Un Hern¨¢n Cort¨¦s global
Una muestra ensalza en Madrid la ¨¦pica de la conquista del imperio azteca. ¡°No sirve juzgar con nuestra sensibilidad lo que pas¨® en el XVI¡±, dice el comisario
Hern¨¢n Cort¨¦s ten¨ªa 34 a?os cuando, al frente de 400 soldados de fortuna, lleg¨® en 1519 a Tenochtitl¨¢n, la alucinante capital de pir¨¢mides y canales del imperio azteca. Ese encuentro cambi¨® la historia del mundo y convirti¨® al extreme?o en el arquetipo de conquistador. Pese al tama?o de la gesta, nunca hasta ahora, seg¨²n los organizadores de la exposici¨®n Itinerario de Hern¨¢n Cort¨¦s, inaugurada ayer en Madrid, se le hab¨ªa dedicado una muestra. Ni para denostarlo ni para alabarlo.
De esa extra?eza nace la exhibici¨®n, que se podr¨¢ ver en el Canal Isabel II hasta mayo, y en la que se han reunido unas 400 piezas de 47 instituciones. ¡°La idea surgi¨® hace cuatro a?os, tras una exposici¨®n sobre Alejandro Magno. Nos preguntamos c¨®mo alguien que lo hab¨ªa superado no ten¨ªa ninguna muestra dedicada¡±, cuenta Mart¨ªn Almagro, uno de los dos comisarios de la muestra, catedr¨¢tico de Historia de la Universidad Complutense, arque¨®logo y miembro de la Real Academia de la Historia. ¡°Creo que la raz¨®n es que Cort¨¦s es una figura muy controvertida, y para no tener problemas no se hab¨ªa tocado el tema, ni en el siglo XIX ni en el XX¡±, dice mientras avanza a paso ligero entre las oscuras salas del montaje, 2.000 metros cuadrados donde reluce un macizo lingote de oro, los cascos de lat¨®n dorado de los espa?oles y sus arcabuces. Lo importante, sostiene, es que Cort¨¦s ¡°es la personificaci¨®n del inicio de la globalidad¡±, m¨¢s all¨¢ de la ¡°postura indigenista o la que lo ve como un gran conquistador¡±.
El punto de partida es Medell¨ªn, el pueblo de Badajoz donde naci¨® el conquistador de M¨¦xico. Junto a un paisaje de la dehesa extreme?a, se ve un ajuar de una tumba tart¨¦sica de la necr¨®polis local. Esa asociaci¨®n remite a una de las ideas que revolotea por la exposici¨®n: ¡°El hombre es un ser colonizador, la historia humana es la historia de las colonizaciones¡±, explica Almagro. La muestra se sirve de la peripecia vital de Cort¨¦s para explicar su ¨¦poca. Una sala acoge un facs¨ªmil del mapa de Am¨¦rico Vespucio, con una China alargada y una incipiente Sudam¨¦rica. As¨ª se intu¨ªan los bordes del mundo. Era el momento de las grandes expediciones, del astrolabio y la carabela. Tambi¨¦n del riesgo. En una vitrina, debajo de un libro de legajos, se lee: ¡°Carta de deuda de Hern¨¢n Cort¨¦s a Luis Fern¨¢ndez de Alfaro, maestre de la nao San Juan Bautista, de 11 pesos de oro por el pasaje¡¡±. O sea, su billete de ida para una traves¨ªa incierta y peligrosa. El sonido de una tempestad o la calma de un cielo de estrellas que orientan la ruta se recrean en una gigantesca pantalla. En el suelo, el armaz¨®n de una nave, sacos, cuerdas. Cruje la madera del barco, la mec¨¢nica del avance sobre el oc¨¦ano. M¨¢s adelante, un audiovisual reconstruye Tenochtitl¨¢n y la fascinaci¨®n que caus¨® en aquellos espa?oles. En este tramo del recorrido, se pueden ver las armas aztecas ¡ªuna honda, flechas, lanzas¡ª y la recreaci¨®n ¡ªcon un acabado como de peluche¡ª de un guerrero jaguar.
¡°De india y mulato, produce loba¡±
La idea del mestizaje est¨¢ presente en la exposici¨®n inaugurada en Madrid. Varios cuadros ¡ªde la denominada pintura de castas¡ª, realizados entre 1750 y 1800, describen diferentes mezclas que, a ojos de hoy, resultar¨ªan lejos de lo pol¨ªticamente correcto: ¡°De espa?ol y negra, produce mulato¡±, se lee en uno. ¡°De mestindio y castiza, produce coyote¡±; ¡°De india y mulato, produce loba¡±, ilustran otros. Para Mart¨ªn Almagro, el comisario, ¡°la mexicana es la primera sociedad que ha tenido conciencia de la mezcla y la variedad antropol¨®gica¡±.
La muestra destila ¨¦pica y apenas se detiene en la leyenda negra sobre la conquista o el propio Cort¨¦s. Hay un retrato de fray Bartolom¨¦ de las Casas, que denunci¨® el genocidio de los indios, y un ejemplar de su Brev¨ªsima relaci¨®n de la destrucci¨®n de las Indias, junto a un grabado para ilustrar los males de la conquista, como la viruela, y otro, de 1594, que representa a N¨²?ez de Balboa ¡°aperreando a los indios¡±, dice el t¨ªtulo: ech¨¢ndoselos a comer a los perros. La nota explicatoria reza: ¡°Versi¨®n deformada de las cr¨ªticas exageradas de fray Bartolom¨¦ de las Casas popularizada por la leyenda negra¡±. La mala fama de Cort¨¦s se despacha en un panel: ¡°Italia, Francia, Holanda, Alemania e Inglaterra fomentaron una campa?a en contra del imperio espa?ol en la que se incluy¨® la conquista de Am¨¦rica. El ¨¦xito de esta campa?a fue muy significativo y ha tenido y a¨²n tiene repercusiones a ambos lados del Atl¨¢ntico¡±.
Quiz¨¢ la parte m¨¢s impactante sea la dedicada a Tecoaque, ¡°el lugar donde se los comieron¡±, en la que se ven esqueletos humanos. Formaban parte de una caravana de 550 personas que sufri¨® una emboscada azteca. En la comitiva iban 40 espa?oles, 10 de ellos mujeres. Fueron apresados y sacrificados en banquetes rituales. Al fondo, una gran vasija para limpiar los cad¨¢veres antes de exponer sus cr¨¢neos. La respuesta de Cort¨¦s fue mandar ¡°destruir y asolar¡± el pueblo, como cont¨® ¨¦l mismo. ¡°La idea es que el hombre moderno no vea con visi¨®n anacr¨®nica lo que pas¨® en el siglo XVI. No podemos juzgar con nuestra sensibilidad a un castellano matando a un indio o a un indio comi¨¦ndose a un castellano¡±, explica el comisario.
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