su primera obra, construida para su hermano en 1982, que por los materiales que emple¨® ¡ªpiedra, vidrio y zinc¡ª se transforma cuando llueve. De historia y f¨ªsica es la ense?anza que ofrece el Palacio de Congresos de Salamanca, que no solo revela la admiraci¨®n de Navarro hacia algunos proyectistas del pasado (como John Soane) sino que adem¨¢s consigue que esa b¨®veda envuelta en luz comunique ligereza retando a la gravedad. Es as¨ª, con respuestas plurales y recursos contrapuestos, como tres d¨¦cadas de edificios demuestran que la respuesta que Juan Navarro Baldeweg ofrece como arquitecto es siempre una indagaci¨®n.
"He usado la libertad para los temas externos", afirma el proyectista
?Con qu¨¦ arquitecto se queda de todos los que ha sido? ¡°Creo que he usado la libertad para los temas externos, pero la esencia de mi arquitectura ha sido siempre la misma¡±, insiste. La muestra recorre esa esencia de consecuencias tan cambiantes. ¡°Mi investigaci¨®n ha sido constante. El resto es, ya digo, vestimenta¡±. ?Por qu¨¦ ha variado entonces la vestimenta? ¡°Porque la t¨¦cnica y los materiales han ido evolucionando. Tambi¨¦n he actuado por compensaci¨®n. Los materiales y los colores se pueden compensar¡±.
?Cu¨¢l es el legado de una obra tan plural? Navarro explica que, en ¨²ltima instancia, lo que busca con su trabajo es ¡°celebrar los hechos f¨ªsicos del mundo en que vivimos¡±. Lo dicho: utilizar la luz para que flote el hormig¨®n, concentrar el ornamento en una ¨¦poca de edificios ic¨®nicos o cambiar los significados haciendo aparecer y desaparecer los inmuebles ¡ªdestruyendo y recuperando¡ª.
Ese es el mensaje parad¨®jico, cambiante pero continuo, del creador a cuatro manos que es Juan Navarro Baldeweg cuando todas sus inquietudes art¨ªsticas convergen en un mismo edificio.
Babelia
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