Otro bucle
Seguidas por France 24 o el canal de 24 horas de TVE, la caza de los asesinos de los humoristas de Charlie Hebdo y el aliado que se atrincher¨® en un supermercado kosher, parec¨ªa una pel¨ªcula de sobremesa sostenida en dos planos fijos. La imagen mostraba la acumulaci¨®n policial en un lugar urbano y el aislado pol¨ªgono industrial. La tensi¨®n cinematogr¨¢fica superaba a los comentarios period¨ªsticos, que apuntaban hacia detalles que se repet¨ªan para hacer m¨¢s corta la espera hasta que la polic¨ªa francesa irrumpiera en ambos espacios. El cine habr¨ªa corrido hacia los primeros planos y las acciones paralelas, hacia la psicolog¨ªa, pero la realidad limitaba el punto de vista y somet¨ªa al espectador a la distancia. Resultaba una buena lecci¨®n para futuros cineastas.
De todo el tratamiento informativo dado al espantoso crimen de los vi?etistas franceses, destaca de nuevo una duda eterna. ?Es necesario emitir en bucle el asesinato de un polic¨ªa que es rematado en el suelo por los asaltantes cuando ya est¨¢ mal herido? La imagen tomada desde una ventana se convirti¨® en la ilustraci¨®n preferida para hablar del caso. Era una acci¨®n que aparentaba ser imprescindible para ratificar las explicaciones de expertos invitados que por la forma de llevar el Kal¨¢shnikov o disparar y cubrirse conclu¨ªan que nos encontr¨¢bamos ante dos j¨®venes formados en campamentos de entrenamiento. Suerte que no contaban con filmaciones de lo que sucedi¨® en el interior de la redacci¨®n, podr¨ªan haber sufrido el mismo abuso.
El temblor de quien grababa las im¨¢genes, las voces atenuadas por la distancia y finalmente la muerte del polic¨ªa cumpl¨ªan con todos los elementos de un plato espectacular. Las pel¨ªculas violentas que no conceden importancia a la violencia misma transforman en una verbena el disparo, el desangrarse, la muerte. Los noticiarios ten¨ªan que emitir la imagen, nadie lo duda, pero no convertirla una vez m¨¢s en un bucle de fondo. Orde?ar de manera grosera una secuencia la debilita, ya no afecta ni produce dolor o empat¨ªa, miedo ni agitaci¨®n. Es deglutida, digerida y defecada del reino de nuestros sentimientos para ser solo una imagen m¨¢s que no habla de personas, que no habla de ese agente llamado Ahmed, y por tanto es sedante, vacua y superada. A la espera de la siguiente.
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