Hacia una reforma de la reforma
Esta reforma de la Ley de Propiedad Intelectual se parece demasiado a un parche
La reforma de la Ley de Propiedad Intelectual y su cara m¨¢s destroyer ¡ªesos multazos de entre 150.000 y 600.000 euros que la autoridad competente puede imponer desde ya a quienes faciliten o intermedien en el acceso a contenidos protegidos por derechos de autor¡ª escenifican, ante todo, una urgencia: la de parar la hemorragia de latrocinio que el mundo de la creaci¨®n cultural viene sufriendo desde hace ya demasiado tiempo. Esto se debe, b¨¢sicamente, a lo de siempre: una cuesti¨®n educativa. Ni las instituciones pol¨ªticas ni las educativas ¡ªsimplemente las primeras ordenan lo que hacen las segundas y as¨ª nos va¡ª se han preocupado nunca de verdad de poner en marcha campa?as de mentalizaci¨®n escolar y universitaria encaminadas a algo tan sencillo como hacer ver a la ciudadan¨ªa (a los m¨¢s j¨®venes, pero no solo: aqu¨ª se baja de todo casi todo Cristo de toda edad y condici¨®n) que si unas zapatillas deportivas o una sudadera cuestan dinero, una pel¨ªcula, una canci¨®n, un videojuego o un libro tambi¨¦n, o deber¨ªan. Si el cine o la m¨²sica o la literatura no cuestan nada, a lo peor un d¨ªa nadie quiere seguir intentando vivir de ellos, m¨¢s que nada porque ser¨¢ una quimera. Imaginemos a un zapatero haciendo zapatos s¨®lo por amor al arte de hacer zapatos, o a un escritor escribiendo s¨®lo por amor al arte de escribir, incluso a un cineasta pensando y rodando una pel¨ªcula s¨®lo por amor... al s¨¦ptimo arte.
Hasta ah¨ª, la explicaci¨®n de por qu¨¦ un pa¨ªs serio necesita combatir la muerte lenta de sus industrias creativas, que no son otra cosa que la suma de la labor de sus creadores, el apoyo p¨²blico a su acci¨®n y la colaboraci¨®n del sector privado.
Pero lo que el Gobierno de Mariano Rajoy ha hecho con esta reforma de la Ley de Propiedad Intelectual ¡ªseguro que con la inexorable/buena voluntad pol¨ªtica que traen las urgencias (por ejemplo, la de acabar de una vez con el estigma espa?ol de encabezar las grandes listas del pirateo mundial, para escarnio de los pa¨ªses, perd¨®n, serios)¡ª se parece demasiado a un parche, a un recauchutado con mucha forma y, hoy por hoy, poco fondo. La reforma no llega como un producto de consenso parlamentario, por m¨¢s que desde el Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte se siga diciendo que s¨ª. La oposici¨®n en bloque ha rechazado y criticado desde hace mucho tiempo el esp¨ªritu del nuevo texto, aprobado exclusivamente gracias a los votos de la mayor¨ªa de Gobierno, con el fam¨¦lico peaje de tan s¨®lo nueve enmiendas transaccionales aprobadas en el Congreso.
Adem¨¢s, la nueva Ley (?) establece un plazo de un a?o para acometer cambios m¨¢s profundos en su articulado. O sea, que habr¨¢ una gran reforma de la peque?a reforma. Cabe pensar qu¨¦ ocurrir¨¢ si quienes han previsto reformar la reforma dentro de un a?o ya no est¨¢n entonces al tim¨®n del pa¨ªs para reformar, ya sea esa reforma de la LPI o cualquier otra cosa reformable. Pero aqu¨ª ya entramos en el ¨¢mbito del camarote de los hermanos Marx.
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