Benjam¨ªn Cano: ¡°En mi arte siempre hay una presencia vital¡±
El arquitecto se ha desprendido del pudor para mostrar su obra pl¨¢stica
En Segovia conviven, hasta el pr¨®ximo 11 de enero, dos ¡ªimportantes¡ª facetas de Benjam¨ªn Cano (Madrid, 1963). La arquitect¨®nica y la art¨ªstica: la nueva biblioteca p¨²blica de la ciudad (pendiente de inauguraci¨®n) y la exposici¨®n Vida secreta del aire, en el Museo Esteban Vicente. La primera es, siempre lo ha sido, de dominio p¨²blico: Cano es un veterano arquitecto, pero su obra pl¨¢stica, que incluso precede a la arquitect¨®nica, fue un asunto reservado hasta 2011. ¡°Han transcurrido suficientes a?os de trabajo silencioso. Suficientes y necesarios. Lo ¨ªntimo quiere hacerse colectivo. Silencios para compartir¡±, escrib¨ªa en el pr¨®logo de Benjam¨ªn Cano. ?ntimo (Loft).?¡°Ese primer libro fue una toma de conciencia de que quer¨ªa poner mi obra en com¨²n. Me parec¨ªa hora de comunicarlo¡±, explica en su estudio madrile?o.
En su profesi¨®n, como en tantas otras, apenas nadie dibuja ya a mano, pero ¨¦l no se ¡°maneja¡± con el ordenador, por eso, en un principio, Cano se plante¨® ¡°fijar en el tiempo esos dibujos prehist¨®ricos¡± en un libro. Pronto la idea se qued¨® corta. ¡°Me di cuenta de que era una forma no completa de contar lo que hac¨ªa e incorpor¨¦ alguna cosa m¨¢s, y acab¨® saliendo ese libro que es el que me ha servido para animarme¡±. En ¨¦l recogi¨® dibujos de proyectos, escritos, fotograf¨ªas, dibujos de viajes, composiciones, esculturas. Reuni¨® desde sus primeras composiciones, realizadas con tan solo 16 a?os, hasta las cabezas esculpidas en piedra de toba, yeso, arcilla o bronce realizadas entre 2002 y 2010. ¡°Con el tiempo vas haciendo cosas diferentes, pero al verlo junto ves que en el fondo hay un hilo conductor, una b¨²squeda, unas constantes. Para m¨ª lo sorprendente fue precisamente eso: descubrir esas constantes en mis dibujos o en mis esculturas¡±. En 2013 le sigui¨® The Path of the Wind, un libro de artista perteneciente a la colecci¨®n de IvoryPress para el que Cano seleccion¨® reproducciones de sus cuadernos de dibujo, esta vez fotografiados por Eduardo Nave, y este a?o acaba de publicar Inland (Turner), que alterna sus fotograf¨ªas y dibujos con versos de Lara Moreno. Este ¨²ltimo t¨ªtulo acompa?a la exposici¨®n con la que, definitivamente, ha vencido un ¡°cierto pudor¡±. Todos esos proyectos editoriales le han servido a Cano ¡°desde una perspectiva meramente pl¨¢stica, para explicar, justificar mi obra, poder hablar de las t¨¦cnicas, y desde un planteamiento de significados, para abrirme caminos y para que la gente que viera las piezas pudiera descifrarlas¡±.
En un texto titulado Arquitectura I Cano escribi¨®: ¡°Si no hay otros no hay arquitectura, en realidad tampoco pr¨¢cticamente nada¡±. Ni tampoco hay, por supuesto, arte. Los otros son clave en su obra. ¡°El arte puede ser un poquito cr¨ªptico y yo sostengo que en mi obra, y la gente lo percibe, hay una humanidad. Una presencia vital. Para m¨ª, uno de los problemas del arte abstracto, del conceptual, es que est¨¢n completamente desligados de lo humano. Resultan as¨¦pticos. A mucha gente no le dicen nada porque carecen de ese hilo que te conecta con lo humano¡±.
Cano ha realizado muchos vaciados de manos, de cuerpos, que documentan la existencia de la persona y que, se?ala, engarzan su obra con el continuo del arte en la historia de la humanidad. Esos vaciados est¨¢n presentes tanto en la exposici¨®n como en la biblioteca. ¡°Hay un mural que es casi como una transposici¨®n de una cueva prehist¨®rica en la que ellos pon¨ªan manos, que yo tambi¨¦n he utilizado en forma de relieve. Es una mezcla de un relieve griego con una cueva prehist¨®rica. En los proyectos siempre reservo un sitio para la escultura¡±.
Las obras creadas los fines de semana, en su despacho en calma del barrio de Arturo Soria, o en su casa de Cuenca, y que ahora se suceden en Vida secreta del aire, dice Cano, ¡°tienen que ver con el encuentro, con tener una mirada atenta a lo que te rodea. En buena parte de mis trabajos lo que hago es consignar el momento. Daba un paseo con mis hijos, encontr¨¢bamos cuatro piedras, unas cer¨¢micas, dos bellotas, y todo eso lo pon¨ªa en una especie de universo que ten¨ªa sentido y esas cosas que estaban dispersas empezaban a ser familia. Mucha de la escultura que he hecho es, en el fondo, documental. Me limitaba a recoger unos elementos encontrados, unas huellas de otros o de una circunstancia¡±.
Cuesti¨®n de gustos
1. ?En qu¨¦ obra se quedar¨ªa a vivir? En la casa de C¨¦sar Manrique en Lanzarote. Est¨¢ en integraci¨®n total con el entorno, un mar de lava.
2. ?A qu¨¦ artista de todos los tiempos invitar¨ªa a cenar? A Miguel ?ngel. Tenemos que hablar de tantas cosas.
3. ?Cu¨¢l ha sido el mejor momento de su vida como creador? No es t¨®pico: como cocreador, en el nacimiento de mis cuatro hijos.
4. ?Qu¨¦ encargo no aceptar¨ªa jam¨¢s? Intentar¨ªa hacer cualquier encargo lo mejor posible.
5. ?Qu¨¦ libro no pudo terminar? Libros, muchos, especialmente de arquitectos, cuando se nos presentan cr¨ªpticos y empalagosos.
6. ?Qu¨¦ hizo el ¨²ltimo fin de semana? Leer. Ana Mart¨ªnez de Aguilar me regal¨® Comunicaci¨®n sobre el muro, de T¨¤pies y Jos¨¦ ?ngel Valente. Sintonizo con Valente en que la obra art¨ªstica consiste en generar un estado de disponibilidad. Una exposici¨®n no es exhibir la obra, sino exponer la persona. Tambi¨¦n vi el filme Maktub: me ha conmovido, fresca y profunda, divertida.
7. ?Qu¨¦ est¨¢ socialmente sobrevalorado? Lo extraordinario. Se nos escapa lo cotidiano, lo sencillo.
8. ?A qui¨¦n dar¨ªa el pr¨®ximo Premio Vel¨¢zquez? Cuando me incluyan en el jurado, lo pienso.
La exposici¨®n, que agota sus ¨²ltimas semanas en el Museo Esteban Vicente, viajar¨¢ a la Fundaci¨®n Metr¨®poli en Alcobendas (Madrid). ¡°Por el momento, no me planteo entrar en el circuito del arte. La obra la hago con total abandono, con un sentido grande de vaciamiento. Como me siento en cierto modo llamado a esto, simplemente respondo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.