Juan Navarro Baldeweg, premio Nacional de Arquitectura 2014
El jurado reconoce su trayectoria y contribuci¨®n transformadora
En un momento en que la arquitectura est¨¢ redefiniendo su relaci¨®n con la sociedad, ampliando su campo de actuaci¨®n y acerc¨¢ndose a una contemporaneidad no s¨®lo formal y cultural, sino tambi¨¦n social, el Premio Nacional de Arquitectura ha sido concedido a Juan Navarro Baldeweg (Santander, 1939), un proyectista at¨ªpico.
Autor del Palacio de Congresos de Salamanca (1992), el Centro Woolsworth en la Universidad de Princeton (1997), el Museo de Altamira (2001), los Teatros del Canal en Madrid (2012) o de la Biblioteca Hertziana en Roma (2013), Navarro ha sido, adem¨¢s de at¨ªpico, un proyectista tard¨ªo, alguien que ¨Ccomo sucede con buena parte de los graduados actuales¨C no pudo enfrentarse a su primer proyecto hasta cumplidos los 43 a?os. Todo ese tiempo lo aprovech¨® para investigar, para ensayar planteamientos espaciales, para -¨¦l mismo lo ha contado- ¡°tratar de hacer con el arte lo que no pod¨ªa hacer como arquitecto¡±.
As¨ª, la tercera caracter¨ªstica que define Navarro es que nunca ha renunciado a relacionar arquitectura y cultura. ?C¨®mo se relacionan en una era que ha apostado m¨¢s por lo extravagante que por lo que tiene potencial transformador? Dando prioridad a los valores no visuales, eligiendo que lo m¨¢s visible de la arquitectura sea circunstancial, ¡°un vestido que depende de la coyuntura t¨¦cnica o econ¨®mica¡±, ha descrito ¨¦l. A lo largo de 32 a?os, dedic¨¢ndose a investigar con cada proyecto, en lugar de repetir una f¨®rmula o de perpetuar un sello exitoso, ha ido construyendo su legado.
La obra de Navarro Baldeweg entiende su profesi¨®n como una indagaci¨®n continua. Por eso sus edificios resultan tan dispares. Por eso, en los ¨²ltimos trabajos los materiales de factura industrial han sustituido a los naturales con los que tan aplaudidos resultados hab¨ªa conseguido. As¨ª, se podr¨¢ discutir si todos los proyectos son igualmente acertados. Con resultados plurales es dif¨ªcil acertar siempre e imposible generar una admiraci¨®n consensuada. Con todo, los trabajos del estudio comparten la misma ambici¨®n indagadora: es un artista el que mira, un cient¨ªfico el que piensa y un arquitecto el que propone. As¨ª, la pluralidad conceptual y formal parece m¨¢s hija de una evoluci¨®n en las inquietudes y el conocimiento del autor que fruto de la uni¨®n de criterios de proyectistas diversos trabajando bajo un mismo techo.
Ya desde las primeras instalaciones que firm¨® en los a?os setenta, y desde la pintura a la que no ha cesado de dedicarse profesionalmente, Navarro ha construido una trayectoria bic¨¦fala con el mismo peso en la historia de la pintura y la arquitectura espa?olas. Aunque, curiosamente, el reconocimiento m¨¢s temprano le lleg¨® en las artes pl¨¢sticas (gan¨® el Nacional de Artes Pl¨¢sticas en 1990). As¨ª, este es un premio merecido. Tal vez redundante ¨CNavarro ya recibi¨® en 2008 la Medalla de Oro de la Arquitectura que coronaba su trayectoria-, puede que sea, sin embargo, un premio oportuno. El momento transformador que vive la arquitectura espa?ola ha dejado en los huesos incluso las econom¨ªas de los estudios m¨¢s asentados. Por eso, de cara al futuro, ser¨ªa interesante que el galard¨®n se esforzara en comunicar a la sociedad que la arquitectura tiene, verdaderamente, la capacidad transformadora que la dificultad del momento le demanda. El jurado deber¨¢ dejar claro si la arquitectura que destacan elige ampliar su c¨ªrculo de actuaci¨®n, y de premiados, o atrincherarse para defender lo que ya est¨¢ escrito.
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