Gustavo Torner: ¡°El hombre no puede vivir sin belleza¡±
El artista conquense, a punto de cumplir 90 a?os, protagoniza una retrospectiva y una exposici¨®n
Si hay algo que vale la pena es la cultura. Lo dice Gustavo Torner (Cuenca, 1925) que ha dedicado su vida a la b¨²squeda de la belleza a trav¨¦s del arte, aunque su formaci¨®n fuera la de ingeniero de montes. Su extensa obra art¨ªstica se ha desarrollado en ¨¢mbitos que van m¨¢s all¨¢ de lo puramente pl¨¢stico. Particip¨® junto a Fernando Z¨®bel en la creaci¨®n del Museo de Arte Abstracto de Cuenca (1925), realiz¨® los dise?os de las tiendas Loewe entre 1982 y 1994 (la primera en la Trump Tower de Nueva York), tiene decenas de esculturas monumentales en espacios p¨²blicos en Espa?a y en el extranjero, ha firmado escenograf¨ªas y figurines para incontables obras de teatro y suyos son los montajes m¨¢s espectaculares de las exposiciones de la Fundaci¨®n Juan March entre las d¨¦cadas de los 70 y 80. Ahora, a punto de cumplir 90 a?os (el 13 de julio), Torner protagoniza dos muestras: una retrospectiva en la catedral de su ciudad natal (Torner Entr¨®pico) y otra en la galer¨ªa madrile?a Fern¨¢ndez-Braso con piezas de todas sus etapas, incluida una realizada hace tres a?os.
Pregunta. ?Le gustan estas exposiciones-homenaje o le ponen nost¨¢lgico?
Respuesta. Me gusta verlas porque yo ya no tengo obra m¨ªa. Lo don¨¦ todo al Reina Sof¨ªa (561 piezas) y al Espacio Museo Gustavo Torner de Cuenca, cerrado desde 2011 porque el Ayuntamiento y la Junta cortaron las ayudas.
P. ?Siguen sin encontrar una f¨®rmula para reabrirlo?
R. Estamos en ello. Hay que encontrar una f¨®rmula jur¨ªdica que permita su reapertura sin que forzosamente vaya mi nombre por delante. Hay alguna salida, pero es mejor no adelantar nada porque se estropear¨ªa y lo ¨²nico que me preocupa a estas alturas de mi vida es que ese espacio se reabra. Llevo trabajando m¨¢s de 75 a?os y esa es mi ambici¨®n.
P. Por lo que se public¨® en su momento, los responsables eran el Ayuntamiento y la Junta de Castilla La Mancha, que decidieron dejar de colaborar...
R. Parece que Dolores (De Cospedal) es ahora m¨¢s favorable y est¨¢ interesada. Pero de verdad creo que la soluci¨®n es posible.
P. ?En cu¨¢nto podr¨ªamos valorar las obras donadas?
R. Dif¨ªcil calcular. No puedo dar una cifra. Eran 561 obras (54 pinturas, 338 dibujos, 112 grabados, 40 collages, 16 fotograf¨ªas y 1 escultura). Hay muchos coleccionistas de mi trabajo, pero al no estar en las subastas, no tengo una referencia clara.
P. ?Se arrepiente de haber hecho la donaci¨®n?
R. No. Pero s¨ª digo que me ha tra¨ªdo muchos disgustos. En origen, la idea surgi¨® de Miguel ?ngel Cort¨¦s, vecino m¨ªo, y por entonces secretario de Estado de Cultura. Con la donaci¨®n, se acordaba la creaci¨®n del Espacio Torner en Cuenca, con una parte de las obras donadas al Reina Sof¨ªa y nuevas aportaciones m¨ªas. Pero ya el sustituto de Cort¨¦s, Luis Alberto de Cuenca, empez¨® a poner objeciones desde un primer momento y aqu¨ª seguimos. Con todo empantanado. A otros artistas les ha ido mejor y tienen museos dedicados a su obra.
P. ?Se refiere a Mart¨ªn Chirino, por la Fundaci¨®n que acaba de inaugurar en Las Palmas?
R. Por ejemplo. Se lo merece. Pero a ver si se arregla tambi¨¦n lo m¨ªo en Cuenca.
P. ?Este pa¨ªs es desagradecido y poco respetuoso con sus artistas?
R. No quiero enfadar m¨¢s a la gente, pero a la vista est¨¢.
P. Nadie le puede negar el protagonismo que ha tenido en el arte de este pa¨ªs y el haber tratado con las personas m¨¢s relevantes del mundo del arte. ?C¨®mo conoci¨® a Fernando Z¨®bel?
R. Tomando cervezas en la plaza de San Marcos, en Venecia. Fue en 1962. Yo hab¨ªa sido elegido para representar a Espa?a en el pabell¨®n de la Bienal. All¨ª conoc¨ª a muchos artistas. Me hice muy amigo de Lucio Fontana, Gerardo Rueda, Eusebio Sempere y Manuel Momp¨®. La relaci¨®n con todos se mantuvo ya siempre, pero con Z¨®bel fue m¨¢s especial porque trabajamos juntos. Fui yo quien le anim¨® a montar el Museo de Arte Abstracto de Cuenca.
P. ?C¨®mo le recuerda?
R. Un gentleman. En mi vida he conocido a dos hombres aut¨¦nticamente cosmopolitas: Fernando Z¨®bel y Enrique Loewe. Z¨®bel era elegant¨ªsimo, con un ingl¨¦s de Harvard que hab¨ªa renunciado a la nacionalidad filipina para convertirse en un pintor espa?ol.
P. En Nueva York conoci¨® a los expresionistas abstractos.
R. Viaj¨¦ por primera vez a Nueva York en 1964, con Fernando Z¨®bel. A ¨¦l le abr¨ªan todas las puertas, fueran directores de bancos o de museos. Ten¨ªa un encanto que le hac¨ªa irresistible. En aqu¨¦l viaje conoc¨ª a Jos¨¦ Guerrero, un hombre tambi¨¦n muy encantador y capacitado para las relaciones. En viajes posteriores me hice bastante amigo de Robert Motherwell, de quien aprend¨ª que siempre hay que buscar la excelencia. Los artistas tenemos que buscar lo mejor, no conformarnos con cualquier cosa ni quedarnos en t¨¦rminos medios.
P. ?En esa b¨²squeda reside su concepto del arte?
R. He dicho siempre que el arte como concepto no figura entre mis creencias. Existen las obras de arte, que son objetos y que deben de ser bell¨ªsimos. As¨ª se lo dije en Cuenca a Alfred H. Barr, fundador del MoMA, durante una visita a mi casa de Cuenca. Le sorprendi¨®, pero lo entendi¨®. El hombre siempre ha buscado la belleza y eso es lo que le distingue de los animales. Mire esas cuevas prehist¨®ricas y no me diga que esos dibujos no son preciosos.
P. Para la Fundaci¨®n Juan March realiz¨® numerosos montajes en los a?os en que este era casi el ¨²nico espacio dedicado al arte contempor¨¢neo en Madrid.
R. Esa etapa la recuerdo con gran placer. Yo era asesor, de manera que participaba en la elecci¨®n del tema o del artista, y hac¨ªa unos montajes atrevid¨ªsimos para la ¨¦poca.
P. ?Recuerda alguna en especial?
R. La dedicada al estadounidense Joseph Cornell. Cada una de las 70 piezas ten¨ªa su propio microespacio, como un museo individual. Entrar en la exposici¨®n era como sumergirse en un mundo de belleza irrepetible.
P. Deduzco que a usted no le interesar¨ªan las exposiciones montadas a partir de documentos.
R. No. Me interesa la belleza de los objetos. Nunca har¨ªa exposiciones con piezas desagradables. Es otro mundo.
P. Sin trabajar en el estudio. ?Qu¨¦ vida hace?
R. El cierre del estudio coincidi¨® con problemas de salud y con la muerte de mis dos ¨²ltimas hermanas que viv¨ªan conmigo en este piso. Asisto a las reuniones de la Academia de Bellas Artes y veo a gente para intentar arreglar lo de Cuenca. Esa es mi vida.
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