En la jaula del jaguar
P¨¦rez-Reverte es un h¨¢bil constructor de personajes, que se erigen ante nuestros ojos, convincentes, por lo que hacen y por los di¨¢logos en que participan
Lo que s¨ª es cierto es que en la biblioteca de la Real Academia Espa?ola existe una colecci¨®n completa de la Encyclop¨¦die, ou dictionnaire raisonn¨¦ des sciences, des arts et des m¨¦tiers / par une societ¨¦ de gens de lettres, mis en ordre et publi¨¦ par M. Diderot ¡ et quant a la Partie Math¨¦matique, par M. D¡¯Alembert. Son 28 tomos encuadernados en piel algo deteriorada, con el sello y el ex libris correspondiente, pertenecientes a la edici¨®n princeps que, con una tirada algo inferior a los 5.000 ejemplares, fueron apareciendo entre 1751 y 1772.
Cuando la primera de estas fechas, la RAE ten¨ªa ya casi 40 a?os de vida, y los seis tomos de su Diccionario de autoridades se hab¨ªan publicado entre 1726 y 1739. A partir de estos datos hist¨®ricos, Arturo P¨¦rez-Reverte escribe una novela que integra la mayor¨ªa de las claves literarias de su autor y constituye un cumplido homenaje no solo a la corporaci¨®n de la que es miembro de n¨²mero desde 2003, sino tambi¨¦n ¡ªy esto es sin duda m¨¢s importante¡ª a la Ilustraci¨®n y el racionalismo. Causas por las que muchos espa?oles, y no solo los acad¨¦micos, lucharon en una batalla incruenta a lo largo de un siglo gris, decadente en lo ¨¦pico, pero sumamente fruct¨ªfero en una contienda no del todo perdida, pero tampoco suficientemente ganada. Me refiero a la de hacer una revoluci¨®n para la que no har¨ªan falta otras armas que el libro y la palabra, seg¨²n dice uno de los personajes hist¨®ricos aqu¨ª presentes, el franc¨¦s D¡¯Alembert, frente a la otra opci¨®n, la de ¡°un ba?o de sangre que preceda al ba?o de raz¨®n¡± defendida por otro de los protagonistas de Hombres buenos, esta vez ficticio: el abate Bringas.
Confieso que nunca antes, en los 40 a?os largos de mis escarceos con la cr¨ªtica literaria, me hab¨ªa visto en una como esta: leer y comunicar mi lectura ¡ªtarea que, en definitiva, hace el cr¨ªtico¡ª a prop¨®sito de una novela en la que aparezco como personaje y que trata de un episodio hist¨®rico relacionado con la Real Academia Espa?ola a la que pertenezco y que est¨¢ acabando de conmemorar su tricentenario. Supongo que estas circunstancias me desautorizan por completo en cuanto a la ecuanimidad exigible a un cr¨ªtico cabal (lo que yo nunca he sido, dicho sea de paso), pero no me impedir¨¢n proclamar el disfrute que me ha producido ser parte en esta fiesta tambi¨¦n como lector. La novela es un g¨¦nero espurio, h¨ªbrido, en el que sin embargo ¡ªy t¨®mese esto como virtud¡ª cabe todo. Hombres buenos colma con raro acierto tal potencialidad llevando hasta sus ¨²ltimas consecuencias las posibilidades novel¨ªsticas del juego, pero tambi¨¦n las de la revelaci¨®n. Es as¨ª una novela de aventuras y de ideas; una novela hist¨®rica y posmoderna; una novela de personaje y de espacio, por decirlo con Wolfgang Kayser; una novela de acci¨®n y, a la vez, una metanovela. Porque en ella convergen todos los recursos de P¨¦rez-Reverte, pero tambi¨¦n asoma, como nunca antes en otra obra suya, la explicitaci¨®n de c¨®mo sus logros como narrador son el resultado de una reflexi¨®n profunda sobre el arte narrativo. Y esto en dos direcciones: el novelista, que es tambi¨¦n personaje de su novela, va desgranando ante el lector, en frecuentes apariciones en mise en ab?me, las dificultades que ha tenido que afrontar para llevar adelante su proyecto. No solo en cuanto a la forma, voces, puntos de vista, articulaci¨®n secuencial, orden y ritmo temporales, sino tambi¨¦n en lo referente a la b¨²squeda de sus fuentes ¡ªver¨ªdicas algunas, fabuladas las m¨¢s¡ª para recrear los ambientes madrile?os y parisienses, y la ruta entre ambas capitales, a la altura de 1781, fecha en la que se sit¨²a la azarosa aventura de dos acad¨¦micos de la espa?ola, el bibliotecario Herm¨®genes Molina y el brigadier Pedro Z¨¢rate y Queralt, comisionados en su condici¨®n de ¡°hombres buenos, ¨ªntegros, arriscados¡± para que adquieran en Par¨ªs una colecci¨®n completa de la Encyclop¨¦die.
P¨¦rez-Reverte es un h¨¢bil constructor de personajes, que se erigen ante nuestros ojos, convincentes, por lo que hacen y por los di¨¢logos en que participan. Los dos mencionados lo son, as¨ª como otro protagonista que los asesora en sus pesquisas bibliograficoparisienses, el ya citado Salas Bringas Ponzano, un ¡°espa?ol radical y sanguinario que acab¨® en la pandilla de Robespierre¡± y en la guillotina. Pero todo parece proyectar como h¨¦roe de esta historia a quien en la RAE llamaban ¡°el almirante¡±, pero aparentemente es un personaje ¡°de perfil bajo¡±, como se suele decir. Se trata del brigadier Z¨¢rate, que protagoniza algunas de las escenas m¨¢s logradas; por caso, el ataque a los acad¨¦micos por los salteadores de caminos en el viaje de ida, el duelo con un amante de Margot Dancenis, la escena amorosa con esta y la recuperaci¨®n final de la Enciclopedia, robada, ya en el regreso a Espa?a, por otro personaje de una pieza, el mercenario Pascual Raposo, comisionado para que hiciera fracasar la operaci¨®n bibliogr¨¢fica por otros dos miembros de la RAE, el ultramontano Manuel Higueruela y el ¡°figur¨®n pedante¡± e ilustrado radical Justo S¨¢nchez Terr¨®n. Son todas criaturas ficticias, pero el brigadier lo es solo relativamente: en ¨¦l luce la memoria de un acad¨¦mico no ha mucho fallecido al que el novelista dedica su obra junto a Antonio Colino, Antonio Mingote o Gregorio Salvador, al que tambi¨¦n hace aparecer en la trama con su propio nombre.
El juego es de espejos: en Hombres buenos hay protagonistas que son hist¨®ricos; otros que son actuales y reales; la mayor¨ªa, ficticios, pero todos act¨²an conforme al designio del escritor que remite con frecuencia a fuentes documentales igualmente inventadas. Estamos, pues, ante una apoteosis de ese cambalache entre realidad y ficci¨®n que siempre constituye la mejor literatura. El novelista cita incluso t¨ªtulos de novelas suyas que nadie ha podido leer: El enigma del Dei Gloria, El bailar¨ªn mundano... Yo, modesto lector suyo, al tiempo que me quito el cr¨¢neo, le obsequio otro por si fuera de su consideraci¨®n: La jaula del jaguar.
Hombres buenos. Arturo P¨¦rez-Reverte. Alfaguara. Madrid, 2015. 592 p¨¢ginas. 22,90 euros.
Dar¨ªo Villanueva es director de la RAE.
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