El hermetismo de Jos¨¦ Tom¨¢s en Aguascalientes
El torero, que vuelve hoy s¨¢bado a la plaza donde casi pierde la vida hace cinco a?os, prepara su cita alejado del ambiente taurino
Ser torero es vivir al l¨ªmite, disfrutar de cada instante y estar preparado para resolver cuando llega el momento. La temporada taurina propicia momentos de complicidad y compadreo, muchas noches de hotel y carretera con miedos compartidos que terminan por hacer pi?a.
Rodeado de la m¨¢xima expectaci¨®n, Jos¨¦ Tom¨¢s volver¨¢ este s¨¢bado al lugar donde hace cinco a?os estuvo a punto de perder la vida: Aguascalientes, en la Feria de San Marcos. La cita ser¨¢ a las seis de la tarde de M¨¦xico, una de la madrugada de Espa?a, en un mano a mano con un veterano que prob¨® suerte en Espa?a y se le encasill¨® con las ganader¨ªas m¨¢s duras, Eulalio L¨®pez Zotoluco.Los astados fueron de Fernando de la Mora y Los Encinos.
Con Jos¨¦ Tom¨¢s todo es imprevisible y sorprendente. Es dif¨ªcil adivinar si brindar¨¢ un toro al doctor Carlos Hern¨¢ndez, el jefe del equipo m¨¦dico que le asisti¨® en 2010. Eso ya lo hizo cuando consigui¨® volver a los ruedos, en Valencia, en julio de 2011. O si har¨¢ un gui?o, una referencia a los galenos, pero no se sabe cu¨¢l. Seguramente estar¨¢ detr¨¢s del mismo Rogelio P¨¦rez Cano, su m¨¦dico personal, que le acompa?a cada tarde, y le asesora en asuntos de inversi¨®n y beneficencia. No en vano es el patrono de su fundaci¨®n y portavoz en cada donaci¨®n o acto social. Hern¨¢ndez ha aprovechado para zanjar una pol¨¦mica que le ha acompa?ado desde el momento en que se temi¨® por la vida del diestro. Reconoce que el equipamiento en la enfermer¨ªa era mejorable, tambi¨¦n que volver¨ªa a actuar igual que lo hizo entonces.
En los aleda?os del coso, los puestecitos de feria recuerdan lo sucedido, libros, afiches que conmemoran la vuelta el torero y una gran pancarta que cubre la torre donde se excava la puerta grande promociona un libro: Di¨¢logo con Navegante
Las v¨ªsperas de esta cita fueron entre el ruido de la gente y el silencio del torero. Durante la larga semana de feria de Aguascalientes, el serial m¨¢s relevante de la Am¨¦rica taurina, el clan de los toreros mortales se entretuvo en jugar una pachanga futbolera en el campo del Necaxa, un equipo que compite en el equivalente a la Segunda Divisi¨®n. Se trataba de una nueva edici¨®n del cl¨¢sico solteros contra casados, bajo el t¨ªtulo nacionales contra espa?oles. Al final del encuentro, que ganaron los aztecas con hermanos Adame, Fabi¨¢n Barba y Mario Aguilar al frente, hasta se atrevieron a inmortalizar el momento Morante, Talavante y el hidroc¨¢lido Adame con un palo selfie propiedad de este ¨²ltimo. Jos¨¦ Tom¨¢s no estaba invitado, ni se les esperaba. Vive al margen del ambiente taurino. Su hermano Andr¨¦s, mozo de espadas, se ha convertido en su ¨²nico nexo con los que no forman parte del entorno m¨¢s pr¨®ximo. ?l se encarga de proveer de entradas a los compromisos del hermano mayor. El cuartel general de los Rom¨¢n Mart¨ªn est¨¢ en el hotel Francia, lejos del Alameda, lugar donde se jug¨® el tercer tiempo del partido de f¨²tbol, un lugar convertido en embajada espa?ola, espect¨¢culo de flamenco incluido cada noche. Jos¨¦ Tom¨¢s ha pasado de puntillas por la ciudad.
Entre los primeros que llegaron para ver al mito est¨¢n el ganadero ?lvaro Domecq, exponente de la dinast¨ªa jerezana y criador de los encastados Torrealta, as¨ª como Borja Prado, presidente de Endesa. El fil¨®sofo franc¨¦s Francis Wolf imparti¨® su en¨¦sima conferencia sobre la ¨¦tica del toreo. En primera fila de sombra se esperaba a Rafael Herrer¨ªas, el otrora temido guardaespaldas de Manolo Mart¨ªnez, el ¨²ltimo gran torero de M¨¦xico, y empresario del embudo de Insurgentes durante dos d¨¦cadas.
Juli¨¢n L¨®pez El Juli, capit¨¢n general del establishment taurino, hace el pase¨ªllo hoy domingo. Esto no evita que, como en cada ocasi¨®n que torea con Jos¨¦ Tom¨¢s, busque un lugar en el callej¨®n para tomar apuntes. A Juli le pasa como a Salieri con Mozart, estaba llamado a marcar una ¨¦poca, hasta que un genio se cruz¨® en su camino y empa?¨® su trayectoria.
Del fat¨ªdico d¨ªa de la cornada a Jos¨¦ Tom¨¢s se recuerda a un chaval rubio que se apresur¨® a taponar la herida por el callej¨®n. Tambi¨¦n repite ubicaci¨®n en el reencuentro. Era Alberto Elvira, el actual apoderado de El Payo, compa?ero de Jos¨¦ Tom¨¢s en las primeras tardes de novilladas sin caballos en la sierra de Madrid, uno de los pocos amigos dentro del mundo. Todos los recuerdos de aquella ¨¦poca en que solo jugaban al toro se desvanec¨ªan en su mente. ?l, que vivi¨® la pesadilla del reguero de sangre, sab¨ªa lo que estaba viendo. En el 98 una cornada cort¨® su incipiente carrera como matador.
En los aleda?os del coso, los puestecitos de feria recuerdan lo sucedido, libros, afiches que conmemoran la vuelta el torero y una gran pancarta que cubre la torre donde se excava la puerta grande promociona un libro: Di¨¢logo con Navegante, el toro que le hiri¨®. Seguramente, una conversaci¨®n que preferir¨ªa no tener, pero que le ha cambiado la vida.
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