Un nuevo compromiso
Uno ve este 'thriller', sensacional tercer largometraje de J. C. Chandor, y no ve a un imitador, sino al propio Lumet redivivo
Sidney Lumet muri¨® el 9 de abril de 2011 en Nueva York dejando un legado de pel¨ªculas apasionantes, compuestas a lo largo de seis d¨¦cadas, algo casi sin parang¨®n en la historia del cine, alrededor de uno de los grandes temas del ser humano: la corrupci¨®n moral. Su visi¨®n de la sociedad, del cine y de la vida, de la integridad y el compromiso sigue tan vigente que sus pel¨ªculas, intemporales y universales porque sus personajes lo eran, son modelo para toda una nueva generaci¨®n de directores. Y sin embargo, uno ve El a?o m¨¢s violento, sensacional tercer largometraje de J. C. Chandor, y no ve a un imitador, ni siquiera a un disc¨ªpulo de Lumet. Ve al propio Lumet, redivivo, en tono y estilo, en fondo y forma, en majestuosidad, sentido del riesgo y absoluta falta de vanidad. ?Por qu¨¦? Porque Chandor tambi¨¦n es as¨ª, aut¨¦nticamente comprometido y riguroso, clarividente y sincero. La respuesta est¨¢ en sus dos primeras pel¨ªculas, tambi¨¦n magn¨ªficas: Margin call (2011) y Cuando todo est¨¢ perdido (2013). Trabajo, econom¨ªa, responsabilidad, vida.
EL A?O M?S VIOLENTO
Direcci¨®n: J. C. Chandor.
Int¨¦rpretes: Oscar Isaac, Jessica Chastain, David Oyelowo, Alessandro Nivola, Albert Brooks.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2014.
Duraci¨®n: 125 minutos.
El a?o m¨¢s violento es el retrato de un hombre que pretende ser ¨ªntegro pero las circunstancias no le dejan. Familiares, sociales, econ¨®micas, pol¨ªticas, laborales, humanas. "Yo no soy as¨ª", dec¨ªa Michael Corleone a Kate en El Padrino. Pero acab¨® as¨ª porque as¨ª estaba escrito en su destino; era imposible escapar, como en las tragedias griegas. Chandor construye a su protagonista, un enorme Oscar Isaac, en esa misma l¨ªnea, pero con un toque novedoso en el desarrollo que nos guardaremos en desvelar. Es un empresario, tambi¨¦n inmigrante, asentado en el rigor aunque rodeado de miseria moral, aqu¨ª y all¨¢, que le acabar¨¢ salpicando. Chandor acude all¨ª donde los negocios desembocan a menudo en el delito, a veces incluso en el crimen, y acaban teniendo flecos en la pol¨ªtica, en el poder. Con una fotograf¨ªa de tonos beis casi desconcertante, en la l¨ªnea de las de Gordon Willis para Coppola, de las de Andrezj Bartkowiak para Lumet, la pel¨ªcula es sutil, hermosa y brutal (?ese pa?uelo en el agujero de la bala!). Una obra donde nunca se explica a los personajes, se les ve hacer cosas; donde nunca se verbalizan las ideas, sino que se transmiten; donde el arco de tensi¨®n siempre es creciente. ?Lumet ha vuelto? S¨ª, pero no. Simplemente es J. C. Chandor.
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