Manzanares, consentido de una vergonzosa Maestranza
El alicantino dio una imagen paup¨¦rrima a pesar de cortar dos orejas
La plaza de la Maestranza estuvo a punto de vivir una de las p¨¢ginas m¨¢s tristes de los ¨²ltimos a?os. Si la presidenta no aguanta la presi¨®n de la mayor¨ªa de los tendidos y concede la segunda oreja a Manzanares en el quinto de la tarde, el torero alicantino hubiera salido por la Puerta del Pr¨ªncipe sin m¨¦rito alguno para ello. Tanto es as¨ª que, a pesar de que cort¨® dos orejas, ofreci¨® una imagen paup¨¦rrima como torero desbordado, sin recursos y ventajista, defectos que el p¨²blico convirti¨® en virtudes y crey¨® estar viendo a una figura en plenitud.
Ser¨¢ verdad aquello de que unos nacen con estrella, y otros, estrellados. Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares es de los primeros, y debe de ser una bendici¨®n venir al mundo con la suerte de que la gente te cante todo lo que haces sea bueno o una mamarrachada. Por razones diversas, por ser hijo de quien es, por su buena fachada, por su innata elegancia, o vaya usted a saber por qu¨¦, Manzanares ha ca¨ªdo de pie en esta Sevilla tan veleidosa. Tan de pie, que muchos, sin conocerlo de nada, le llaman Josemari, con esa familiaridad tan falsa como cercana.
DEL R?O / PONCE, MANZANARES, LAMA
Toros de Victoriano del R¨ªo, correctos de presentaci¨®n, mansos, descastados y blandos.
Enrique Ponce: estocada ca¨ªda (silencio); casi entera tendida (silencio).
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: estocada (oreja); gran estocada (oreja).
Lama de G¨®ngora, que tom¨® la alternativa: tres pinchazos y un descabello (ovaci¨®n); tres pinchazos (silencio).
Plaza de la Maestranza, 18 de abril. Cuarta corrida de feria. Lleno.
Pues Josemari es un consentido de esta plaza; pero lo es para verg¨¹enza de esta desconocida y hundida afici¨®n que ayer causaba bochorno con su actitud bullanguera y triunfalista ante un torpe torero que fue incapaz de dome?ar la dificultosa embestida de su lote. Sin embargo, amigo, haga lo que haga Manzanares, se analiza con buenos ojos que parecen estar asistiendo a una obra de arte.
Le pidieron con fuerza la oreja de su primer toro, un manso al que no quiso o no pudo ver con el capote, y que lleg¨® con agresividad y corto viaje al tramo final. El torero hizo lo imposible por quit¨¢rselo de encima en lugar de mandar en la embestida, desconfiado e inseguro en todo momento. Tom¨® la zurda, se qued¨® al descubierto por un golpe de viento y una temible colada le hizo cambiar de mano para no volver jam¨¢s a la izquierda. Alargaba el brazo hasta la ridiculez, aprovechaba el viaje del toro y nunca le gan¨® la pelea. All¨¢ en chiqueros consigui¨® un par de ajustados derechazos y otro de pecho, y los tendidos explotaron de emoci¨®n. Tampoco hubo suerte con el capote en el quinto, con el que se luci¨® en banderillas Curro Javier, a quien acompa?¨® la m¨²sica. Manzanares repiti¨® la historia anterior, desbordado, con pocos recursos, menos ideas y siempre despegado. No floreci¨® faena alguna; es verdad que el toro se raj¨® y que un desarme acab¨® de romper toda esperanza. Pero un arrim¨®n final y una gran estocada que tumb¨® al toro patas arriba desbord¨® el entusiasmo. La plaza se inund¨® de pa?uelos, y, por un momento, se presagi¨® el derrumbamiento total del prestigio ya mermado de esta plaza. La presidenta sac¨® un pa?uelo y los enloquecidos partidarios ped¨ªan y ped¨ªan la segunda oreja, que hubiera acabado en un gran desprop¨®sito. Afortunadamente, prevaleci¨® el sentido com¨²n y la bronca de los decepcionados la debe dar por buena la se?ora presidenta. Dos ¡ªuna y una¡ª es un injusto premio solo merecido por un consentido de esta plaza sevillana que hace tiempo perdi¨® el norte y la verg¨¹enza torera.
Tom¨® la alternativa Lama de G¨®ngora, que camino lleva de ser querido sin motivo. El chaval tiene buenas maneras, pero su primero era un buey de carretas, con el que actu¨® como enfermero con cierta gracia, y pare usted de contar. Son¨® la m¨²sica, se cantaron ol¨¦s, pero aquello carec¨ªa de la necesaria emoci¨®n. Tampoco pudo levantar su tarde en el ¨²ltimo, que pronto se vino abajo y no fue posible el entendimiento.
Ponce actu¨® como padrino de la ceremonia. Y por ello cobr¨®. Marmolillos fueron sus oponentes y ¨¦l no expuso un alamar. La experiencia es un grado.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.