¡°Escribir siempre ha sido mi forma de querer a M¨¦xico¡±

Elena Poniatowska empez¨® su aventura con las letras persiguiendo a su mam¨¢, a su hermana y a su t¨ªa para que escucharan sus cuentos. No le hac¨ªan caso. La ni?a, hija de arist¨®cratas reci¨¦n llegados de Paris, no ten¨ªa a qui¨¦n contarle sus historias sobre esas calles llenas pir¨¢mides de naranjas y pies descalzos que ve¨ªa al salir de su colegio de monjas en Ciudad de M¨¦xico. Pero la ni?a sigui¨® mirando, escuchando y escribiendo de aquel mundo nuevo que se abr¨ªa ante ella. Con apenas 20 a?os ya ten¨ªa sus primeros cuentos publicados en una de las editoriales m¨¢s prestigiosas del pa¨ªs. Y de ah¨ª al periodismo para seguir saltando de la cr¨®nica a la biograf¨ªa, del cuento a la novela, de la entrevista al ensayo. As¨ª hasta convertirse en ¡°el p¨¢jaro de literatura mexicana¡±, seg¨²n el mism¨ªsimo Octavio Paz.

¡°Escribir ha sido mi manera de querer a M¨¦xico¡±, resumi¨® la escritora de 82 a?os, que con un vestido marinero y su sonrisa colegial, arranc¨® aplausos y carcajadas c¨®mplices en cada arrebato de una lucidez sencilla y blanca. Como cuando explic¨® el t¨ªtulo de la selecci¨®n de cuentos que se presentaban ayer en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.?Hojas de papel volando es?un juego de palabras con una frase de una antigua canci¨®n popular mexicana. ¡°Me gusta mucho el Son del negro y esa imagen de los ojos de papel volando, as¨ª que lo cambi¨¦ por hojas. Porque un libro al final s¨®lo son hojas¡±.

Un nuevo libro recoge relatos que atraviesan toda la carrera de esta ¡°Sancho Panza femenina¡±

Un libro que recoge relatos que atraviesan toda la carrera de esta ¡°Sancho Panza femenina¡±, como se defini¨® a s¨ª misma al recoger el a?o pasado el Premio Cervantes de Literatura. ¡°Leer sus cuentos reunidos es pensar en el confeti de la fiestas populares, en el papel picado del d¨ªa de muertos y en el son del negro revoloteando por la ciudad de M¨¦xico, donde vive gente muy distinta, de clases muy distintas. Podemos acercarnos a mundos como el de la sirvienta y la patrona. Los trabajadores de una tlapaler¨ªa o la soledad de un maquinista en la c¨¢rcel de metal de su tren. Ella consigue sacar hilitos de una asombrosa sagacidad narrativa y pasearlos ante nuestros brillantes ojos¡±, destac¨® la escritora Ana Garc¨ªa Bergua

Esa sensibilidad para recoger las voces que mucha veces la literatura aparta en sus m¨¢rgenes, Poniatowska reconoci¨® ser una ense?anza de periodismo, que ejerci¨® desde muy joven en el entonces peri¨®dico de referencia en M¨¦xico, Exc¨¦lsior, y que cristaliz¨® en imponentes obras de no ficci¨®n como La noche de Tlatelolco y Las soldaderas. ¡°Aprendes a o¨ªr a los chavos, a los grandes que se quejan y a los que no se quejan. Eso se queda en la cabeza y a¨²n sigua ah¨ª¡±. Esa sensibilidad es la que est¨¢ tambi¨¦n detr¨¢s del recordatorio que hizo durante el acto al acontecimiento reciente que tiene conmocionado e indignado a M¨¦xico. ¡°Todos los que estamos aqu¨ª sentados estamos muy dolidos por Ayotzinapa y es imposible que no mencionemos todos los d¨ªas, ma?ana tarde y noche a los 43 normalistas desaparecidos¡±.