La Constituci¨®n, ?reforma o ruptura?

La reforma de la Constituci¨®n est¨¢ en la mente de la mayor¨ªa de los entrevistados, aunque tambi¨¦n hay voces que defienden la apertura de un proceso constituyente. Entre los historiadores, Gutmaro G¨®mez Bravo considera que si la reforma se sigue aplazando por falta de voluntad pol¨ªtica, ¡°solo queda expresar la voluntad popular en las urnas a favor de un nuevo proceso constituyente¡±. Mirta N¨²?ez apunta que si ¡°ha cambiado el r¨¦gimen e incluso su percepci¨®n, tambi¨¦n deber¨ªa cambiar su marco jur¨ªdico e iniciar un proceso constituyente¡±.

Juli¨¢n Casanova apuesta por hacer ¡°cambios y reformas que mejoren la calidad de la democracia, refuercen la participaci¨®n ciudadana, pero que impidan tambi¨¦n la apertura de un escenario de inestabilidad¡±. ¡°La mala gesti¨®n de la democracia del PP y el PSOE, los efectos sociales de la crisis econ¨®mica, el debate sobre Catalu?a y el abismo entre los dirigentes y la mayor¨ªa de los ciudadanos ¡ªalimento de populismos¡ª complican much¨ªsimo cualquier cambio o reforma¡±, a?ade. Ferran Gallego aboga por la ¡°reforma de la Constituci¨®n, lo ¨²nico viable pol¨ªticamente en este momento. A no ser que consideremos que puede generarse consenso social y cohesi¨®n pol¨ªtica sin diez millones de votantes de la derecha y un sector mayoritario de la izquierda¡±. En un proceso constituyente participar¨ªa un ¡°minor¨ªa apreciable, pero una minor¨ªa social y pol¨ªtica¡±, agrega.

El escritor Javier Cercas recuerda que ¡°los pa¨ªses que funcionan lo hacen sobre la base de las reformas, como los americanos que han ido modificando sucesivamente la Constituci¨®n. La Historia de los ¨²ltimos dos siglos de Espa?a es la de sucesivos errores, que consisten en volver a empezar¡±. La escritora Marta Sanz incide ¡°en que se vulneran derechos fundamentales, como el derecho al trabajo, a la salud, a la educaci¨®n, a la vivienda, o los derechos de las mujeres¡±. Y por ello, no cree que s¨®lo sea necesaria una reforma, ¡°un lavado de cara, sino una modificaci¨®n mucho m¨¢s profunda¡±. Las artistas Cabello&Carceller tienen otra visi¨®n: ¡°Vivimos en un pa¨ªs regido por una monarqu¨ªa testicular. No se nos puede pedir que miremos a otro lado. Hay derechos b¨¢sicos que se nos han negado. Por ejemplo, el g¨¦nero bajo el que se quiere vivir contin¨²a judicializado y bipolarizado. Se ha optado por un inmovilismo exasperante¡±.

El periodista Guillem Mart¨ªnez sostiene que ¡°el actual sistema colapsado parece que quiere reformarse a s¨ª mismo levemente y en t¨¦rminos, leves tambi¨¦n, federales¡±. ¡°Preferir¨ªa un proceso constituyente¡±, a?ade. Para Alberto Coraz¨®n no se requiere ¡°un nuevo proceso constituyente sino una segunda Transici¨®n¡±. La actriz Mag¨¹i Mira incide en que hay cosas v¨¢lidas y otras obsoletas e insta a ¡°los expertos a que lo arreglen¡±. El fil¨®sofo Ernesto Castro aboga por una amplia reflexi¨®n y, si se inicia un proceso, ¡°no deber¨ªa hacerse como en 1978, votando con el miedo en el cuerpo, aunque la letra de la Carta Magna actual contiene principios que, si se pusieran en pr¨¢ctica, estar¨ªan a la izquierda, como que la propiedad privada est¨¢ subordinada al inter¨¦s general¡±.