Am¨¦rica en el ojo
De la revista literaria Buensalvaje, fundada en Lima por Dante Trujillo, hay una versi¨®n espa?ola, editada por Demipage, y en el n¨²mero dos pueden leerse sagaces rese?as sobre Levrero, Gaddis, Ismael Grasa y Doctorow, as¨ª como muy buenas entrevistas con Marta Sanz y con el cr¨ªtico cultural Jordi Costa. Y hay una columna de Lina Meruane que mientras la le¨ªa he pensado que tendr¨ªa que reproducirla entera aqu¨ª, convencido como estoy a veces de que, como dec¨ªa Wallace Stevens, las citas tienen un inter¨¦s especial, ya que uno es incapaz de citar algo que no sean sus propias palabras, quienquiera que las haya escrito.
Lina Meruane es chilena, vive en Nueva York y es autora de una novela de genio y de perturbadora inteligencia, Sangre en el ojo (Caballo de Troya). En su columna dice que, de paso por Madrid, no ha dejado de escuchar esta queja: en Am¨¦rica Latina no se lee a los escritores espa?oles; ¨¦stos leen a los latinoamericanos, pero no sucede lo mismo en direcci¨®n contraria. Y se pregunta: ¡°?No ser¨¢ que en esa acusaci¨®n sigue en pie una distorsi¨®n de perfiles virreinales donde existen s¨®lo dos polos? Espa?a (los escritores espa?oles) resintiendo el desinter¨¦s de ¡®Am¨¦rica Latina¡¯ como si ¨¦sta todav¨ªa (o alguna vez) fuera una argamasa homog¨¦nea, un continente-colonia, en vez de 20 naciones contradictorias y dialogantes que contienen incluso dentro de sus fronteras, una diversidad asombrosa¡±.
A esta pregunta encadena otra, a¨²n m¨¢s oportuna: ¡°?Por qu¨¦ Espa?a ha de medirse contra toda ¡®Am¨¦rica Latina¡¯ siendo apenas un pa¨ªs entre muchos que escribe en castellano y en otras lenguas?¡±.
Sugiere Meruane que estar¨ªa bien que los literatos espa?oles renunciaran a esos idearios metropolitanos y pasaran a ejercer una mirada horizontal a la altura de los tiempos, lo que yo apruebo de inmediato, adem¨¢s de ver en ello un modo perfecto de relajarse, incluso de empezar por fin a divertirse. ?O acaso no ser¨ªa divertido medir la literatura espa?ola con cada una de las literaturas de esas 20 naciones contradictorias y dialogantes y as¨ª de paso evaluar, de una en una, con inter¨¦s de verdad, esas literaturas; analizar los contrastes, y, en un viaje infinito, adentrarse en la diversidad interna de cada una de ellas?
En otras palabras, extender por fin de un modo quiz¨¢s humilde (horizontal) la mirada, y descubrir de paso algo que no dice Meruane y es el porqu¨¦ en cada una de las hoy transnacionales literaturas americanas gran parte de la narrativa espa?ola no interesa nada.
No le vendr¨ªa mal a esa narrativa medirse de entrada, por ejemplo, con ese sector de la literatura argentina que considera que a la mayor¨ªa de escritores y cr¨ªticos no les gusta la literatura por s¨ª sola y por eso siempre buscan adherirle temas pol¨ªticos o sociales. ?Qu¨¦ les dir¨ªamos, en situaci¨®n horizontal de igualdad, a quienes quieren acabar con ¡°todas esas pavadas de la literatura comprometida o de la literatura sociol¨®gica¡±? Ah¨ª sin duda hay un largo trayecto por recorrer. Am¨¦rica no es Cuatro Caminos.
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