Este castillo tiene mucho arte
M¨®stoles acoge ¡®Sacrilegio¡¯, r¨¦plica neum¨¢tica de Stonehenge del premio Turner Jeremy Deller. El Centro de arte Dos de Mayo dedica una muestra al artista
Para ilustrar la ¡°infantilizaci¨®n¡± de ese arte contempor¨¢neo que, a la deriva en un oc¨¦ano de ¡°iron¨ªa y autoconsciencia¡±, es incapaz de plantear las preguntas inc¨®modas, el suplemento cultural del Financial Times imprimi¨® en portada una fotograf¨ªa de Sacrilegio (2012), r¨¦plica hinchable del monumento megal¨ªtico Stonehenge que el ganador del premio Turner de 2004, Jeremy Deller, realiz¨® dentro del programa de la Olimpiada Cultural de Londres. La pieza, que gir¨® por Reino Unido para cabreo de ciertos cr¨ªticos y solaz de las masas, llega ma?ana a M¨®stoles, sur de Madrid, como parte de la exposici¨®n que el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) dedica hasta el 7 de junio a uno de los artistas brit¨¢nicos m¨¢s influyentes de su generaci¨®n.
¡°Aquel comentarista dio en el clavo. Con Sacrilegio pretend¨ª hacer la obra de arte m¨¢s est¨²pida de todos los tiempos. Me lo tomo como un cumplido¡±, explic¨® Deller sin acritud durante el montaje de la muestra, que los comisarios Amanda de la Garza y Cuauht¨¦moc Medina prefieren llamar ¡°panor¨¢mica¡± y han titulado El ideal infinitamente variable de lo popular. ¡°?Por qu¨¦ no pueden disfrutar los ni?os del arte?¡±, se pregunta Deller (Londres, 1966). ¡°?Por qu¨¦ no podemos los adultos disfrutar como ni?os? Quer¨ªa crear algo que hiciese a Banksy pasar por inteligente. Pretend¨ªa algo que rompiese todas las barreras de lo rid¨ªculo para hablar sobre la identidad nacional¡±.
La respuesta de Deller encierra una tentativa de explicaci¨®n a su celebrada obra conceptual. La iron¨ªa y la recreaci¨®n, m¨¢s o menos iconoclasta, son los dos instrumentos que mejor definen su pr¨¢ctica art¨ªstica. Y Reino Unido es uno de los temas centrales de su trabajo, como volvi¨® a demostrar con su intervenci¨®n en el pabell¨®n brit¨¢nico en la ¨²ltima Bienal de Venecia. Su instalaci¨®n English Magic (2013), expuesta en parte en M¨®stoles, se acompa?aba de un mural en el que el socialista del XIX William Morris tiraba el yate del magnate ruso Roman Abramovich, que, dos a?os antes, hab¨ªa tapado con arrogancia plut¨®crata las vistas desde el Arsenal a los visitantes a la inauguraci¨®n de la bienal. Completaron el men¨² un coche espanzurrado y un v¨ªdeo que, con m¨²sica de David Bowie y arreglos de marimba, inclu¨ªa referencias a asuntos tan ingleses como la cetrer¨ªa o el gusto por el desfile.
¡°No le preocupa hacer arte p¨²blico, m¨¢s bien le interesa la vida p¨²blica en Gran Breta?a¡±, escribe la profesora Dawn Ades en uno de los textos del jugoso cat¨¢logo de la muestra. ¡°En realidad, podr¨ªa trabajar en cualquier parte¡±, responde ¨¦l, aunque a veces cueste creerlo; su territorio creativo traspas¨® desde muy pronto fronteras m¨¢s ¨ªntimas que las nacionales. La entrevista tiene lugar en el interior de la instalaci¨®n que al inicio del recorrido recrea su cuarto de adolescente, donde en 1993 organiz¨® su primera exposici¨®n, celebrada en casa de sus padres durante un fin de semana en que ellos estaban de viaje.
Se trata de una r¨¦plica (otra) del h¨¢bitat natural del muchacho cuando este era estudiante de Historia del Arte Barroco en el exigente Courtauld Institute y ¡°compa?ero de pupitre de Gabriele Finaldi¡±, ex director adjunto del Prado y flamante responsable de la National Gallery. Titulada Open Bedroom, permite husmear, entre fotograf¨ªas de The Who o Roxy Music, en los cajones del Deller que fue. O leer en el ba?o contiguo la reproducci¨®n de los mensajes ¡ª¡°discusiones intelectuales de gran nivel junto con comentarios pornogr¨¢ficos¡±¡ª que adornaban los servicios de caballeros de la Biblioteca Brit¨¢nica y formaron parte de su libro Pens¨¦es (1993).
Aunque tal vez la recreaci¨®n m¨¢s conocida de la muestra sea la que Deller hizo de la batalla de Orgreave (2001), proyecto en el que invit¨® a una suma de actores, supervivientes de los hechos y habitantes de un rinc¨®n de escaso atractivo del condado de Yorkshire a reproducir una sangrienta batalla entre piquetes y polic¨ªa que bati¨® una marca de infamia en las infames huelgas de mineros de 1984. El artista hab¨ªa presenciado por televisi¨®n los enfrentamientos (¡°m¨¢s propios de una guerra que de un conflicto laboral¡±). De aquella empresa, que cont¨® con 1.000 participantes, queda un v¨ªdeo, rodado por el cineasta Mike Figgis, en el que las im¨¢genes hist¨®ricas y de los preparativos se intercalan con declaraciones de firmeza de Margaret Thatcher. Medina, reputado comisario mexicano, explica que la mandataria ¡°es una de sus obsesiones, junto con los traumas propios del paso de la sociedad industrial a la posindustrial y el lenguaje com¨²n de la m¨²sica pop¡±.
¡°M¨¢s que recrear, reexamino, me vuelvo y miro las cosas de un modo distinto¡±, argumenta el artista. ¡°En Reino Unido es com¨²n que cuando un caso se complica, la polic¨ªa lleve a cabo una recreaci¨®n con un actor, lo hacen tambi¨¦n en algunos programas televisivos. Es exactamente lo que yo hice con esa pieza, recrear la escena de un crimen, para que la gente no olvidase el feroz ataque del Gobierno hacia la clase trabajadora industrial. Era un episodio conocido, pero como suele suceder con los eventos dram¨¢ticos, tiene que pasar un tiempo, a veces hasta una generaci¨®n antes de que la gente vuelva a hablar sobre ello. Aquellos hombres y mujeres quedaron olvidados, tambi¨¦n por el laborismo, formaban parte del pasado, sobre todo para la tercera v¨ªa de Tony Blair. Ir¨®nicamente, ahora son votantes de la extrema derecha¡±.
La exposici¨®n, que despu¨¦s viajar¨¢ a M¨¦xico y Buenos Aires, se completa con otras c¨¦lebres obras de Deller, artista m¨¢s inclinado a invitar a otros a hacer, y eso tambi¨¦n incluye al azar, que a hacer por s¨ª mismo. As¨ª es, por ejemplo, en I Love Melancholy (1993-1994) ¡ªdonde un adolescente pasa el rato sin, literalmente, dar golpe, tumbado en un sill¨®n negro contra una pared negra¡ª, o en Acid Brass (1997), cuando pidi¨® a la banda de metales Williams Fairey que interpretase ¨¦xitos de m¨²sica electr¨®nica. La pieza, que se deriva de su mural The History of the World, en el que el acid house queda relacionado con las agrupaciones de vientos de principios del XX a trav¨¦s de una mara?a de conceptos garabateados, pertenece a la parte de su trabajo que le convierte en un imprescindible de esas exposiciones colectivas que relacionan pop, arte sonoro y pol¨ªtica.
La neum¨¢tica instalaci¨®n Sacrilegio, que ayer recibi¨® los ¨²ltimos retoques, ser¨¢, como la entrada al centro de arte, de acceso gratuito. Es por exigencia de Deller, que considera ¡°inmoral¡± que se cobre la visita al monumento original. Quienes se acerquen al ¡°castillo hinchable m¨¢s grande del mundo¡± encontrar¨¢n una superficie de m¨¢s de 1.000 metros cuadrados para dejar a un lado los zapatos y perder los papeles.
La estructura se inflar¨¢, en colaboraci¨®n con el British Council, en el Parque del Soto, avenida de ?ker Casillas, hasta el lunes.
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