Ellacur¨ªa vive
La influencia del fil¨®sofo y te¨®logo se mantiene en su obra 25 a?os tras su asesinato
"Ellacur¨ªa debe ser eliminado y no quiero testigos". Fue la orden que dio el coronel Ren¨¦ Emilio Ponce al batall¨®n Atlacatl, el m¨¢s sanguinario del ej¨¦rcito salvadore?o. La orden se cumpli¨® el noche del 16 de noviembre de 1989 en que fueron asesinados con premeditaci¨®n, nocturnidad y alevos¨ªa seis jesuitas y dos colaboradoras, madre e hija, Elba y Celina, esta de 15 a?os en la Universidad Centroamericana Jos¨¦ Sime¨®n Ca?as, de San Salvador (UCA). Entre los asesinados se encontraba el jesuita vasco, nacionalizado salvadore?o, Ignacio Ellacur¨ªa, rector de la UCA, disc¨ªpulo de Zubiri y editor de algunas de sus obras. Era fil¨®sofo y te¨®logo de la liberaci¨®n, cient¨ªfico social y e impulsor de la teor¨ªa cr¨ªtica de los derechos humanos, cuatro dimensiones que son dif¨ªciles de encontrar y de armonizar en una sola persona, pero, en este caso, convivieron no sin conflictos internos y externos, y se desarrollaron con lucidez intelectual y coherencia vital.
"Revertir la historia, subvertirla y lanzarla en otra direcci¨®n", "sanar la civilizaci¨®n enferma", "superar la civilizaci¨®n del capital", "evitar un desenlace fat¨ªdico y fatal", "bajar a los crucificados de la cruz" (son expresiones suyas) fueron los desaf¨ªos a los que quiso responder con la palabra y la escritura, el compromiso pol¨ªtico y la vivencia religiosa. Y lo pag¨® con su vida.
25 a?os despu¨¦s de su asesinato Ellacur¨ªa sigue vivo y activo en sus obras, muchas de ellas publicadas p¨®stumamente. En 1990 y 1991 aparecieron dos de sus libros mayores: Conceptos fundamentales de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, de la que es editor junto con su compa?ero Jon Sobrino, entonces la mejor y m¨¢s completa visi¨®n global de dicha corriente teol¨®gica latinoamericana, y Filosof¨ªa de la realidad hist¨®rica, editada por su colaborador Antonio Gonz¨¢lez, cuyo hilo conductor es la filosof¨ªa de Zubiri, pero recreada y abierta a otras corrientes como Hegel y Marx, le¨ªdos cr¨ªticamente. Es parte de un proyecto m¨¢s ambicioso trabajado desde la d¨¦cada los setenta del siglo pasado y que qued¨® truncado con el asesinato. Posteriormente la UCA public¨® sus Escritos Pol¨ªticos, 3 vols., 1991; Escritos Filos¨®ficos, 3 vols., 1996, 1999, 2001; Escritos Universitarios, 1999; Escritos Teol¨®gicos, 4 vols., 2000-2004.
En el cuarto de siglo posterior a su asesinato se han sucedido ininterrumpidamente los estudios, monograf¨ªas, tesis doctorales, congresos, conferencias, investigaciones, cursos monogr¨¢ficos, c¨ªrculos de estudio, C¨¢tedras universitarias con su nombre, que demuestran la "autenticidad" de su vida y la creatividad y vigencia de su pensamiento en los diferentes campos del saber y del quehacer humano: pol¨ªtica, religi¨®n, derechos humanos, universidad, ciencias sociales, filosof¨ªa, teolog¨ªa, ¨¦tica, etc.
Lo que descubrimos con la publicaci¨®n de sus escritos y los estudios sobre su figura es que Ellacur¨ªa tuvo excelentes maestros: Rahner en teolog¨ªa, Zubiri en filosof¨ªa, monse?or Romero en espiritualidad y compromiso liberador, de quienes aprendi¨® a pensar y actuar. Pero su discipulado no fue escolar, sino enormemente creativo, ya que, inspir¨¢ndose en sus maestros, desarroll¨® un pensamiento propio y ¨¦l mismo se convirti¨® en maestro, si por tal entendemos no solo el que da lecciones magistrales en el aula, sino, en expresi¨®n de Kant aplicada al profesor de filosof¨ªa, el que ense?a a pensar. Ellacur¨ªa parte del pensamiento de sus maestros, pero no se queda en ellos; avanza, va m¨¢s all¨¢, los interpreta en el nuevo contexto y, en buena medida, los transforma. Su relaci¨®n con ellos es, por tanto, dial¨®gica, de colaboraci¨®n e influencia mutuas. Sus obras as¨ª lo acreditan y los estudios sobre ¨¦l lo confirman.
Teolog¨ªa?
Su colega y amigo Jon Sobrino ha escrito p¨¢ginas de necesaria lectura sobre el "Ellacur¨ªa olvidado", en las que recupera tres pensamientos teol¨®gicos fundamentales suyos: el pueblo crucificado, el trabajo por una civilizaci¨®n de la pobreza, superadora de la civilizaci¨®n del capital y la historizaci¨®n de Dios en la vida de sus testigos, que Ellacur¨ªa acu?¨® con una aforismo memorable: "Con monse?or Romero Dios pas¨® por la historia". Ellacur¨ªa entiende la teolog¨ªa de la liberaci¨®n como teolog¨ªa hist¨®rica a partir del clamor ante la injusticia, establece una correcta articulaci¨®n entre teolog¨ªa y ciencias sociales y asume un compromiso por la transformaci¨®n de la realidad hist¨®rica desde los an¨¢lisis pol¨ªticos y desde su funci¨®n como mediador en los conflictos. Son tres aspectos que desarrolla Jos¨¦ Sols Lucia. El te¨®logo austriaco Sebasti¨¢n Pittl recupera la primera idea destacada por Jon Sobrino y la interpreta teol¨®gicamente: la realidad hist¨®rica de los pueblos crucificados como lugar hermen¨¦utico y social de la teolog¨ªa. Asimismo hace una lectura de la concepci¨®n ellacuriana de la espiritualidad radicada en la historia desde la opci¨®n por los empobrecidos
El resultado es una teolog¨ªa posidealista cuyo m¨¦todo no es el trascendental de sus maestros, sino la historizaci¨®n de los conceptos teol¨®gicos y el punto de partida, la praxis hist¨®rica. La teolog¨ªa de Ellacur¨ªa tiene un fuerte componente ¨¦tico-prof¨¦tico. Aplic¨¢ndole a ella la consideraci¨®n l¨¦vinasiana de la ¨¦tica como filosof¨ªa primera, bien podr¨ªa decirse que, para el te¨®logo hispano-salvadore?o, la ¨¦tica es la teolog¨ªa primera y el profetismo la manifestaci¨®n cr¨ªtico-p¨²blica de la ¨¦tica.
Filosof¨ªa
El objeto de su filosof¨ªa es la realidad hist¨®rica como unidad f¨ªsica, din¨¢mica, procesual y ascendente. De aqu¨ª emanan los conceptos y las ideas fundamentales de su pensamiento: historia (materialidad, componente social, componente personal, temporalidad, realidad formal, estructura din¨¢mica), praxis hist¨®rica, liberaci¨®n y unidad de la historia. Su m¨¦todo es la historizaci¨®n de los conceptos filos¨®ficos para liberarlos del idealismo y de la idealizaci¨®n en que suelen incurrir la filosof¨ªa y la teor¨ªa universalista de los derechos humanos. H. Samour, uno de sus mejores int¨¦rpretes y especialistas, reinterpreta al maestro relacionando su pensamiento con la realidad hist¨®rica contempor¨¢nea, al tiempo que considera la filosof¨ªa de la historia como filosof¨ªa de la praxis. Recientemente se est¨¢ desarrollando una nueva l¨ªnea de investigaci¨®n del pensamiento filos¨®fico de Ellacur¨ªa: la que hace una lectura pluridimensional con las siguientes derivaciones creativas, que enriquecen, recrean y reformulan su filosof¨ªa:
a) Su conexi¨®n con la dial¨¦ctica hegeliano-marxista, que implica analizar la concepci¨®n que Ellacur¨ªa tiene de la dial¨¦ctica, la utilizaci¨®n del m¨¦todo dial¨¦ctico en su an¨¢lisis pol¨ªtico e hist¨®rico, y la dial¨¦ctica entre historia personal -biograf¨ªa- e historia colectiva -el pueblo salvadore?o-, en otras palabras, el impacto y la capacidad transformadora de su vida y de su muerte en la historia de El Salvador (Ricardo Ribera).
b) Su conexi¨®n con la teor¨ªa cr¨ªtica de la primera Escuela de Frankfurt, que integra dial¨¦cticamente las diferentes disciplinas dando lugar a un conocimiento emancipador, as¨ª como su incidencia en la negatividad de la historia (L. Alvarenga).
c) Su conexi¨®n con la filosof¨ªa ut¨®pica de Bloch en uno de los ¨²ltimos textos m¨¢s emblem¨¢ticos de Ellacur¨ªa: "Utop¨ªa y profetismo en Am¨¦rica Latina" (Tamayo).
d) Su original teor¨ªa del "mal com¨²n" como mal hist¨®rico, la cr¨ªtica de la civilizaci¨®n del capital y las diferentes formas de superarla (Hector Samour).
e) La recuperaci¨®n filos¨®fica del cristianismo liberador (Carlos Molina).
f) La fundamentaci¨®n moral de la actividad intelectual y la relevancia del lugar de los oprimidos en los diferentes campos y facetas de quehacer te¨®rico (J. M. Romero).
Teor¨ªa cr¨ªtica de los derechos humanos
Ellacur¨ªa ha hecho aportaciones relevantes en el terreno de la teor¨ªa y de la fundamentaci¨®n de los derechos humanos. Cabe destacar a este respecto su contribuci¨®n a la superaci¨®n del universalismo jur¨ªdico abstracto y de una visi¨®n desarrollista de de los derechos humanos, y a la elaboraci¨®n de una teor¨ªa cr¨ªtica de los derechos humanos (J. A. Senent, A. Rosillo).
El pensamiento de Ellacur¨ªa no es intemporal, sino hist¨®rico, y debe ser interpretado no de manera esencialista (aun cuando algunas de sus primeras obras escritas bajo el discipulado escolar y la influencia de Zubiri tuvieron esa orientaci¨®n), sino hist¨®ricamente, en di¨¢logo con los nuevos climas culturales. As¨ª le¨ªdo e interpretado puede abrir nuevos horizonte e iluminar la realidad hist¨®rica contempor¨¢nea.
Conversi¨®n de la Iglesia al reino de Dios. Ignacio Ellacur¨ªa. Sal Terrae, Santander 1984Conceptos fundamentales de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, 2 vols.?Ignacio Ellacur¨ªa. Trotta, Madrid 1990Filosof¨ªa de la realidad hist¨®rica.? Ignacio Ellacur¨ªa. Trotta, Madrid 1991El legado de Ignacio Ellacur¨ªa. Jos¨¦ Sols Lucia. Cuadernos Cristianisme i Justicia, Barcelona 1998Cr¨ªtica y liberaci¨®n. Ellacur¨ªa y la realidad hist¨®rica.?H. Samour. ADG-N LIBROS, Val¨¨ncia 2013La realidad hist¨®rica del pueblo crucificado como lugar de la teolog¨ªa.?Sebastian Pittl. ADG-N LIBROS, 213 Ignacio Ellacur¨ªa. Utop¨ªa y teor¨ªa cr¨ªtica.?J. J Tamayo y L. Alvarenga (dirs.) Tirant lo Blanch, Val¨¨ncia 2014La lucha por la justicia. Selecci¨®n de textos de Ignacio Ellacur¨ªa, ed. de J. A. Senent de Frutos, Universidad de Deusto, Bilbao 2013
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