Plomo y tachuelas para dar con Cervantes

Huellas del plomo de Lepanto. Esta es ahora una de las pistas m¨¢s seguras en la b¨²squeda de los restos de Miguel de Cervantes en la cripta de las Trinitarias de Madrid. Sobre todo porque los huesos que conten¨ªan el ata¨²d recientemente hallado y marcado con las iniciales MC, como las del gran escritor, no proceden de un solo individuo, sino de varios, entre neonatos, ni?os y adultos, varones y hembras.

Miguel de Cervantes particip¨® como soldado en la batalla naval de Lepanto de 1571, donde fue herido por disparos de arcabuz. De ah¨ª, su sobrenombre de El manco de Lepanto. Su mano izquierda no fue amputada, pero se le anquilos¨® al perder el movimiento de la misma cuando un trozo de plomo le seccion¨® un nervio. La presencia de este metal en alguno de los huesos hallados, casi cinco siglos despu¨¦s, reducir¨ªa notablemente la b¨²squeda y aportar¨ªa una pista importante de la identidad de esos restos.

Ahora bien, el examen, la selecci¨®n y la identificaci¨®n plena de este material ¨®seo pueden llevar mucho tiempo a los investigadores forenses. Por eso, otra de las claves consiste en el an¨¢lisis material de las iniciales que tachonan el gran ata¨²d donde se hallaron. Como cabe datar ambas cronol¨®gicamente mediante su an¨¢lisis qu¨ªmico, lo cual parece probable, tambi¨¦n lo ser¨ªa que se tratara de una inscripci¨®n, incluso muy posterior a la del fallecimiento del novelista universal en 1616.

De este modo, las dos iniciales del nombre y apellido de Miguel de Cervantes habr¨ªan sido inscritas en un ata¨²d de mayor tama?o que el original, capaz de albergar m¨¢s restos, tras una de las frecuentes reducciones de huesos, realizadas usualmente en los lugares de enterramientos despu¨¦s de transcurrir plazos de tiempo.

En consecuencia, el marcado con las iniciales se habr¨ªa hecho en su d¨ªa de manera concisa, acorde con la austeridad conventual, para permitir identificar el lugar donde se hallan unos restos como los de Cervantes, especialmente valiosos para la comunidad trinitaria que los custodia desde hace cuatro siglos.

Una v¨ªa exploratoria m¨¢s la componen los elementos textiles encontrados en el f¨¦retro, al parecer pegados a los herrajes, que bien pudieran corresponder al h¨¢bito de la Venerable Orden Tercera Franciscana a la cual se hallaba vinculado el escritor desde meses antes de su fallecimiento. Se sabe que sol¨ªa ser de estame?a parda para los frailes de las ordenes franciscanas, si bien los legos civiles, como los de la Tercera, eran amortajados de una manera sobria, a base de un simple sudario y con una cruz.

Se han conocido nuevos detalles del hallazgo del f¨¦retro signado con las iniciales MC. Su situaci¨®n exacta era el primer nicho de la primera fila y de la primera columna de la pared que alberga los 36 enterramientos parietales. Como quiera que este nicho carec¨ªa del habitual peto que los cierra a los pies, la introducci¨®n de la microc¨¢mara que detect¨® su contenido fue de las primeras realizadas en la ma?ana del s¨¢bado, cuando comenz¨® en la cripta la exploraci¨®n del recinto funerario. Esa misma ma?ana, algunos periodistas autorizados a acceder a la cripta pudieron observar c¨®mo la endoscopia enviaba a un monitor im¨¢genes del interior del nicho. All¨ª era perceptible el perfil de un artefacto de madera con herrajes oscuros que contrastaban con el color marr¨®n del maderamen, muy deteriorado.

Los materiales textiles hallados ofrecen otra v¨ªa exploratoria

Tras confirmarse que se trataba de un ata¨²d, y consumido el tiempo de estancia de los periodistas, estos desalojaron la cripta, donde prosigui¨® la tarea del equipo multidisciplinar m¨¢s completo, por su variedad de composici¨®n, desplegado en una actuaci¨®n cultural-patrimonial en Espa?a. Al equipo de especialistas se ha incorporado el historiador Francisco Jos¨¦ Mar¨ªn Perell¨®n, experto en el Madrid renacentista y barroco, que ya intervino hace dos d¨¦cadas como asesor en la b¨²squeda de los restos de Diego Vel¨¢zquez en las ruinas de la iglesia de San Juan, bajo la plaza de Ramales de Madrid.

Mar¨ªn Perell¨®n se apresta a fortificar las bases documentales de la investigaci¨®n desplegada en el convento de las Trinitarias, mediante la exploraci¨®n exhaustiva de archivos estatales y religiosos en los cuales debe hallarse la referencia escrita, como era costumbre en la ¨¦poca, de las inhumaciones y obras de modificaci¨®n, reedificaci¨®n, demolici¨®n, incluso revoco, de los templos madrile?os, cuya polic¨ªa estaba adscrita entonces al Arzobispado toledano. Igualmente, existe abundante material documental en la cercana iglesia de San Sebasti¨¢n, donde se anotaban los entierros con miras a fiscalizar los ingresos procedentes de los pagos de las misas de difuntos.