Una aventura de amistad y libros

Tras 17 novelas, Arturo P¨¦rez-Reverte (Cartagena, 1951) atrae a las masas. Dos horas y media antes de que presentase en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid su nueva novela, Hombres buenos (Alfaguara), ya hab¨ªa lectores aguardando. El escritor, junto a otro fan¨¢tico de la historia, su colega Juan Eslava Gal¨¢n, se sentaron frente a unas 400 personas para indagar en la peripecia de los dos miembros de la Real Academia Espa?ola que, a finales del XVIII, viajan de Madrid a Par¨ªs para conseguir los 28 tomos de la Encyclop¨¦die de D¡¯Alambert y Diderot, prohibida entonces en Espa?a.

¡°Esta novela tiene truco¡±, advirti¨® P¨¦rez-Reverte. Asumi¨® entonces que muchos de los datos, citas y libros que menciona no son ciertos. ¡°El paseo por Par¨ªs si ser¨¢ verdad, ?O tampoco?¡±, le pregunt¨® entonces Eslava. Era verdad, porque aunque Hombres buenos crea la ilusi¨®n de estar invitando al lector al proceso de creaci¨®n de la propia novela, la exhaustiva investigaci¨®n hecha en la realidad parece haber resultado m¨¢s compleja y personal. ¡°Siempre me ha interesado el pasado, pero antes el siglo XVIII no llamaba mi atenci¨®n. Con la edad me he dado cuenta de que en ese siglo es que Espa?a pudo ser. Hab¨ªa patriotismo cultural, que es una frase muy bonita. Si la Iglesia no se hubiese opuesto, lo habr¨ªamos logrado¡±, recalc¨® el autor de El tango de la guardia vieja, quien enfatiz¨®: ¡°Quise escribir una aventura de amistad y libros¡±

Y, aunque era una cita p¨²blica, destacaba el ambiente acogedor, creado por la confianza entre los dos interlocutores. El escenario, decorado por dos sillas y una mesa con tres copas de vino ¡ªdos para los participantes y una m¨¢s en memoria del escritor Rafael de C¨®zar, fallecido el pasado mes de diciembre¡ª se amenizaba cada vez que el actor Santiago Ramos le¨ªa un fragmento de la novela.

As¨ª, los asistentes pudieron reconocer los homenajes a la amistad, a la hispanidad, a Cervantes y a la Academia que van desfilando a lo largo de sus casi 600 p¨¢ginas. ¡°No, no estoy escribiendo una novela sobre asesinatos en la Academia¡±, aclar¨® sobre una broma que se ha ido convirtiendo en rumor. ¡°Lo pens¨¦, anot¨¦ algunas cosas¡­ El asesino iba a ser [el tambi¨¦n acad¨¦mico] Francisco Rico, pero no hab¨ªa lugar para ella. As¨ª que en esta los menciono a casi todos. A todos esos hombres buenos¡±, concluy¨®.