¡°Los artistas de hoy no saben ser modernos¡±
Isidoro Valc¨¢rcel Medina presenta en el Musac el proyecto ¡®De ayer a hoy¡¯
Isidoro Valc¨¢rcel Medina (Murcia, 1937) no acostumbra a guardar documentaci¨®n de su trabajo. El suyo es un arte de circunstancias y de participaci¨®n. Para el Musac, el Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas 2007 ha creado el proyecto De ayer a hoy, una suerte de ¡°urbanismo prematuro¡± donde s¨ª saca a la luz una serie de planos y documentos creados hace m¨¢s de veinte a?os. Realizado en colaboraci¨®n con el colectivo Agencia de Desmontajes, el trabajo parte de las Sugerencias de un forastero al Plan General de Le¨®n, que present¨® en 1991 en una galer¨ªa de arte. ¡°En aquel momento imagin¨¦ los terrenos donde ahora est¨¢ el Musac como un parque de atracciones y un museo del viento, con una plataforma-ventilador para que a los visitantes se les levantaran las ropas, como la famosa imagen de Marilyn [Monroe]. Tambi¨¦n ide¨¦ un campo de f¨²tbol, con mamparas transparentes en los vestuarios para ver a los jugadores y una sala de equipos de televisi¨®n donde los ¨¢rbitros pitan la jugada¡±. Sobre ese antes y despu¨¦s, opina: ¡°Es el cambio de todas las ciudades que conocemos, que transcurre en lugares v¨ªrgenes o claramente mejorables, pero que despu¨¦s entran en ellos los intereses pol¨ªticos o de particulares y¡ todo va a peor¡±. Valc¨¢rcel Medina propone nuevos tipos de distribuci¨®n o recepci¨®n para su arte, como sucedi¨® hace ya un siglo con el dada¨ªsmo, micromedios en los que el espectador tambi¨¦n es protagonista. ¡°Se trata de fastidiarle y obligarle a que se convierta un poco en coautor¡±.
PREGUNTA.?En su proyecto, el museo es parte implicada en la transformaci¨®n urban¨ªstica y a la vez contenedor de su trabajo cr¨ªtico. ?Es su obra una cr¨ªtica institucional?
La buena educaci¨®n es important¨ªsima para el arte que tiene una manifestaci¨®n, digamos, social
RESPUESTA. Aunque intencionadamente no lo fuera, por inercia los hechos van convirti¨¦ndola en cr¨ªtica. Los comportamientos institucionales inducen a poner de relieve el disparate de c¨®mo se construye el h¨¢bitat del ciudadano. Entonces no es tanto que haya una cr¨ªtica, que es evidente, sino que resulta que al final los hechos, como si dij¨¦ramos, vienen a darte la raz¨®n. En este caso, el Musac se ha comportado muy constructivamente. La propuesta de este proyecto espec¨ªfico vino de su director, Manuel Olveira, quien a fuerza de insistirme me convenci¨®. Yo no quer¨ªa una retrospectiva, prefer¨ªa hacer un refrito, que aunque es una palabra que denota desprestigio, me gusta. Muchas comidas mejoran con un buen refrito.
P.??C¨®mo se defiende su obra del impacto de la instituci¨®n?
R. Tengo muy buenas relaciones con casi todos los centros, nunca he cedido un mil¨ªmetro y sin embargo sigo siendo respetado por esas instituciones a las que no me someto. Uno debe entrar en la instituci¨®n de manera creativa y, sobre todo, bien vestido. La buena educaci¨®n es important¨ªsima para el arte que tiene una manifestaci¨®n, digamos, social. Esto tiene como consecuencia que a veces no te dejan entrar y otras s¨ª, pero una vez que estoy dentro mi comportamiento es inobjetable. Piensan, ¡°a este hombre no le podemos hincar el diente¡±. No hay que tirar piedras desde fuera sino desde dentro, entrar y decirles, con respeto, ¡°oiga, no me tome usted el pelo¡±. A m¨ª el arte panfletario no me interesa, se puede llegar al mismo lugar de otra manera, m¨¢s c¨®moda, incluso, y con la suficiente astucia para no salir contaminado.
P.?Mondrian entend¨ªa su obra como un programa para una futura sociedad socialista, el mismo Barnett Newman era anarquista. ?Su obra es program¨¢tica?
R. No como prop¨®sito inicial, eso es algo que me trae absolutamente al pairo. Carezco de inquietudes sociales o pol¨ªticas, pero junto a eso soy perfectamente consciente de que no doy un paso sin estar movido por esas inquietudes. O sea que no hay una intenci¨®n directa pero s¨ª una inercia que te aboca a actuar as¨ª. Aunque en realidad siempre he pensado que el verdadero artista es el individuo que ayuda, esos m¨¦dicos y arquitectos que trabajan en zonas de conflicto. Los artistas vivimos una vida c¨®moda y relajada, no nos arriesgamos. Quisiera ser como ellos en el plano del compromiso, pero no lo soy porque no tengo la madera.
P.??C¨®mo elabora su organigrama para sus acciones art¨ªsticas?
R. Para m¨ª hay una cosa imprescindible, que es el rigor absoluto de la acci¨®n. Antes que el rigor del resultado es el rigor del proceso. Para ello es fundamental documentarse. Despu¨¦s el resultado puede ser una estupidez como un castillo, pero bueno, que no sea por falta de formaci¨®n.
P.??Duchamp fue un jugador de ajedrez o el artista m¨¢s influyente del siglo XX?
R. No s¨¦ hasta qu¨¦ punto era un buen jugador de ajedrez, pero desde luego no es el artista m¨¢s influyente del siglo XX. La importancia de lo que hizo es enorme, dio la vuelta a la tortilla pero no lo creo con el car¨¢cter de paternidad de todo lo que ha ocurrido despu¨¦s, ni emocional ni intelectualmente alcanza ese nivel. Aquello lleg¨® en un momento oportuno y pudo sentar el modelo, el molde, con toda justicia. Prefiero otras sutilezas, como la m¨²sica no intencional de John Cage, cuando hace un ruido y a los dos minutos surge el silencio, eso para m¨ª vale m¨¢s que todas las sinfon¨ªas, c¨®mo el ruido adquiere el papel de expresi¨®n directa, no intelectualizada y no estetizada. Tambi¨¦n me interesan mucho las ventanas que pinta Juan Gris, que no se sabe lo que est¨¢ fuera y lo que est¨¢ dentro y algunas veces el mar parece que entra en la habitaci¨®n. Para m¨ª la modernidad es lo que encaja en el momento. Ahora mismo estamos carentes de modernidad porque los autores no han sabido ser modernos.
Carezco de inquietudes sociales o pol¨ªticas, pero junto a eso soy consciente de que no doy un paso sin estar movido por ellas
P. En el arte usted siempre ha preferido la experiencia frente al objeto. ?Qu¨¦ siente ante un brancusi?
R. Me gusta y me lo paso bien. Lo que ocurre es que la obra de muchos artistas ha sido rodeada de una parafernalia de teor¨ªas est¨¦ticas que van sumiendo en un mundo aparte lo que yo me imagino que el autor quer¨ªa transmitir. Y entonces cuando decimos un brancusi ya no vamos a la esencia de lo que era. Cuando hay un hito en la historia del arte, ese hito lo es muchas veces por aditamentos que la sociedad ha ido colocando, no por lo que realmente es.
P.??Definir¨ªa su trabajo como una de-sublimaci¨®n, un perpetuo cuestionamiento o negaci¨®n del estatus de mercanc¨ªa de la obra de arte dentro de la industria cultural?
R. Mi obra es una oposici¨®n visceral a ello, lo cual no significa una posible mercantilizaci¨®n futura.
P.?En 2012 present¨® en la galer¨ªa Ivorypress un libro, Ilimit, dentro de una urna, como un objeto votivo. En su caso, se dir¨ªa que es una ¡°aberraci¨®n¡±.
R. Esa obra la medit¨¦ como muy pocas. Al principio no me apeteci¨® nada. Pero me lanc¨¦ y decid¨ª hacer un libro, o mejor dicho, nueve tomos, en los que el lector no aprendiera nada. Cada p¨¢gina est¨¢ numerada en 54 idiomas hasta llegar a 6.000. Me llev¨® tres a?os hacerlo y cost¨® una fortuna traducirlo. Ning¨²n libro es igual al otro, si uno adquiere un ejemplar tendr¨¢ una obra incompleta. Era la forma de que nadie pudiera sacarle el jugo y la manera de escapar de esa trampa.
P.??Hasta d¨®nde llega su escepticismo?
R.?No soy un esc¨¦ptico. Simplemente procuro no comulgar con lo que me viene prefabricado, pensar por qu¨¦ se hacen las cosas. Soy absolutamente cr¨¦dulo. Tengo el defecto de que me paro a pensar. Lo que no quiero es repetir. Hay demasiados sobadores. Los pintores de domingo son los grandes artistas.
De ayer a hoy. Isidoro Valc¨¢rcel Medina. Musac. Avenida de los Reyes Leoneses, 24. Le¨®n. Hasta el 3 de mayo.
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