El Erasmus ilustrado
Un libro plasma mes a mes la experiencia de los estudiantes que salen de su pa¨ªs con la famosa beca europea
Un d¨ªa, casi sin pensarlo demasiado, miles de estudiantes rellenan una solicitud para irse a estudiar a otra ciudad. Lieja, Lille, Lovaina, Coimbra¡ sitios que incluso buscan en el mapa d¨®nde est¨¢n exactamente. Pero no importa, la cuesti¨®n es salir. ?Ingl¨¦s? ?Franc¨¦s? El idioma tampoco supone una barrera. El libro Cosas que nunca olvidar¨¢s de tu Erasmus recoge desde los primeros momentos de esta gran aventura hasta las tristes fiestas de despedida.
Libertad. Esa es la palabra con la que Amaia Arrazola, ilustradora del libro, resume estas becas. "Vuelves m¨¢s maduro aunque el Erasmus en s¨ª haya sido completamente irresponsable. Se crea como una especie de burbuja y ese amigo con el que llevas dos d¨ªas de pronto es tu mejor amigo. Yo mantengo casi todos las amistades que aparecen en el libro y llevo diez a?os con mi novio que conoc¨ª durante mi beca en Par¨ªs", confiesa Arrazola.
El libro refleja todos los t¨®picos que giran en torno a la beca: fiesta sea cual sea el d¨ªa de la semana y sin motivo espec¨ªfico que celebrar; el amor no supera la distancia y se pone a prueba el orgasmus; ir con la idea de no juntarse con espa?oles para aprender el idioma y es la primera norma que se incumple al llegar a la residencia; alimentarse a base de pasta y solo una vez al d¨ªa¡
Raquel Pi?eiro, una de las autoras, no se fue de Erasmus sino de S¨¦neca
Raquel Pi?eiro, una de las autoras, escribi¨® un art¨ªculo en la revista Conde Nast Traveler en el que hac¨ªa una lista de los momentos que todo estudiante vive. Se hizo viral y la entonces editora de Lunwerg la puso en contacto con Arrazola para inmiscuirse en el proyecto de un libro que han tardado nueve meses en terminar. Sin embargo, aunque parezca de broma, Pi?eiro, que viv¨ªa en Santiago de Compostela, no se fue de Erasmus, sino de beca S¨¦neca a Madrid. "Fue un trabajo bastante colaborativo y nos ¨ªbamos contagiando el entusiasmo la una a la otra. Es un recorrido por las experiencias comunes, no tiene un protagonista claro. Hay que tocar el tema del amor, la nostalgia, las visitas de amigos¡", cuenta la escritora.
El libro define el Erasmus como "la mili del siglo XXI", una fuente inagotable de an¨¦cdotas. "Yo me acordar¨¦ siempre de la primera noche de salir en Madrid que amanecimos en la Gran V¨ªa ocho mil horas despu¨¦s y fuimos a desayunar a una cafeter¨ªa y nos encontramos a Garci que ven¨ªa de grabar ?Qu¨¦ grande es el cine! y estaba en una mesa fumando y hablando de cine", recuerda Pi?eiro. Mientras que la ilustradora, entre risas, considera an¨¦cdota cualquiera que est¨¦ comprendida entre las once de la noche y las cuatro de la ma?ana con un poco de alcohol.
Un recorrido mes a mes en el que todo aquel que se haya ido de Erasmus se sentir¨¢ identificado. Conversaciones en tres idiomas a la vez, tener la vida social de un dj ibicenco, cenas tem¨¢ticas que parecen una cumbre de la ONU, viajes fugaces de low cost por toda Europa¡ Una consecuci¨®n de cuidadas ilustraciones en las que se describen los tipos de personas con los que se cruzan, c¨®mo es la habitaci¨®n de noche y de d¨ªa, los sobres de jam¨®n envasado al vac¨ªo o qu¨¦ llevan en la maleta las chicas y los chicos.
La editorial Lunwerg, del Grupo Planeta, cre¨® a principios de febrero una comunidad en Facebook, llamada Yo sobreviv¨ª a mi Erasmus, para compartir experiencias y generar un poco de expectaci¨®n antes de que saliera el libro. Dos o tres veces por semana cuelgan dibujos diferentes a los que aparecen en el libro y est¨¢ previsto que contin¨²en haci¨¦ndolo hasta abril.
Los Erasmus espa?oles reciben las becas m¨¢s bajas de toda la Uni¨®n Europea, pues apenas alcanzan los 143 euros al mes de media, muy por debajo de los 272 del promedio europeo. Sin embargo, Espa?a es el pa¨ªs que m¨¢s estudiantes env¨ªa al extranjero. El Gobierno espa?ol ha reducido la partida un 70% en los ¨²ltimos a?os, de 62,7 millones en 2011 a 16 millones en 2013. No obstante, para 2015 asciende a 37 millones. ¡°En mi caso me bec¨® mi padre, que fue quien me pag¨®¡±, bromea Arrazola.
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