La perfecta corrida moderna
Manzanares volvi¨® a decir que sabe estar a la altura de oponentes sabrosos Fue una corrida carente de ¨¦pica y llena de est¨¦tica
El ganadero N¨²?ez del Cuvillo ha vuelto a reencontrarse con el toro artista, ese que durante a?os ha buscado para deleite de las figuras y gozo de los p¨²blicos toreristas. As¨ª, ha vuelto a la Maestranza por la puerta grande, porque la suya ha sido la perfecta corrida moderna: pareja de hechuras y presentaci¨®n, con celo en el caballo, larga en banderillas y repetidora en la muleta con exquisita bondad y nobleza. El toro so?ado para el torero y el espectador del siglo XXI. Si tuvo un defecto es que fue blanda y, en consecuencia, su paso por el picador fue un mero tr¨¢mite. Pero no fue tontuna, porque hasta tres volteretas se sucedieron por un exceso de confianza: el subalterno Juan Garc¨ªa y los matadores Manzanares y Galv¨¢n volaron por los aires sin consecuencias. A pesar de ello, fue una corrida carente de ¨¦pica y desbordante de est¨¦tica.
Hubo, eso s¨ª, seis toros de triunfo. Parad¨®jicamente, no se cort¨® una sola oreja, pero eso es harina de otro costal. Los tendidos vibraron y los taurinos buscaron en su agenda el tel¨¦fono del ganadero para hacer cola en la finca a partir de ma?ana.
Volvi¨®, al menos, la ilusi¨®n del toro que embiste y busca con tes¨®n los enga?os; volvi¨® la alegr¨ªa del toro que galopa y obedece al cite con prontitud. Volvi¨® el toro, no ese poderoso y desafiante, bravo y con fiereza, pero el toro de hoy que permite el lucimiento de los toreros.
Se luci¨® y mucho Manzanares, que cay¨® de pie en esta corrida, elegida con mimo para ¨¦l. El toro artista para el m¨¢s moderno gal¨¢n del toreo actual. Se encontr¨® con el segundo de la tarde, un aut¨¦ntico bomb¨®n, excepcional para la muleta elegante del alicantino, y lo tore¨® a placer, sin apreturas, como quien se est¨¢ deleitando con eso, con un bomb¨®n de chocolate. La Maestranza se lo pas¨® pipa, hasta un fandango se abri¨® paso entre la generalizada alegr¨ªa, y el torero volvi¨® a decir que sabe estar a la altura de estos oponentes tan sabrosos. Mat¨® mal y se esfumaron las dos orejas que ten¨ªa ganadas. Por cierto, la faena, bonita, muy bonita, pero pulcra y fr¨ªa, porque faltaron la fiereza del toro y la pasi¨®n del torero. Otro buen oponente fue el quinto, con el que se confi¨® en exceso y el animal se encarg¨® de reprenderlo con una voltereta. La labor no tuvo el fondo de la primera, pero la gente estaba dispuesta a darle la pata si hubiera sido preciso. No lo fue porque volvi¨® a fallar con los aceros. El que s¨ª triunf¨® otra tarde fue Curro Javier, glorioso con el capote y las banderillas.
Reapareci¨® Rivera Ord¨®?ez y tal como vino se fue. Desaprovech¨® dos toros, y Sevilla lo aguant¨® y despidi¨® con un silencio ensordecedor. A buen entendedor¡
El tercero, David Galv¨¢n, dio la impresi¨®n de padecer miedo esc¨¦nico. La corrida le vino grande y solo despu¨¦s de la voltereta que sufri¨® en el sexto pareci¨® despertar; pero ya era tarde.
Del Cuvillo / Paquirri, Manzanares, Galv¨¢n
Toros de N¨²?ez del Cuvillo, bien presentados, muy parejos, cumplidores en los caballos, blandos, muy nobles y con calidad.
Rivera Ord¨®?ez Paquirri: estocada trasera (silencio); estocada (silencio).
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: pinchazo hondo, un descabello ¡ªaviso¡ª cuatro descabellos (ovaci¨®n); dos pinchazos ¡ªaviso¡ª pinchazo y estocada (vuelta al ruedo).
David Galv¨¢n: pinchazo, casi entera tendida ¡ªaviso¡ª (silencio); pinchazo ¡ªaviso¡ª y media estocada (vuelta al ruedo).
Plaza de la Maestranza. 24 de abril. D¨¦cima corrida de feria. Lleno.
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