El Louvre invierte 53,5 millones para ¡®humanizar¡¯ la visita al museo
Jean Luc-Martinez, nuevo director, detalla su plan para adaptar el centro a las 10 millones de entradas anuales P El 75% del p¨²blico ya proviene del turismo
Tras ser nombrado presidente y director del Museo del Louvre, Jean-Luc Martinez decidi¨® convertirse en turista por un d¨ªa. El verano pasado, se puso a hacer cola ante la pir¨¢mide de cristal que da acceso al museo parisino y esper¨® dos horas y media para comprar una entrada. Tuvo suerte: en los d¨ªas de mayor afluencia, la espera puede alcanzar hasta cuatro horas. ¡°La reflexi¨®n hab¨ªa empezado bajo el mandato de mis predecesores, pero al meterme en la piel del visitante y conversar con el personal del museo entend¨ª hasta qu¨¦ punto urg¨ªan los cambios¡±, explica Martinez. Mucho ha cambiado para el hogar de la Mona Lisa y la Venus de Milo en las ¨²ltimas d¨¦cadas. En 1988, el Louvre recib¨ªa 2,7 millones de visitas al a?o. ¡°Hoy nos acercamos a los 9,5 millones¡±, apunta el director. ¡°Las consecuencias son m¨²ltiples: alargamiento de las colas, dificultades para orientarse, molestias sonoras y falta de espacio en el guardarropa¡±.
Con el diagn¨®stico en mano, Martinez se decidi¨® a operar, con el objetivo de ¡°valorizar una de las colecciones m¨¢s bellas del mundo y lograr una mejor acogida para todos los p¨²blicos¡±. El resultado es el llamado Proyecto Pir¨¢mide, una serie de medidas de urgencia iniciadas en el ¨²ltimo trimestre, que empezar¨¢n a dar sus frutos en 2015. Cuando lleguen a t¨¦rmino, dentro de dos a?os, habr¨¢n provocado una transformaci¨®n considerable en los pasillos del museo m¨¢s visitado del mundo. El Louvre adoptar¨¢ cambios log¨ªsticos para reducir colas y descongestionar corredores: las puertas de acceso al museo se multiplicar¨¢n por dos, se abrir¨¢n nuevas taquillas y se crear¨¢ la posibilidad (hoy inexistente) de adquirir la entrada por Internet. Adem¨¢s, se ampliar¨¢n consignas y sanitarios y se trasladar¨¢ la librer¨ªa del vest¨ªbulo a uno de los pasillos colindantes. La idea es aliviar el flujo de visitantes en el lobby situado bajo la pir¨¢mide, hoy permanentemente saturado.
El Proyecto Pir¨¢mide empezar¨¢ a dar sus frutos en 2015 y terminar¨¢ en 2017
¡°Quiero que la pir¨¢mide vuelva a ser un espacio de serenidad. El Louvre es el ¨²nico museo del mundo en el que la propia entrada ya es considerada una obra de arte", apunta Mart¨ªnez sobre la obra arquitectural de I. M. Pei, inaugurada en 1989. El arquitecto habr¨ªa validado los cambios que se anuncian. ¡°Los acept¨® sin reservas. No es como otras estrellas de la arquitectura, que ven su obra como algo inmutable¡±, apunta la directora de proyectos inmobiliarios del Louvre, Cristina Haye, precisando que no se intervendr¨¢ sobre el caparaz¨®n arquitect¨®nico.
Las obras, cifradas en 53,5 millones de euros, estar¨¢n financiadas por los propios fondos del museo, gracias al proyecto del nuevo Louvre de Abu Dabi, que ser¨¢ inaugurado en 2016. Por ese proyecto, el emirato ha pagado 965 millones de euros al museo parisino (400 de los cuales solo por poder utilizar la marca Louvre), que han pasado a formar parte de un fondo propio y no a las arcas del Estado. Adem¨¢s, el Louvre recurrir¨¢ al mecenazgo privado para terminar de sufragar el coste de su nuevo proyecto.
Todo se financiar¨¢ con los fondos de la nueva franquicia en Abu Dhabi
El proyecto tambi¨¦n aspira a mejorar la calidad de la visita, juzgada confusa o ca¨®tica por muchos visitantes, a menudo perdidos en un laberinto de salas y departamentos. Martinez aspira a simplificar el recorrido con un nuevo mapa pensado para recorrer sus pasillos y la instalaci¨®n de una se?al¨¦tica m¨¢s llamativa. Adem¨¢s, la totalidad de sus 40.000 paneles y cartelas pasar¨¢n a ser triling¨¹es (franc¨¦s e ingl¨¦s, pero tambi¨¦n espa?ol) y los textos explicativos tendr¨¢n un perfil m¨¢s conciso y did¨¢ctico, adaptado a un p¨²blico cada vez m¨¢s joven y for¨¢neo. Seg¨²n datos de 2013, un 74,9% de los visitantes del museo son turistas y su edad media ha descendido hasta los 37 a?os.
El plan del Louvre supone una de las mayores iniciativas detectadas hasta hoy para responder al insospechado fen¨®meno de visitas protagonizado por los grandes centros de arte. Hasta 10 museos internacionales reciben m¨¢s de 5 millones de visitas al a?o, como el MoMA neoyorquino, el British Museum, la Tate Modern o la National Gallery de Londres. El conjunto de cincuenta grandes museos y monumentos de Par¨ªs, que sigue siendo el primer destino tur¨ªstico mundial, recibe 73 millones de visitas anuales. El Centro Pompidou y el Museo de Orsay superan los 3,5 millones de visitantes anuales, mientras que el Grand Palais y el Museo del Quai Branly, dedicado a la antropolog¨ªa, bordean los 1,5 millones. Las autoridades empiezan a tomar cartas en el asunto. Durante los pr¨®ximos dos a?os, el ministerio de Cultura incitar¨¢ a tres centros patrimoniales ¡ªel Palacio de Versalles, el Museo de Orsay y el mismo Louvre¡ª a abrir siete d¨ªas a la semana ¡°de modo experimental¡±, para repartir la afluencia y evitar las aglomeraciones.
El plan del Louvre supone una de las mayores iniciativas para responder al insospechado fen¨®meno de visitas?
Para el Louvre, donde las visitas se han duplicado en la ¨²ltima d¨¦cada, el reto consiste en evitar morir de ¨¦xito. "El incremento continuo de visitantes nos honra tanto como nos constri?e", opina Martinez, para quien la clave es dejar de pensar en cifras y entrar en un debate cualitativo. "Los museos, al ser lugares que muestran y ayudan a entender nuestro pasado, nos ayudan a dar sentido a nuestro presente y futuro. Para m¨ª, la cuesti¨®n esencial no es hacer aumentar ese n¨²mero de visitantes, sino lograr que la acogida sea mejor y conseguir que se aprenda lo m¨¢ximo con cada visita", precisa Martinez.
Responsables del Louvre reconocen que la visita resulta demasiado larga (2 horas y 42 minutos, de media) y no siempre est¨¢ adaptada a los conocimientos de ese nuevo perfil de visitante. Para corregir las disfunciones, el museo crear¨¢ nuevos espacios dedicados a la mediaci¨®n con el visitante, que proporcionar¨¢n orientaci¨®n art¨ªstica y cultural respecto a las obras expuestas. "El Louvre debe ser capaz de dirigirse a todo tipo de p¨²blicos, a la vez que seguir siendo fiel a su reputaci¨®n de exigencia cient¨ªfica", responde Martinez, descendiente de emigrantes almerienses que creci¨® en un suburbio modesto de Par¨ªs y aspira a conectar con esa nueva tipolog¨ªa de visitante. "Debemos conseguir una mejor acogida de todos los p¨²blicos, sea cual sea su origen y el motivo de su llegada, el tiempo del que dispone o su nivel de conocimiento", puntualiza. "Sue?o con un museo cada vez m¨¢s abierto al exterior, m¨¢s accesible y m¨¢s legible. En una palabra, con un Louvre m¨¢s generoso".
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