Naturalidad sin imposturas

Componer una pel¨ªcula cuyos protagonistas son cuatro miembros de una familia de los que tres de ellos son sordomudos bien merece una oportunidad. Sobre todo porque, en principio, el mecanismo parece completamente alejado de la esencia del lenguaje del cine si la historia se llena de di¨¢logos, y La familia B¨¦lier, quinto largo del franc¨¦s Eric Lartigau, hasta ahora in¨¦dito en Espa?a, est¨¢ repleta de conversaciones. Por lo tanto, o la imagen se llena de subt¨ªtulos que traducen al espectador el lenguaje de los sordos, o se repiten las frases por parte de los roles sin dificultades en su capacidad auditiva y vocal para traducir, con lo que la acci¨®n se ralentiza. Una apuesta casi suicida que Lartigau soluciona con sencillez, simpat¨ªa, naturalidad, emoci¨®n, humor y humanismo, ayudado por unos magn¨ªficos int¨¦rpretes que hacen suyos unos personajes adorables, en sus virtudes y sus defectos.

Comedia de campi?a francesa, con sus vacas y sus quesos, aderezada de unas gotas de screwball comedy americana a lo Preston Sturges, con esos pueblos donde todo dios se conoce, La familia B¨¦lier se asienta en un conflicto principal fascinante: el hecho de que la hija adolescente, la ¨²nica que puede hablar y o¨ªr, resulta ser una superdotada para el canto, talento que sus consangu¨ªneos no pueden ni entender ni admirar. De modo que esa mezcla de originalidad y de valent¨ªa se alza por encima de una puesta en escena m¨¢s bien tosca y de un concepto, el de "comedia m¨¢s vista en Francia", normalmente para echarse a temblar. Por una vez sus siete millones de espectadores parecen justificados en una naturalidad sin imposturas.