Perdedor

Siempre anduvo escap¨¢ndose de algo: de la justicia, del desamor, de la penuria, del hast¨ªo. No hu¨ªa, se ausentaba, se desamarraba de un puerto ineficiente para amarrar en otro puerto igualmente defectuoso. Las secuencias del infortunio iban se?alizando una continuidad narrativa que conduc¨ªa a la casa del perdedor. Padeci¨® guerras, cautiverios, descalabros, desdenes. La familia quebrantada, la voluntad consumida, el destino trunco fueron las ¨²nicas credenciales con las que pretendi¨® lo no alcanzado. Nunca medr¨® en ninguna cofrad¨ªa porque no era adicto a la lisonja ni condescendi¨® con la inequidad de los desaprensivos. Residi¨® de modo recurrente en ciudades impensadas y se ejercit¨® en oficios indeseados. Con prosa pobre y humillaci¨®n mucha solicit¨® trabajos difusos nunca concedidos. Comparti¨® lo que amaban los decentes y luch¨® contra lo que los falsarios defend¨ªan, pues era amigo de los perseguidos y abominaba de los perseguidores. Un d¨ªa, fatigado de privaciones tantas, defraudado del que quiso haber sido, regres¨® al refugio equ¨ªvoco de los suyos como un combatiente menoscabado por la fatalidad. Public¨® entonces, ya casi sexagenario, un libro que habr¨ªa de constituir hasta hoy mismo una de las cimas triunfantes de la literatura universal. Ni siquiera se conoce el paradero de sus huesos. Aunque un d¨ªa se encontraran, nunca remediar¨ªan la obstinaci¨®n de la injusticia.

Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald es Premio de Literatura Miguel de Cervantes 2012.