El carnaval de las tinieblas

El se?or y la se?ora Am¨¦rica, aquel concepto de Billy Wilder expuesto en la insigne El gran carnaval (1951), con el que se bautizaba a la masa que se alimenta de carro?a social a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n, han parido un nuevo hijo: un don nadie dispuesto a todo, producto de los tiempos de Internet como curso de formaci¨®n vital, como mercader de la autoayuda, un reptil de la noche, un trabajador por cuenta propia que se comer¨ªa a su madre con tal de vender un reportaje de 200 d¨®lares. Nightcrawler, estimulante pel¨ªcula de debut del hasta ahora guionista Dan Gilroy, hermano menor de Tony, director de Michael Clayton, es un viaje al fin de la noche comandado por un soci¨®pata del siglo XXI que quiz¨¢ no sea m¨¢s que un vendedor de crecepelo del XIX, el hijo bastardo del periodismo ciudadano entendido como curso online de fontaner¨ªa casera, ¡°un m¨ªsero, lega?oso, pulgoso, aterido, que ha acabado aqu¨ª perseguido por el hambre¡±, que dir¨ªa C¨¦line.

Gilroy, guionista y director, ha creado un personaje apasionante al que Jake Gyllenhaal pone rostro demente, ademanes peligrosamente suaves y una cadencia en los di¨¢logos que, literal, aterran. Como en el Taxi driver de Martin Scorsese, Paul Schrader y Robert De Niro, pel¨ªcula con la que Nightcrawler tiene variados paralelismos, quiz¨¢ demasiados, es una criatura solitaria que s¨®lo quiere trabajar, ¡°en donde sea y a la hora que sea¡±. Gilroy ha intentado crear el Network de las noticias de sucesos en los canales de televisi¨®n locales y, con la sensacional ayuda de Robert Elswit, director de fotograf¨ªa habitual de Paul Thomas Anderson, casi lo consigue.

Casi, porque la fascinante atm¨®sfera, el inquietante personaje, el escrupuloso mantenimiento del punto de vista y los ins¨®litos toques de comedia negra, a los que tambi¨¦n se agarraba la pel¨ªcula de Sidney Lumet, no van acompa?ados de la irresistible complejidad de aquel gui¨®n de Paddy Chayefsky en el tratamiento del comprador de la noticia, no s¨®lo la masa, que tambi¨¦n, sino sobre todo el cargo period¨ªstico dispuesto a dar basura y sangre, aun a costa de cualquier rigor. Y aqu¨ª el personaje de Rene Russo queda dibujado, sin m¨¢s, por el miedo a perder el trabajo m¨¢s que por las ansias de gloria, lo que, aun siendo signo de los tiempos, queda algo superficial.

En Taxi driver hab¨ªa un discurso posVietnam y una aguda reflexi¨®n sobre la sociedad como ente; aqu¨ª hay un fant¨¢stico personaje que trasciende en menor medida. Eso s¨ª, el tama?o de las pel¨ªculas con las que el cr¨ªtico se ve obligado a comparar a Nightcrawler, candidata al Oscar al mejor gui¨®n original, ya da una idea de la importancia de la propuesta de Gilroy, cuidad¨ªsima desde el primer instante, con ese vampiro de la noche que chupa la sangre a la sociedad porque ¨¦sta quiz¨¢ le ha obligado a alimentarse de ella, hasta el muy simb¨®lico ¨²ltimo plano, junto a los cr¨¦ditos, presidido por una luna llena que alumbra la salida nocturna de los lic¨¢ntropos como ¨¦l.