Gente normal
Cada vez que veo una concentraci¨®n de esos treinta?eros ilustrados y en posesi¨®n de fe que acojonan a todos los estamentos de este r¨¦gimen ?democr¨¢tico?, que sustituy¨® a la siniestra dictadura por esa dionis¨ªaca Transici¨®n que al parecer tiene ya plaza fija en los altares, tengo una sensaci¨®n muy rara. Y es que hasta un tarado c¨ªvico como yo, alguien que no ha votado jam¨¢s, actitud comprensible entre los marginales irrecuperables y los banqueros y poseedores de grandes fortunas ¡ªlos primeros porque saben que son prescindibles para cualquier gobierno, y los segundos por su certidumbre de que el poder pol¨ªtico de cualquier ideolog¨ªa lo primero que pactar¨¢ con ellos es que jam¨¢s menguaran sus beneficios, pero que revela anormalidad en alguien como yo, que aspira a tener opini¨®n propia sobre las personas y las cosas¡ª, descubre que entre la clase pol¨ªtica hay gente que parece normal (no es f¨¢cil en ese gremio), con la que podr¨ªa compartir copas y hablar de muchas cosas sin la sensaci¨®n de perder el tiempo, con la que desaparecer¨ªan mi grima y mis prejuicios enfermizos aunque su profesi¨®n, o su ilusi¨®n, o su forma de ver la vida, consista en hacer pol¨ªtica.
Siento eso al observar y escuchar a tipos que parecen normales, que entiendo lo que pretenden decir, que no denotan impostura, que tal vez solo sean excelentes actores pero que me resultan cre¨ªbles y cercanos, que rompen el tedioso y odioso arquetipo de los que se dedican a esa movida tan heroica y filantr¨®pica de conseguir poder para arreglar el mundo.
Me ocurre con Alberto Garz¨®n, Patxi L¨®pez, Albert Rivera, Borja Semper, Tania S¨¢nchez, gente as¨ª. Tambi¨¦n con el ej¨¦rcito de Podemos (excepto con Monedero, y ya s¨¦ que la cara no es el espejo del alma, pero todo en su expresividad lo asocio tendenciosamente a un comisario pol¨ªtico), aunque me sonroje cuando les oigo cantar fundidos en un abrazo ese lema tragic¨®mico de ¡°El pueblo unido jam¨¢s ser¨¢ vencido¡±. Esa certidumbre solo me emociona en las ficciones hermosas, en pel¨ªculas como Espartaco y Las uvas de la ira. Pero unido o desunido, la realidad demuestra que siempre ha sido traicionado, manipulado, explotado, derrotado. A pesar de ello, benditas sean las revoluciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.