H¨¦roes
Qu¨¦ ¨¦pico debe ser cumplir ¨®rdenes desahuciando a quien no tiene casi nada. Y con el fr¨ªo que hace
Como todav¨ªa dispongo esa cosa tan prescindible llamada techo y no me han cortado la calefacci¨®n, intento distraer a mi gripe ojeando el libro El francotirador, confesiones de un superh¨¦roe que bati¨® records carg¨¢ndose malos en su posici¨®n de francotirador, esos se?ores que te vuelan la cabeza sin que notes jam¨¢s su presencia. Su cifra funeraria no est¨¢ clara, pero aseguran que como m¨ªnimo mat¨® a 160 demonios iraqu¨ªes. Bueno, a lo peor alguno no era diab¨®lico, sino gente que pasaba por all¨ª, pero ya se sabe que los asesinatos colaterales son inevitables.
Empleo el t¨¦rmino ojear en vez de leer, porque el relato de sus experiencias no est¨¢ contado con prosa realista sino m¨¢s bien pedestre. Tal vez la culpa sea de la traducci¨®n, pero cuando el protagonista repite cada cierto tiempo que ¡°se lo pas¨® de lo lindo¡± (tan duro currando y tan cursi expres¨¢ndose) se te quitan las ganas en nombre de la est¨¦tica de seguir constatando sus haza?as. Tambi¨¦n por razones ¨¦ticas. Un pavo que afirma que para ¨¦l solo existe Dios, la patria y la familia (en ese orden) me provoca algo relacionado con el asco y el miedo.
Este tarado en proceso de santificaci¨®n se llamaba Chris Kyle y pertenec¨ªa a los Seal, esa unidad de ¨¦lite dedicada a operaciones especiales. En la infancia me provocaban pavor los encapuchados nazarenos. Y de mayor, me causa un notable canguelo la imagen de esos soldados y polic¨ªas enmascarados, con gafas de visi¨®n nocturna y armamento de todo tipo. De acuerdo, ser¨¢n los guardianes del orden, la ley, la libertad, la democracia y no s¨¦ cu¨¢ntas cosas m¨¢s, pero su apariencia acojona no solo a los malos, sino tambi¨¦n a los buenos, que somos nosotros.
Veo en televisi¨®n que 50 polic¨ªas de esa guisa, antidisturbios, asaltan una casa en Vallecas cuya puerta est¨¢ cubierta con un colch¨®n, un somier y una nevera. Y deduzco ante semejante despliegue guerrero que dentro est¨¢ refugiado el Eje del Mal, los resucitados Hitler, Stalin, Caligula, Jack the Ripper y otros monarcas de la historia de la infamia.
Pero no es as¨ª. Este ataque tiene la hist¨®rica misi¨®n de dejar en la puta calle a un matrimonio y a sus tres hijos, incluido un beb¨¦ de dos meses. Qu¨¦ ¨¦pico debe ser cumplir ¨®rdenes desahuciando a quien no tiene casi nada. Y con el fr¨ªo que hace.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.