La segunda vida de Blur
El grupo reaparece con ¡®The magic whip¡¯, mientras Albarn, sigue con otros proyectos
Que un grupo puntero de los noventa se re¨²na y anuncie conciertos no deber¨ªa ser noticia: el negocio de la m¨²sica en directo requiere ansiosamente grandes nombres y paga en consecuencia, allanando rencillas y conflictos. M¨¢s extraordinario es que la reaparici¨®n venga acompa?ada por una atractiva colecci¨®n de canciones nuevas. Eso ha pasado con Blur. El 18 de julio, son cabeza de cartel en el FIB de Castell¨®n. Y este martes se public¨® su octavo ¨¢lbum de estudio, The magic whip. Para las comunicaciones por Internet, el disco ten¨ªa el seud¨®nimo de Project Mao. Lo que da alguna pista sobre su g¨¦nesis.
As¨ª lo explica su cantante, Damon Albarn: ¡°En 2013, nos fuimos de gira por Asia y suspendieron un par de conciertos. Est¨¢bamos en Hong Kong y ten¨ªamos d¨ªas libres. En vez de salir de compras, decidimos alquilar un estudio y tocar por placer. Fue un ejercicio muy sano; grabamos piezas sin formas definidas, bastantes delirios; no hab¨ªa canciones evidentes. Hasta que el a?o pasado Graham (Coxon, guitarrista) dijo que quer¨ªa comprobar si all¨ª hab¨ªa un disco. Y le dije que s¨ª, que probara¡±.
Conviene recordar que, aunque fueron amigos ¨ªntimos, Albarn tom¨® la decisi¨®n de expulsar a Coxon de la banda en 2002. Hoy asegura que ¡°Graham necesitaba parar y, de hecho, entr¨® inmediatamente en rehabilitaci¨®n. Aunque le reemplazamos, su ausencia provoc¨® que Blur dejara de existir. Al final, result¨® positivo. Todos necesit¨¢bamos crecer y Blur se hab¨ªa convertido en un lastre monstruoso¡±.
El disco lo grabaron durante unos d¨ªas de ocio de una gira en Hong Kong
Adelantamos hasta 2014. Coxon descubri¨® en aquellas jams el esqueleto de un disco y Albarn acept¨® el reto. ¡°Soy hombre de impulsos, de bosquejar algo y pasar a lo siguiente. Graham es el artesano, alguien que sabe dar forma a ideas difusas. As¨ª que el resto del grupo empez¨® a regrabar partes instrumentales y yo volv¨ª a Hong Kong, para pensar las letras. Film¨¦ mucho y tom¨¦ notas: esa ciudad nos muestra el futuro, aunque no sea muy deseable¡±.
Una casualidad: el retorno de Blur coincide con la supuesta reconciliaci¨®n de los hermanos Gallagher, lo que abrir¨ªa las puertas a una vuelta de Oasis. Hoy, con la cabeza puesta en una adaptaci¨®n musical de Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas para el National Theatre, Damon se manifiesta inc¨®modo por la evocaci¨®n de aquellas batallas en la cumbre del brit pop. Nada de lo que avergonzarse, sugiero: aportaron color al mundillo. Y reflejaban posturas pol¨ªticas: Oasis se dej¨® atraer por el espejismo de Tony Blair, mientras que Damon mantuvo las distancias y, con la invasi¨®n de Irak, pas¨® a la oposici¨®n frontal: ¡°En el Reino Unido pas¨® lo mismo que en Espa?a, un rechazo masivo a la guerra y un l¨ªder que ignor¨® a los ciudadanos. Fue una lecci¨®n muy dura: estaba convencido de que pod¨ªamos parar aquella locura. Al menos, yo no ten¨ªa fotos en el n?10 de Downing Street, ech¨¢ndome unas risas con el hip¨®crita de Tony Blair¡±.
En lo que llevamos de nuevo milenio, Damon ha florecido creativamente. Aparte de un excelente disco en solitario (Everyday robots), ha animado grupos de gran impacto (Gorillaz) y aventuras fugaces (The Good, The Bad and The Queen o Rocket Juice and The Moon). ¡°Me parece que ese resumen da una idea correcta de mi forma de trabajar. Tengo una creatividad muy fluida. Si se me ocurre algo y alguien recoge inmediatamente la pelota, es posible que terminemos en un escenario o en un estudio. Por el contrario, si me dicen ¡®est¨¢s loco, Damon¡¯, lo normal es que se me olvide. Ma?ana, tendr¨¦ otra idea nueva¡±.
Albarn: ¡°En mi pa¨ªs la m¨²sica nos ayuda a superar nuestro ensimismamiento¡±
Reconoce que esa feliz dispersi¨®n fue facilitada por la creciente debilidad de EMI, la discogr¨¢fica que ten¨ªa contratados sus servicios, que en 2012 dej¨® de existir como empresa independiente. Puntualiza que no se alegr¨®: ¡°Tienes que olvidarte de tus peque?os conflictos y pensar en la funci¨®n que desempe?¨® EMI a lo largo del siglo XX. No hablo solo de los Beatles o Pink Floyd, lo que m¨¢s me apasiona es lo menos visible, los centenares de miles de discos que hicieron por todo el mundo. Con mis amigos de Honest Jon¡¯s (tienda de discos en Portobello Road) sacamos varios recopilatorios de grabaciones realizadas durante la primera mitad del siglo. Estuve en el archivo de EMI y ca¨ª de rodillas. Es un edificio feo, pero es el equivalente de la British Library o el Museo del Louvre¡±.
Estamos ante uno de los raros casos de figura del pop que no ha quedado estigmatizado por su contacto continuado con la llamada world music. ¡°No me gusta la etiqueta, aunque s¨¦ que inicialmente fue una genialidad que abri¨® un hueco en las estanter¨ªas de las tiendas f¨ªsicas. Para m¨ª, la m¨²sica es la lingua franca del mundo. Vas a Mali y el hecho de ser m¨²sico te abre muchas puertas. Y lo mismo aqu¨ª: vienen Songhoy Blues y hacen vibrar a gente que no sabe nada de lo que sufrieron en Tombuct¨² con unos fundamentalistas que prohibieron la m¨²sica¡±.
Eso nos lleva a uno de los misterios brit¨¢nicos: la gran pasi¨®n por la m¨²sica de sus habitantes. A Damon le cuesta encontrar una explicaci¨®n: ¡°Quiz¨¢s sea debido a que tenemos unos medios de comunicaci¨®n muy fuertes, con alcance nacional. Cualquier fen¨®meno reverbera en todo el pa¨ªs. As¨ª fue como la m¨²sica pop se convirti¨® en nuestro folk. Aparte, la m¨²sica nos ayuda a superar nuestro ensimismamiento, nuestra reserva emocional¡±.
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