Argentina condena a secuestradores de grandes artistas desaparecidos
La justicia sentencia a prisi¨®n perpetua a los cuatro verdugos del historietista H¨¦ctor Oesterheld, el escritor Haroldo Conti y el cineasta Raymundo Gleyzer
Los familiares de tres de los numerosos artistas desaparecidos en la ¨²ltima dictadura militar de Argentina (1976-1983) consiguieron este jueves algo de reparaci¨®n. Un tribunal de Buenos Aires conden¨® a cadena perpetua a los cuatro represores que secuestraron y torturaron a uno de los historietistas m¨¢s reconocidos de la historia argentina, H¨¦ctor Oesterheld, al escritor Haroldo Conti, al documentalista Raymundo Gleyzer y a otras 200 v¨ªctimas del centro clandestino de detenci¨®n El Vesubio, que estaba situado en la periferia de la capital. Los cuatro sentenciados son el excarcelero N¨¦stor Cend¨®n y los exmilitares Gustavo Cacivio, Jorge Crespi y Federico Minicucci, aunque estos ¨²ltimos dos permanecer¨¢n bajo arresto domiciliario por ser mayores de 70 a?os y estar enfermos.
Se presume que el porte?o Oesterheld, creador de los c¨®mics ¡®El Eternauta¡¯, ¡®Mort Cinder', ¡®Sherlock Time¡¯, ¡®Ernie Pike¡¯ y ¡®Sargento Kirk¡¯, fue asesinado en 1978 a los 58 a?os, despu¨¦s de que el r¨¦gimen de Jorge Videla lo detuviera en forma ilegal en 1977. Ante el golpe militar de 1976, Oesterheld y sus cuatro hijas hab¨ªan comenzaron a militar en la guerrilla peronista de izquierda Montoneros. ?l lleg¨® a ser su jefe de prensa. En la d¨¦cada del 60, cuando ya era un historietista cuarent¨®n y reconocido dentro y fuera de su pa¨ªs, hab¨ªa comenzado a escribir tiras con compromiso pol¨ªtico. De aquel tiempo se recuerdan una sobre el Che Guevara y otra sobre Eva Per¨®n, que fue censurada por la dictadura que rigi¨® en Argentina entre 1966 y 1973. En 1974 lleg¨® a publicar en ¡®Noticias¡¯, el peri¨®dico de los Montoneros, que por entonces estaban enfrentados al Gobierno de Isabel Per¨®n (1974-1976), sostenida por el peronismo de derecha, y eran perseguidos por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A).
Oesterheld, sus hijas, yernos y nietos fueron desaparecidos por la ¨²ltima dictadura que asol¨® este pa¨ªs. El historietista pas¨® por El Vesubio, que en forma ir¨®nica era apodado Sheraton por los propios prisioneros. En su honor se festeja en Argentina el d¨ªa del historietista los 4 de septiembre, porque en esa fecha de 1957 ¨¦l fund¨® la revista ¡®Hora Cero Semanal¡¯ con el estreno de ¡®El Eternauta¡¯, tira que dibujada Francisco Solano L¨®pez. Con el tiempo, el personaje extraterrestre Eternauta comenz¨® a convertirse en un caudillo que ven¨ªa a liberar al pueblo de la opresi¨®n. Por eso y por la militancia pol¨ªtica de su autor, los peronistas kirchneristas crearon en los a?os 2000 la imagen del N¨¦stornauta, que es el rostro del expresidente N¨¦stor Kirchner (2003-2007) dentro de la escafandra del Eternauta. En paredones de las calles de Buenos Aires o en Internet se ve la figura del N¨¦stornauta como parte de la iconograf¨ªa kirchnerista.
Oesterheld cre¨® El Eternauta y Conti fue premiado por Vargas Llosa y Garc¨ªa M¨¢rquez
Conti y Gleyzer, en cambio, hab¨ªan militado en el marxista Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), brazo pol¨ªtico del Ej¨¦rcito Revolucionario del Pueblo (ERP), en aquellos a?os de Guerra Fr¨ªa, dictaduras y rebeliones en toda Latinoam¨¦rica. Conti, autor de novelas como ¡®Sudeste¡¯, ¡®Alrededor de la jaula¡¯, ¡®En vida¡¯ y ¡®Mascar¨®, el cazador americano¡¯, hab¨ªa militado de joven en la derecha nacionalista, pero con los a?os descubri¨® otras expresiones pol¨ªticas para defender los intereses populares. ¡®En vida¡¯, de 1971, recibi¨® en Espa?a el premio Barral, cuyo jurado estaba integrado por Mario Vargas Llosa y Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, entre otros. Oriundo de la peque?a ciudad pampeana de Chacabuco (191 kil¨®metros al oeste de Buenos Aires), dedic¨® algunos cuentos a ella, como ¡®Las doce a Bragado¡¯, pero vivi¨® en la capital argentina desde que se march¨® a estudiar la carrera de filosof¨ªa. Fue en Buenos Aires donde la dictadura lo secuestr¨® en 1976, a los 50 a?os.
Gleyzer desapareci¨® a los 34 a?os, tambi¨¦n en 1976. En 1964 hab¨ªa grabado su primer documental, ¡®La tierra quema¡¯, sobre los campesinos de Brasil. Despu¨¦s trabaj¨® cinco a?os para canales de televisi¨®n de Argentina. En 1970 convenci¨® al entonces candidato presidencial mexicano Luis Echeverr¨ªa , que gobernar¨ªa su pa¨ªs desde aquel a?o hasta 1976, de grabar con ¨¦l un documental sobre la ¡°revoluci¨®n hecha instituci¨®n¡±, pero Gleyzer lo sorprendi¨® con una pel¨ªcula de denuncia titulada ¡®M¨¦xico, la revoluci¨®n congelada¡¯, que fue prohibida en aquel pa¨ªs y en Argentina. Dej¨® entonces de militar en el burocr¨¢tico Partido Comunista y comenz¨® a hacerlo en el PRT, donde cre¨® el colectivo Cine de la Base. En tiempos de dictadura en Argentina, Gleyzer film¨® en la clandestinidad los documentales ¡®Swift 1971¡¯, sobre el secuestro y la liberaci¨®n del c¨®nsul brit¨¢nico en Rosario y a la vez representante de la industria c¨¢rnica Swift, y ¡®Ni olvido ni perd¨®n: 1972, la masacre de Trelew¡¯, que fue considerada el primer acto de terrorismo de Estado de la historia reciente de Argentina. En 1973 grab¨® ¡®Los traidores¡¯, la historia de un sindicalista que acababa defendiendo los intereses de la patronal, en lo que constituy¨® un mensaje impl¨ªcito contra el entonces secretario general de la peronista Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT), Ignacio Rucci, asesinado ese a?o por Montoneros. Desde entonces Gleyzer fue perseguido por la Triple A. Con los militares en el poder, el cineasta desapareci¨®. Pero su legado, como el de Oesterheld y Conti, est¨¢ m¨¢s vivo que nunca en estos a?os, sobre todo despu¨¦s de que Kirchner volviera a impulsar los juicios contra los criminales de la dictadura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.