Locos por el cine independiente
El festival argentino Bafici forma una generaci¨®n de cineastas de gran calidad ajenos a los circuitos comerciales
Lucas Pe?a Fort, documentalista de 34 a?os, hac¨ªa fila en la taquilla de los cines Village Recoleta a las 11.50 del pasado jueves para ver ese d¨ªa tres pel¨ªculas del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici). Cada a?o se empacha con 20 o 30 films en cada edici¨®n de uno de los encuentros m¨¢s innovadores y fantatizantes del cine alternativo en Latinoam¨¦rica. Pe?a Fort, los otros nueve que formaban fila con ¨¦l, los 20 que la hac¨ªan 15 minutos despu¨¦s, las decenas que a las 12.30 esperaban hasta en la acera para ver 'P'tit Quinquin', del franc¨¦s Bruno Dumont, y los cientos que circularon por la tarde y la noche de las 13 sedes del festival son los locos por el Bafici, un espacio que en sus 17 a?os de vida ha dejado huella en el cine argentino.
"El Bafici te da la posibilidad de descubrir lo que se hace de nuevo en el cine del mundo, es un punto de encuentro y tuvo su impacto en el cine argentino porque m¨¢s gente se anim¨® a experimentar y filmar sin la necesidad de tener un tanque de Hollywood detr¨¢s", opina Pe?a Fort, codirector de Caja cerrada y Mensajero. En 24 horas iba a ver La sombra, de Javier Olivera, Madre los dioses, de Pablo Ag¨¹ero y El bot¨®n de n¨¢car, del chileno Patricio Guzm¨¢n.
M¨¢s de 400 pel¨ªculas atraer¨¢n este a?o a miles de espectadores en el Bafici, que comenz¨® el mi¨¦rcoles y finalizar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 25. "El p¨²blico del Bafici va a ver pel¨ªculas que no saben qu¨¦ son. Parte del empobrecimiento del cine es que sea demasiado previsible", expone el director art¨ªstico del festival, Marcelo Panozzo, que lo compara por su dimensi¨®n con los de Viena y Rotterdam. "Viene desde un p¨²blico entendido hasta familias con sus hijos a ver 'anim¨¦' al aire libre. Vienen los directores que se criaron en el Bafici, presentaron sus pel¨ªculas ac¨¢ y despu¨¦s se consagraron", describa Panozzo, que recomienda en esta edifici¨®n la trilog¨ªa 'Val del Omar', de Jos¨¦ Val del Omar, e 'Invierno', del chileno Alberto Fuguet.
Era mediod¨ªa del jueves y en Village Recoleta una joven descalza esperaba entrar a una sala, mientras otra, de tacones y 34 a?os, Ver¨®nica, aprovechaba que sus dos hijos iban al parvulario para ver 'El hombre de Paso Piedra', de su primo Mart¨ªn Farina, o lo que sea. "Me ha llevado m¨¢s sorpresas gratas que pel¨ªculas tediosas", recordaba. Eliseo, un ingeniero jubilado de 69 a?os, analizaban con su esposa el cuadernillo de pel¨ªculas para elegir algo: "El gran desaf¨ªo es que el cine independiente llegue a gente como yo".
A las tres de la tarde llegaba en bermudas y con su perro uno de los cineastas m¨¢s reconocidos del cine alternativo de Argentina, Mariano Llin¨¢s, para ver 'El cielo del Centauro', de Hugo Santiago. "El Bafici es la refutaci¨®n de los postulados fascistas que hablan de 'el p¨²blico', como si fuera una entidad homog¨¦nea y mon¨®dica que solo se expresa gastando su dinero masivamente para ver al Incre¨ªble Hulk o a Ricardo Dar¨ªn. El Bafici prueba que hay varios p¨²blicos, que hacen largas colas desde temprano para ver pel¨ªculas de las que nada sabe y para enfrentarse a directores cuyos nombres apenas conoce, sin otra promesa que el misterio y la sorpresa, que son desde siempre las cosas que han hecho grande al cine. No se sabe qu¨¦ le va a gustar o no, y eso implica para un cineasta la sensaci¨®n de que el cine a¨²n vive y que vale la pena seguir explorando en sus abismos", suelta el autor de 'Historias extraordinarias', pel¨ªcula de culto entre los cin¨¦filos no solo argentinos.
Para Llin¨¢s, los 17 a?os de Bafici han impactado en la cinematograf¨ªa de su pa¨ªs, pero no precisamente en la que triunfa en las taquillas del mundo. "Hay que pensar en lo que se da en llamar cine nacional como en una sistem¨¢tica usina del peor cine del mundo, como en una extra?a conjura de canallas y mediocres. En ese contexto, el Bafici se mantiene como un oasis de horror en medio de un desierto de hast¨¬o. Por una vez, los melanc¨®licos postulados del cine nacional no tienden a ser tenidos en cuenta como postulados sacrosantos y se piensa en el cine como en un misterio, una actividad en expansi¨®n y en estado de pregunta, y no como una c¨ªnica manera de obtener divisas o de decir cosas que todo el mundo ya sabe. No hay festival en el mundo que provea semejante calidad de programaci¨®n sumado a un nivel de pol¨ªtica cinematogr¨¢fica tan alto y sofisticado, Tan secretos y afianzados est¨¢n los mecanismos que mantienen vivo al Bafici que ha sido indemne a todos los idiotas pol¨ªticos que se han acercado a ¨¦l, que vienen, se sacan fotos, ponen sus publicidades antes de las pel¨ªculas y se van lo antes que pueden", descerraja Llin¨¢s, que se niega a recomendar pel¨ªculas de esta edici¨®n del Bafici: "No es as¨ª como funciona. Uno va y saca entradas para lo que haya, y se mete a ciegas a ver lo que sea".
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