¡°Pertenezco a esa cofrad¨ªa est¨²pida y miserable que pinta¡±
El artista madrile?o reniega de los ¨²ltimos Gobiernos, de la sociedad civil y de su profesi¨®n
?De qu¨¦ color es ahora Espa?a? Manet la pinta de rosa y negro en El torero muerto y en Lola de Valencia. Me gustan esos colores. Pero creo que el l¨ªo tremendo de Espa?a debe pintarse ahora en Technicolor.
?Cu¨¢l es la ra¨ªz de este color confuso? Hubo varias decadencias. Una, la p¨¦rdida de las colonias. La que vivimos ahora empieza el primer d¨ªa del Gobierno de Zapatero. Es cuando acaba el entusiasmo.
?No fue la crisis? Son jodidas, pero he vivido 17.000. Los pol¨ªticos son desilusionantes desde hace a?os en Europa, y Zapatero marc¨® esta desilusi¨®n aqu¨ª.
?S¨®lo ¨¦l? La sociedad civil se est¨¢ cargando a Espa?a. Y la deserci¨®n del Estado, que no hace nada. No hay nadie que vaya a hacer algo en Catalu?a. Muri¨® el gran editor Vallcorba y ni dios de Cultura fue al funeral. El embajador franc¨¦s rindi¨® homenaje a los liberadores de Par¨ªs. El Estado no fue.
Est¨¢ muy lastimada la autoestima. Es una cat¨¢strofe, una profunda degradaci¨®n. Un mundo fant¨¢stico donde todo el mundo hace responsable al otro.
?Qu¨¦ nos puede animar? Tienen que cambiar las reglas del juego. Creo en la energ¨ªa del ciudadano de a pie. Ese personaje abandonado no se arredra. El Gobierno, tan economicista, lo ha arrumbado. Es el pa¨ªs el que me mantiene optimista.
?A ver cu¨¢ndo co?o me van a dar el Premio Vel¨¢zquez...! Y no rechazarlo, claro; los que lo rechazan son los m¨¢s subvencionados
?C¨®mo afecta esto a su oficio? Si tuviera veinte a?os no se me ocurrir¨ªa ser artista. En la mejor de las hip¨®tesis ser¨ªa bibliotecario. En la peor, editor. No se me ocurrir¨ªa vivir en este horrible circo.
?Por qu¨¦ es un circo? Es un abandono total. Todo el mundo es artista, todos quieren estar en los museos; todos son fot¨®grafos con sus m¨®viles. La dispersi¨®n es total.
?Nada que hacer? Esta situaci¨®n pat¨¦tica la alimenta el Gobierno; aunque no mucho, indudablemente incide. Este era un oficio de parias que sab¨ªamos que ¨ªbamos a acabar bajo un puente. Ahora la ambici¨®n lleva a algunos a simularse vanguardistas para no ser tachados de cutres.
?Qu¨¦ ser¨ªa para usted un artista? Yo soy un viejo pintor que de joven ve¨ªa en Par¨ªs a los viejos pintores, que me admit¨ªan. En ellos ve¨ªa cu¨¢l iba a ser mi vejez. Cambiaron las reglas del juego.
?Qu¨¦ pasa ahora? Los museos est¨¢n colonizados est¨²pidamente por artistas sin inter¨¦s, que creen que son modernos. Eso no ocurre en m¨²sica o literatura, donde coexisten artistas de todo tipo. Yo hago a¨²n una cosa desagradable: pinto al ¨®leo y huelo a esencia de trementina.
Imag¨ªnese ante un lienzo contando este momento de Espa?a. ?Qu¨¦ figuras le vendr¨ªan? Somos un pa¨ªs que representa, completamente enmascarado. Lo he pintado. Para ahora me interesar¨ªa el retrato de Dorian Grey; pintar cuidadosamente una escena y luego estamparle un cubo de trementina para destruirlo.
Imag¨ªnese en medio de un naufragio. Grite lo que quiera. ?A ver cu¨¢ndo co?o me van a dar el Premio Vel¨¢zquez...! Y no rechazarlo, claro; los que lo rechazan, por cierto, son los m¨¢s subvencionados... Empezaron d¨¢ndoselo a Gaya, a T¨¤pies, a Palazuelos, a Juan Soriano, a Antonio L¨®pez, a Luis Gordillo. Y luego empezaron a d¨¢rselo a ilustres desconocidos, hasta llegar a Esther Ferrer, a la que respeto y que est¨¢ bastante bien...
?Lo merece? Pues s¨ª, lo merezco. Dos lo merecen m¨¢s que yo: Rafael Canogar y Dar¨ªo Villalba, pero desgraciadamente para ellos pertenecen a esa cofrad¨ªa est¨²pida y miserable que pinta y a la que yo tambi¨¦n pertenezco. Ellos que pintan, como yo, pero no saben que no pintamos nada. Y esta es la historia que me gustar¨ªa gritar.
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