Las crisis pol¨ªticas, a examen

Entrevistarle es asistir a uno de sus espect¨¢culos en directo y en privado. La velocidad con la que el actor y director argentino Enrique Pinti (Buenos Aires, 1939) utiliza el lenguaje obliga al cerebro del contrario a engrasar las neuronas de la comprensi¨®n para situarse al mismo ritmo e intentar no perder su discurso. Se r¨ªe de ¨¦l y de todo lo que le rodea, es mordaz, brillante, mal hablado y utiliza la palabra con inteligencia para criticar a diestro y siniestro desde el comienzo del espect¨¢culo al final. Enrique Pinti junto a Elena Roger (la voz hecha m¨²sica), Susana Rinaldi (homenaje de tango a Julio Cort¨¢zar) y la pareja teatral formada por Griselda Siciliani y Carlos Casella (Lo prohibidode la m¨²sica rom¨¢ntica) actuar¨¢n durante dos semanas en los teatros del Canal. El primero de ellos act¨²a hoy y ma?ana. Argentina es el centro de su debate, un pa¨ªs del que despotrica pero que reivindica como suyo y al que agradece haber llegado a ser el rey de la comedia. ¡°Yo desde chico era feo, gordo y hasta t¨ªmido y nadie cre¨ªa que llegar¨ªa a ser actor. Lo logr¨¦ frente a cualquier pron¨®stico agorero hasta tal punto que me ha permitido vivir mejor de lo que esperaba. Ni mi madre imaginaba que fuese capaz de subirme a un escenario¡±.

El artista ha llegado a Madrid con Pinti Recargado, un espect¨¢culo que ha sido definido como ¡°un mon¨®logo cargado de iron¨ªa, con un toque de melancol¨ªa, en el que hace un repaso por las crisis econ¨®micas, sociales y de nervios que viven los argentinos¡±. ?C¨®mo se logra hablar durante cuatro d¨¦cadas del pa¨ªs en que uno naci¨® y ganar dinero de ello? ¡°Haciendo re¨ªr a carcajadas al espectador mientras hago referencia a las diferentes crisis que hemos padecido los argentinos a lo largo de los tiempos y con los distintos gobiernos que han estado en el poder. Lo hemos probado todo de distintas maneras y salimos adelante a¨²n a pesar de los pol¨ªticos. Aqu¨ª, en Espa?a, ustedes no estaban acostumbrados y por eso le pill¨® descolocados y les est¨¢ costando m¨¢s capear el temporal. Nosotros, los argentinos estamos tan acostumbrados que nos reinventamos con cada modelo pol¨ªtico que ponen en funcionamiento. Experimentan con nosotros como si tratase de un baile. Mi conclusi¨®n es que somos excelentes socorristas pero nefastos terapeutas¡±. El c¨®mico explica esta afirmaci¨®n refiri¨¦ndose a la crisis del corralito que se produjo en 2001. ¡°Argentina fue capaz de superarlo en poco tiempo pero incapaz de dar con la terapia posterior adecuada. No tenemos la capacidad para resolver a medio plazo y mucho menos mantener al paciente¡±.

Este dramaturgo y protagonista de varios musicales considera que las crisis, tanto de Espa?a como la de Argentina o la de otros pa¨ªses del mundo, ¡°tienen una ra¨ªz com¨²n. Lo que cambia son las maneras¡±. Sentado junto a los estantes de libros abandonados en un hotel, alude al poder de la palabra ¡°con ella se puede enga?ar a mucha gente y por ello que los pol¨ªticos la suelen manejar a su antojo para hacernos creer tanto que somos los mejores o los peores del mundo¡±. ¡°Tenemos que tratar de huir de esos discursos populistas que tratan de llevarnos a su terreno. Yo lo ¨²nico que se hacer bien es ponerlos en evidencia. Sabiendo manejar bien un idioma uno tiene en su poder un arma de un gran calibre, lo que trato de hacer es manejarla con habilidad y en mi caso haciendo re¨ªr al espectador¡±.

Pinti, un hombre de gran altura y amplio volumen, comenz¨® su andadura art¨ªstica en el caf¨¦-concert: ¡°Era un nombre cool para unos antros infames en los que se serv¨ªa un alcohol asqueroso y una naranjada vomitiva, pero en los que la gente se re¨ªa con lo que les contaba¡±. Ten¨ªa su destino tan marcado que a lo largo de su vida solo trabajo en dos ocasiones en algo diferente al mundo del espect¨¢culo, una como vendedor de casas y otra como comercial de una bebida gasesosa. Despu¨¦s de muchos a?os haciendo tan solo mon¨®logos ha protagonizado musicales como Los productores o Hairspray. ¡°C¨®mo me lo he pasado¡±, afirma, mientras se dobla los labios hacia adentro con cara de absoluta satisfacci¨®n. ¡°Los ¨²nicos que no se han fijado mucho en m¨ª son los directores de cine, y mire que se lo he dicho veces a todo aquel que me he ido encontrando por el camino, pero ni por esas. Ya s¨¦ que no soy Robert De Niro o Robert Redford pero tendr¨¦ que esperar a que me ofrezcan un papel de anciano con alzh¨¦imer o algo parecido¡±.