Cuando Par¨ªs era mujer
Al albur de esos felices a?os de entreguerras, germin¨® el talento de mujeres de pelajes muy distintos
Nadie ignora que el Par¨ªs de las primeras d¨¦cadas del siglo XX fue la capital de las vanguardias, pero muchos no saben que estas se fraguaron al abrigo de un sinf¨ªn de sinergias femeninas sin las cuales no se entender¨ªan. Sinergias que en 1987 se ocup¨® por primera vez de desgranar la estadounidense Shari Benstock bajo el t¨ªtulo Mujeres de la Rive Gauche. Par¨ªs 1900-1940, un estudio muy aplaudido que public¨® aqu¨ª Esther Tusquets y que sigue siendo hoy imprescindible para entender ese periodo desde la rebeld¨ªa, es decir, sin acatar a pies juntillas su supuesta hegemon¨ªa masculina.
Al albur de esos felices a?os de entreguerras que tambi¨¦n, y tan bien, describi¨® Herbert Lottman, germin¨® el talento de mujeres de pelajes muy distintos, aunque muchas de ellas tuvieran en com¨²n su condici¨®n de norteamericanas: escritoras (Colette, Gertrude Stein, Djuna Barnes, Ren¨¦e Vivien¡), editoras (Nancy Cunard¡), pintoras (Romaine Brooks¡), periodistas (Janet Flanner, Solita Solano¡), fot¨®grafas (Gis¨¨le Freund), artistas polifac¨¦ticas como Mina Loy y tantas otras. Movida por el escenario iluminado por Benstock, a la neoyorquina Andrea Weiss le dio por recorrer la orilla izquierda del Sena y en el parisino distrito VI, de la rue Jacob al Caf¨¦ de Flore o la Brasserie Lip, hall¨® las trazas de esas aguerridas damas, cristalizando sus pesquisas en un jugoso documental dirigido por Greta Schiller.
El suyo fue un trabajo de historiograf¨ªa feminista no exenta de una notable carga l¨¦sbica, pues disc¨ªpulas de Safo fueron buena parte de las componentes de esos c¨ªrculos, siendo Weiss conocida tambi¨¦n como coautora, junto a Schiller, de Before Stonewall: The Making of a Gay and Lesbian Community, que de libro pas¨® a documental y le vali¨® un Premio Emmy. Ahora realiza el camino inverso convirtiendo el citado filme sobre las mujeres de la Rive Gauche en ensayo y da cauce literario a ese acervo de documentaci¨®n que ya hab¨ªa ¡°desclasificado¡± en Par¨ªs era mujer. Retratos de la orilla izquierda del Sena.
Un texto el suyo rico en revelaciones y matices al que incorpora reproducciones de piezas tan fascinantes como algunas de las cartas de rechazo a la publicaci¨®n de las obras cr¨ªpticas de Gertrude Stein, que los editores insist¨ªan en no entender, o las fotograf¨ªas del mago de Stratford-upon-Avon que presid¨ªan la Shakespeare and Company, regentada por la dadivosa editora del Ulises y cuya historia reconstruye Jeremy Mercer en La librer¨ªa m¨¢s famosa del mundo (Malpaso); una librer¨ªa que no hubiera sido posible sin el cheque de 3.000 d¨®lares que le madre de Sylvia le envi¨® en 1919, tambi¨¦n reproducido aqu¨ª.
A ese local de la rue de l¡¯Od¨¦on, lugar de cita obligada, se suman dos domicilios particulares transformados en caldo de cultivo de toda suerte de alianzas y proyectos: mientras la peculiar pareja formada por Alice B. Toklas y Gertrude Stein organizaba los s¨¢bados en su sal¨®n tertulias abstemias a base de t¨¦, Natalie Barney, apodada ¡°La Amazona¡±, gustaba de organizar teatrales y bien regados encuentros en los que no faltaban los s¨¢ndwiches de pepino, homenaje a su querido Oscar Wilde. Escribe la autora con gran punter¨ªa: ¡°Su Acad¨¦mie des femmes fue la respuesta a la Acad¨¦mie Fran?aise, la venerable y miope instituci¨®n que exclu¨ªa a las mujeres¡±.
Cabe mencionar que de esas idas y venidas ya dio cuenta como testigo privilegiada la periodista Janet Flanner en sus cr¨®nicas parisinas, publicadas en The New Yorker durante la friolera de cuatro d¨¦cadas. En ellas se adelant¨® a la hora de dejar constancia de que Par¨ªs no fue en aquellos a?os tan s¨®lo el reino de Picasso, Andr¨¦ Breton o Hemingway, sino tambi¨¦n una fuente de inmensa riqueza art¨ªstica en clave femenina. Lamentablemente la Historia arremeti¨® sin piedad contra la efervescencia cultural de la Ville Lumi¨¨re y Nueva York se aprest¨® a recoger el testigo. De ese ocaso habla Alan Riding en Y sigui¨® la fiesta. Entonces, algunos y algunas fingieron que los malos tiempos segu¨ªan siendo buenos para la l¨ªrica, como evidencia el carnet de miembro del Racing-Club de France que Natalie Barney renov¨® en 1939, mientras muchos se entregaron a la nostalgia. ¡°Dar¨ªa cuanto tengo, menos lo que Par¨ªs me dio, para volver a la ciudad tal como era entonces, por sentarme a la mesa del bistro, que apoyaba las patas de hierro en el serr¨ªn que soltaban las cestas de escargot¡±, escribi¨® Djuna Barnes en un doliente art¨ªculo escrito durante la ocupaci¨®n y dedicado a los a?os del esplendor donde tanto ella como otras damas sobradamente preparadas s¨ª fueron tambi¨¦n protagonistas de excepci¨®n.
Par¨ªs era mujer. Retratos de la orilla izquierda del Sena. Andrea Weiss. Editorial Egales. Madrid/Barcelona, 2014. 286 p¨¢ginas. 22,95 euros.
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