Jean Nouvel reniega de su nueva obra en Par¨ªs
El arquitecto critica la apertura ¡°prematura¡± de su Filarm¨®nica, con exterior inacabado
Tras una d¨¦cada de tensa espera, Par¨ªs cuenta con su propia Filarm¨®nica. El edificio fue inaugurado hace una semana en una ciudad todav¨ªa conmocionada por la violencia yihadista. El concierto inaugural, en el que se escuch¨® a Ravel y Var¨¨se, tuvo un efecto cat¨¢rtico en el patio de butacas, donde se encontraban Fran?ois Hollande, destinatario de una inesperada ovaci¨®n, y la alcaldesa de Par¨ªs, Anne Hidalgo. ¡°Cada movimiento de una sinfon¨ªa conjura al terrorismo¡±, dijo esta ¨²ltima. Sin embargo, el acto cont¨® con una destacada ausencia: la de su arquitecto, Jean Nouvel, descontento con una apertura que considera ¡°prematura¡±.
No le falta raz¨®n. El interior del edificio se encontraba a punto para acoger a los primeros concertistas, pero no su exterior, que no estar¨¢ terminado ¡°hasta dentro de dos o tres meses¡±, como reconoce el presidente de la Filarm¨®nica, Laurent Bayle. El motivo es sencillo: las obras deb¨ªan haber terminado el a?o pasado, como muy tarde. Los conciertos fueron programados meses atr¨¢s y las entradas, puestas a la venta. ¡°Retrasar la inauguraci¨®n era imposible. Entiendo la reacci¨®n de Nouvel, pero debo respetar a nuestro p¨²blico y a los m¨²sicos contratados, adem¨¢s de las subvenciones recibidas¡±, explicaba Bayle.
Un Pompidou musical
El descomunal edificio dise?ado por Jean Nouvel es una estructura irregular y angulosa de 87.000 metros cuadrados y se sit¨²a en pleno Parque de la Villette, a dos pasos de la Ciudad de la M¨²sica del arquitecto Christian de Portzamparc. A partir de ahora, formar¨¢n una entidad ¨²nica, que tendr¨¢ la vocaci¨®n de convertirse en "un Centro Pompidou de la m¨²sica", en palabras de Bayle. Es decir, estar¨¢ abierto a disciplinas variadas y ser¨¢ susceptible de acoger a un p¨²blico diverso. Y, si es posible, tambi¨¦n joven.
El peligro que corre la m¨²sica cl¨¢sica es el envejecimiento de sus espectadores, as¨ª como su car¨¢cter excesivamente homog¨¦neo¡±, reconoce el presidente de la Filarm¨®nica.
Su receta consistir¨¢ en alternar conciertos de todos los g¨¦neros, incluidos el jazz, el flamenco o la chanson, con actividades en sus espacios pedag¨®gicos, que aspiran a seducir a m¨¢s de 100.000 personas al a?o, as¨ª como exposiciones para el gran p¨²blico. La primera estar¨¢ dedicada a David Bowie y abrir¨¢ este 3 de marzo. Le seguir¨¢ otra dedicada al compositor Pierre Boulez, uno de los grandes impulsores de este proyecto.
La fachada est¨¢ formada por 340.000 piezas met¨¢licas que dibujan una bandada de p¨¢jaros, con una segunda membrana tambi¨¦n inacabada, igual que las distintas terrazas panor¨¢micas situadas en el tejado, situado a 52 metros de altura. La sala de conciertos, de suelos ondulados, palcos flotantes y escenario central, es un amplio espacio modulable que puede acoger hasta 3.600 espectadores. M¨¢s del doble que la Sala Pleyel, m¨ªtico templo parisiense de la m¨²sica cl¨¢sica situado en el rinc¨®n opuesto de Par¨ªs, en las avenidas burguesas pr¨®ximas a los Campos El¨ªseos. De hecho, una de las dudas es si la nueva Filarm¨®nica conseguir¨¢ que su p¨²blico natural cruce la ciudad para acercarse a esta sede, situada en un barrio popular pegado al bulevar de circunvalaci¨®n.
Nouvel ha quedado insatisfecho. ¡°La arquitectura ha sido martirizada. Los detalles, saboteados. El contribuyente tendr¨¢ que pagar una vez m¨¢s para corregir estas aberraciones¡±, ha dicho Nouvel en una violenta tribuna publicada en Le Monde. Adem¨¢s, el coste del proyecto es muy superior a lo previsto. El Estado franc¨¦s ha terminado invirtiendo 387 millones en ¨¦l, casi el doble de los 200 millones inicialmente presupuestados. Pese a todo, Nouvel conf¨ªa en que esta historia tenga final feliz. El arquitecto ha declarado sobre la obra que ¡°con el tiempo y muchos cuidados, como sucede con los beb¨¦s prematuros, sus estigmas desaparecer¨¢n¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.