La c¨¢mara activista
De Alemania a Nicaragua, pasando por Sud¨¢frica, Italia y Reino Unido, 'A¨²n no' ofrece una revisi¨®n cr¨ªtica a la fotograf¨ªa documental con trasfondo pol¨ªtico de los setenta y ochenta
En un texto titulado ?tica y est¨¦tica de la fotograf¨ªa documental, Martha Rosler avanza un sencillo esquema para determinar los ¡°momentos¡± de responsabilidad del fot¨®grafo: ¡°El primero es el momento en que decide qu¨¦ tema tratar o qu¨¦ foto hacer y la resultante traducci¨®n fotogr¨¢fica de su objeto u objetos. El segundo se encuentra en la propia imagen, en que se deben sopesar y tener en cuenta el significado social, la responsabilidad respecto a su objeto, y los criterios est¨¦ticos. El tercer momento tiene que ver con el modo y el contexto de la distribuci¨®n¡±. Acompa?ado de este esquema, el espectador de la exposici¨®n A¨²n no podr¨¢ interrogarse y valorar el modo en que el conjunto de obras expuestas responden o se sit¨²an ante una problem¨¢tica como es la responsabilidad y el compromiso de la pr¨¢ctica documental, que, en buena medida, constituye el n¨²cleo de esta propuesta.
El planteamiento te¨®rico y program¨¢tico de esta exposici¨®n ¡ªcuyo subt¨ªtulo remite expl¨ªcitamente al t¨ªtulo de un art¨ªculo referencial de Allan Sekula (Desmantelar la modernidad, reinventar el documental)¡ª parece orientarse de partida hacia una revisi¨®n global de la cr¨ªtica pol¨ªtica del g¨¦nero documental, y las formas alternativas de construcci¨®n de un documental social cr¨ªtico y eficazmente pol¨ªtico, tal y como se empez¨® a formular desde finales de los a?os sesenta y a lo largo de los setenta, en un contexto de confluencia entre movimientos sociales y neovanguardia, y a partir de la cr¨ªtica al autorismo, a la subjetividad del artista y a la objetividad, inmediatez, transparencia y veracidad del propio medio fotogr¨¢fico.
Sin embargo, a medida que la muestra avanza el foco se desplaza, fundamentalmente, hacia el an¨¢lisis de la fotograf¨ªa como herramienta o instrumento de lucha a trav¨¦s de una serie de casos o ejemplos ligados a determinados movimientos sociales y pol¨ªticos.
De hecho, es la revisi¨®n del activismo fotogr¨¢fico, de la fotograf¨ªa militante, de la fotograf¨ªa protesta (por utilizar un s¨ªmil con la canci¨®n protesta), de las pr¨¢cticas fotogr¨¢ficas colaborativas o comunitarias, de las experiencias de autogesti¨®n y socializaci¨®n, o del uso de la imagen como herramienta de agitaci¨®n y propaganda, a lo largo de los a?os setenta y ochenta, lo que se convierte en la principal aportaci¨®n de este proyecto expositivo. En este sentido, A¨²n no hace suya y explora en el tiempo la afirmaci¨®n de Martha Rosler de que ¡°fue precisamente gracias a los movimientos sociales de los sesenta como la fotograf¨ªa pas¨® a ser indispensable para el activismo¡±.
La exposici¨®n no tiene tanto un planteamiento secuencial, narrativo o dial¨®gico, sino m¨¢s bien ilustrativo, y se estructura a partir de la presentaci¨®n ¡ªy, a menudo, ejemplar reconstrucci¨®n, en espacios bien diferenciados¡ª de una serie de ejemplos, casos o escenarios territoriales. En general, toda la muestra ofrece un importante esfuerzo de recuperaci¨®n y recopilaci¨®n de materiales y documentos que contribuyen a contextualizar con eficacia cada uno de esos ¡°momentos¡± y ¡°situaciones¡±.
El itinerario de la exposici¨®n arranca con una sala en la que se presenta la segunda ola de fotograf¨ªa obrera alemana que se desarroll¨® a principios de los a?os setenta y se articul¨® en torno a la revista Arbeiterfotografie. Tambi¨¦n aparece la revista Volksfoto, con Andreas Seltzer y Dieter Hacker, de quienes se presenta la impactante instalaci¨®n Foto kaputt (1980), compuesta por m¨¢s de 10.000 fotograf¨ªas, que ofrecen una interesante reflexi¨®n cr¨ªtica sobre los usos ¡°corrientes¡± de la imagen fotogr¨¢fica. Figuran adem¨¢s la autorrepresentaci¨®n del trabajo llevada a cabo por los grupos Medvedkin, con la presencia de Chris Marker, desde finales de los a?os sesenta en Francia, y el activismo y las pr¨¢cticas documentales alternativas en la escena inglesa a lo largo de los setenta, con Jo Spence, Terry Dennett y Nick Hedges, la revista Camerawork o el Photography Workshop abordando las condiciones de vida de las clases populares, la falta de vivienda, los recortes en sanidad o la documentaci¨®n del trabajo en las f¨¢bricas. Otra sala da forma visual al contenido del art¨ªculo ya mencionado de Allan Sekula, Desmantelar la modernidad¡, reuniendo los diferentes trabajos que el autor analizaba (el propio Sekula, Martha Rosler, Fred Lonidier, Jon Jost o Chauncey Hare).
Sigue la exposici¨®n con sendos espacios dedicados al movimiento de los Panteras Negras y a la resistencia al apartheid en Sud¨¢frica: el primero se articula en torno al trabajo de la pareja de fot¨®grafos Ruth-Marion Baruch y Pirkle Jones, y el segundo, en torno al colectivo Afrapix. Se presenta tambi¨¦n una instalaci¨®n que recupera la operaci¨®n de autocr¨ªtica y deconstrucci¨®n que Susan Meiselas desarroll¨® sobre su propio trabajo fotoperiod¨ªstico en torno a la revoluci¨®n de Nicaragua; y, finalmente, entre otras propuestas imposibles de detallar aqu¨ª, dos espacios centrados en los a?os setenta, dedicados a los c¨ªrculos activistas de ?msterdam, y a los movimientos de la izquierda extraparlamentaria italiana, donde destaca el especial uso de la fotograf¨ªa en medios impresos alternativos, como Lotta Continua.
Hay un aspecto de enorme inter¨¦s que se desarrolla y aparece a lo largo de la exposici¨®n, generando importantes reflexiones. Se trata de las diferencias, distancias y desplazamientos que se dan entre la fotograf¨ªa o el fot¨®grafo militante, como parte misma de la comunicaci¨®n pol¨ªtica o como participante activo, y la figura del ¡°observador participante¡±, en expresi¨®n de Martha Rosler, que no deja de recordar la postura que Pierre Bourdieu denominaba, a su vez, como ¡°objetivaci¨®n participante o comprometida¡±.
A¨²n no. Sobre la reinvenci¨®n del documental y la cr¨ªtica de la modernidad. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa. Santa Isabel, 52. Madrid. Hasta el 13 de julio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.