Enemiga de su g¨¦nero

Una tradici¨®n muy tronada y felizmente superada en la historia de la comedia sol¨ªa reservar para aquellas actrices consideradas poco agraciadas el arquetipo de una feminidad bufonesca, siempre presta a perder la compostura, v¨ªa gestualidades patizambas y otras variantes, ante la presencia del gal¨¢n masculino. En su primer largo como directora, la actriz Audrey Dana somete ese arquetipo, si bien no de un claro modo intencional, a un peculiar tratamiento de choque: son actrices con los f¨ªsicos de la propia Dana, Laetitia Casta, Sylvie Testud, Isabelle Adjani y Vanessa Paradis, entre otras, quienes aqu¨ª se ponen a linamorganear (perd¨®n por el verbo) ante sus objetos de deseo, en un mosaico vergonzante que integra la peor colecci¨®n de representaciones femeninas jam¨¢s propuesta por una cineasta.

Est¨¢ claro que Dana pertenece al g¨¦nero femenino, pero no milita en ¨¦l: su pel¨ªcula no la habr¨ªa hecho mejor ni el m¨¢s irredento de los mis¨®ginos. Y no, no hay transgresi¨®n en estos romances con ventosidades y estos accesos de ninfoman¨ªa con tics: s¨®lo comedia muy mal modulada y muchas im¨¢genes que el espectador querr¨¢ borrar de su memoria.