Hijos de la crisis, cronistas de Am¨¦rica
Drom¨®manos, los tres periodistas ganadores del premio Ortega y Gasset 2014, publican el libro 'Narcoam¨¦rica, una investigacion sobre el narcotr¨¢fico en el continente
Las universidades y maestr¨ªas de periodismo se convirtieron hace unos a?os en f¨¢bricas del descontento. Los grandes medios, sumidos en la crisis, eran incapaces de absorber la cantidad de j¨®venes dispuestos a jugarse el tipo por una buena historia. Un buen n¨²mero de lectores de Kapuscinski y admiradores de V¨¢zquez Montalb¨¢n acab¨® de telefonistas o de vendedores de seguros. Otros no se rindieron tan pronto: la mexicana Alejandra S¨¢nchez y los espa?oles Jos¨¦ Luis Pardo y Pablo Ferri, tres reporteros que todav¨ªa no hab¨ªan cumplido los treinta, compraron un destartalado coche en 2011 con el que cruzaron Am¨¦rica, de norte a sur, escribiendo una serie de reportajes sobre narcotr¨¢fico. El trabajo ¨Cy el arrojo- les ha valido el Premio Ortega y Gasset 2014 y el Premio Nacional de Periodismo de M¨¦xico.
El tr¨ªo acaba de plasmar la experiencia en un libro, Narcoam¨¦rica (Tusquets), que acaba de salir a la venta en M¨¦xico, Centroam¨¦rica y Estados Unidos. A trav¨¦s del problema com¨²n del tr¨¢fico de drogas que afecta de una forma u otra a los todos los pa¨ªses del continente, los reporteros explican la compleja realidad latinoamericana, la de aquellos que viven fuera de la ley y los que, desde dentro, la moldean a su antojo. Lo que significa el avance lento pero seguro de una narcosociedad, un territorio donde cada vez es m¨¢s dif¨ªcil distinguir a los buenos de los malos. Para el italiano Roberto Saviano, que les ha escrito el pr¨®logo, estos j¨®venes narradores usaron ¡°el m¨¦todo del cronista, las palabras del reportero y la lente del escritor¡±.
Los tres se conocieron en la Escuela de Periodismo UAM-El Pa¨ªs. Al acabar los dos a?os que dura el m¨¢ster, llegaron a M¨¦xico como redactores freenlace con la idea de elaborar historias de largo aliento. El proyecto de recorrer el continente, un tanto difuso entonces, poco a poco se fue concretando y arranc¨® a finales de 2011. Desde el minuto uno supieron que no iba a ser f¨¢cil: en el primer trayecto, de Ciudad de M¨¦xico a Oaxaca, se equivocaron de carretera y tardaron m¨¢s de 12 horas dando un rodeo por la sierra cuando lo normal es cinco por una c¨®moda autopista. All¨ª durmieron en un hotel de prostitutas y yonquis y en el siguiente alojamiento les robaron. A salto de mata, preguntaban aqu¨ª y all¨¢: andaban a la caza de reportajes aunque todav¨ªa no ten¨ªan muy claro qu¨¦ contar.
Podr¨ªan haber ca¨ªdo en el mal del ¡°paracaidista¡±, aquel que llega al lugar lleno de prejuicios y se marcha para contar lo mismo que se hab¨ªa imaginado durante el viaje en avi¨®n. No ocurri¨®
En Centroam¨¦rica encontraron el sentido de este peregrinar. Inspirados por Sala Negra, un proyecto sobre la violencia en la regi¨®n del diario digital El Faro, y con el impulso de los editores del peri¨®dico mexicano El Universal, que les pidieron un reportaje sobre la erosi¨®n del narcotr¨¢fico en cada pa¨ªs que visitaran, encontraron ese hilo conductor que les iba a llevar de un lugar a otro. ¡°Cambi¨® el paradigma del viaje. Ya no era algo tan rom¨¢ntico, sino que busc¨¢bamos elaborar un producto de calidad que tuviera el narco como excusa para explicar el continente¡±, cuenta Pardo.
El libro est¨¢ plagado de hombres y mujeres corrientes que acaban convirti¨¦ndose en personajes entra?ables, como Reinaldo, el pescador que un d¨ªa de faena se topa con un fardo de coca¨ªna. Los reporteros podr¨ªan haber ca¨ªdo en el mal del ¡°paracaidista¡±, aquel que llega al lugar lleno de prejuicios y se marcha para contar lo mismo que se hab¨ªa imaginado durante el viaje en avi¨®n. Pero detr¨¢s de las estad¨ªsticas, conversaciones con expertos e informes que citan a menudo se percibe que hay horas y horas de charlas con personajes an¨®nimos, testigos de la intrahistoria, que, una vez vistas en conjunto, componen el fresco m¨¢s original y revelador del viaje.
¡°Es un libro con un car¨¢cter muy social¡±, contin¨²a Pardo, ¡°no quer¨ªamos uno especializado en drogas. M¨¢s bien buscamos quitar etiquetas y clich¨¦s y para eso hab¨ªa que responder algunas preguntas. Fue un proceso de entender la realidad. ?Qu¨¦ te lleva a matar a los 13 a?os? ?C¨®mo acabas en este mundo? Es una forma de entender la pobreza, la corrupci¨®n y la desigualdad de este lado del mundo¡±.
Una vez finalizado el viaje que se prolong¨® a lo largo de tres a?os y en el que particip¨® tambi¨¦n en algunos tramos el periodista Jaled Abdelrahim, se pusieron a escribir Narcoam¨¦rica. ¡°Reescribimos y actualizamos todo para el libro. No es una mera recopilaci¨®n de cr¨®nicas publicadas. Se trata de contar ahora una realidad compleja¡±, dice Alejandra S¨¢nchez. La historia no sigue un orden cronol¨®gico, sino que se divide en preguntas (?por qu¨¦ consumimos? ?por qu¨¦ nos corrompemos? ?por qu¨¦ la gente muere?) que sirven para seguir la pista de la cadena del narcotr¨¢fico, desde el peque?o productor de una aldea remota hasta el consumidor final, un tipo encerrado con llave en el ba?o de una discoteca.
Drom¨®manos, como llamaron a la sociedad period¨ªstica que crearon los tres, no acaba aqu¨ª. Ferri ha comenzado a trabajar en una televisi¨®n digital pero la intenci¨®n de S¨¢nchez y Pardo, que son pareja, es continuar viajando y escribiendo historias, aunque esta vez en ?frica. Hace cuatro a?os, cuando comenz¨® todo, se pod¨ªan haber estado quietos. Lo m¨¢s c¨®modo era permanecer en la zona de confort, como dir¨ªa un motivador de conciencias al peso. Pero un d¨ªa, sin m¨¢s, echaron a caminar: este es el resultado.
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