Muere Virna Lisi, la Se?ora del cine italiano
Ten¨ªa 78 a?os, una carrera intensa de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas
Se fue la Se?ora del cine italiano. Protagonista de decenas de pel¨ªculas, varias veces galardonada con todos los premios cinematogr¨¢ficos aut¨®ctonos y de un galard¨®n en Cannes como mejor int¨¦rprete femenina, falleci¨® hoy en Roma la actriz Virna Lisi. Ten¨ªa 78 a?os, una carrera intensa de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas y un c¨¢ncer diagnosticado hace apenas un mes. Su hijo Corrado, que naci¨® en 1962 del amor de toda la vida con el renombrado arquitecto Franco Pesce, anunci¨® la muerte de una actriz que nunca desbarat¨® su talento y que supo iluminar hasta las producciones menos logradas. El afecto de los italianos recorre desde entonces las redes sociales y las declaraciones oficiales.
Tanta cari?osa popularidad tiene a?o de nacimiento. La sonrisa sensual e ingenua de la ¡°Marilyn italiana¡± atrap¨® a las masas en 1958, cuando se convirti¨® en un icono de aquellos a?os laboriosos en los que el pa¨ªs se sacud¨ªa de encima la pobreza y corr¨ªa hacia un futuro donde todo parec¨ªa posible.
La marca alemana de pasta dental Chlorodont reclut¨® a Virna Lisi para el peque?o cortometraje que ten¨ªa que publicitar su producto en ese lado de los Alpes. Por entonces la gran mayor¨ªa de los ciudadanos no pose¨ªa un televisor y - cumpliendo con un nuevo ritual laico y m¨¢gico - los vecinos de todas las edades ten¨ªan la costumbre de reunirse en los raros hogares ya equipados para asistir a la emisi¨®n del Carosello, una serie de anuncios, cada uno con su historia que contar, la historia de una naci¨®n que estaba cambiando.
La bella actriz interpretaba a Candida, la mujer petulante de tal Prudenzio Chedenti, quien no hac¨ªa m¨¢s que mandarla a callar. Ella contestaba gui?ando a la c¨¢mara con una sonrisa de dientes blanqu¨ªsimos: ¡°?Por qu¨¦? ?Dije algo malo?¡±. La respuesta acompa?ar¨ªa a la diva sencilla del cine italiano durante toda su existencia: ¡°Con aquella boca puede decir lo que quiera¡±.
Virna Lisi en 'C¨®mo matar a la propia esposa' con Jack Lemmon.
En 1958, Pieralisi - su verdadero apellido - fue consagrada hacia el gran p¨²blico en una cinta napolitana de Tot¨° y Peppino De Filippo, imprescindibles m¨¢scaras tragic¨®micas de la Italia que resurge e ironiza sobre sus dificultades. Antes, hab¨ªa lucido su sonrisa brillante y sincera frente la c¨¢mara de Luigi Capuano (Luna nuova, 1955), Antonio Pietrangeli (Lo scapolo, 1955, con Alberto Sordi) y de Francesco Maselli (La donna del giorno).
En los a?os sesenta, Lisi desembarc¨® en Hollywood. Aquella ¨¦poca no la hizo muy feliz, aunque regal¨® a todo cin¨¦filo un instante de gracia esquisita: la escena en la que la belleza mediterr¨¢nea sale de sorpresa de la tarta de cumplea?os de Jack Lemmon en Como matar a la propia esposa (1965). La 'Marilyn italiana' rechaz¨® sin embargo hacer algo que el original norteamericano s¨ª hizo m¨¢s veces: desnudarse. Rehus¨® posar sin nada encima en la portada de la revista Playboy y hasta el cortejo del gal¨¢n Frank Sinatra. Las puertas doradas de los Estudios de Los ?ngeles se volvieron a cerrar pronto. Sin embargo, este leve tropiezo fue fundamental para tomar conciencia de su propio talento.
¡°Cuando entend¨ª que no era solo una mu?eca, empez¨® el periodo m¨¢s feliz de mi carrera, de verdad aprend¨ª a disfrutar¡±, dijo en una reciente entrevista al diario romano Il Messaggero. Pronto llegaron roles con notable espesor dram¨¢tico como el de la hermana de Friedrich Nietzsche, Elizabeth, que interpret¨® en 1977 para Liliana Cavani (M¨¢s all¨¢ del bien y del mal) o de Catalina de¡¯ Medici en La Reina Margot de Patrice Ch¨¦reau. Era 1994: el rostro orgullosamente maduro, el porte altero, las entradas rasadas y el cuerpo engordado le valieron el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes. Entonces supo que ten¨ªa raz¨®n, que el trabajo duro, obstinado y de calidad acaba pagando. No sirven atajos. Confes¨®: ¡°No pod¨ªa m¨¢s de que los directores comentaran: ¡®Sirve una guapa. Llama a la Lisi¡¯. Y de Hollywood ni hablar: personajes vacuos, sin una pizca de cerebro. Por eso me fui y volv¨ª a Italia¡±.
E Italia supo amarla y valorarla. Hoy la llora como se lamenta la p¨¦rdida de una vecina. Virna Lisi aparece en muchos de los pilares que construyen la cinematograf¨ªa nacional popular. En los a?os ¡®80, por ejemplo, sali¨® en la pel¨ªcula fundamental para todo adolescente de aquel decenio, Sapore di sale de Carlo Vanzina. En ¨¦poca m¨¢s reciente, particip¨® en algunas exitosas series de televisi¨®n. Trabaj¨® sin cansarse nunca. Despleg¨® su talento hasta el final, con un invariado toque, tan reconocible, que sab¨ªa hacerse muy intenso y dram¨¢tico y de repente explotar en una improvisa, genuina carcajada. Sin darse pose de diva, nunca artificial, ¡°porque - sol¨ªa repetir - si finges, antes o despu¨¦s, te van a descubrir¡±.
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