Jos¨¦ Tom¨¢s se exhibe en Aguascalientes
Triunfo incontestable en su reaparici¨®n cinco a?os despu¨¦s del percance que estuvo a punto de costarle la vida
Pollo Querido, un nombre horroroso para un toro que propici¨® el mejor toreo de Jos¨¦ Tom¨¢s. Una rareza que no era fortuita. El ganadero decidi¨® que era una gran ocasi¨®n para celebrar el exitoso trasplante de h¨ªgado de un taurino conocido, el Pollo Torres Landa. Con ese astado Jos¨¦ Tom¨¢s volvi¨® a regalar una de sus faenas para el recuerdo. Completa de principio a fin, un animal, bien hecho, entregado y noble que propici¨® una versi¨®n deliciosa del mito. El diestro, imaginativo con el capote, en un quite por delantales y tafalleras en los medios, volvi¨® a ser fiel a su estilo. Tom¨® la muleta y se fue a los medios. All¨ª cit¨® al toro, todav¨ªa cerrado en el tercio, a pies juntos para dar cinco pases por alto sin perder un paso, sin corregir, sin una sola concesi¨®n. No hab¨ªa dudas, era el mismo.
Tras una tanda de derechazos, se ech¨® la muleta a la izquierda para deleitarse con la pureza que acostumbra. Uno, otro, y otro. De pronto irrumpi¨® un grito, ?Viva Aguascalientes!, al un¨ªsono. Era la celebraci¨®n de que el toreo volv¨ªa a ser sue?o, como cuando Navegante estuvo cerca de segar su vida. Se fue sin dudarlo a por el estoque, y en la suerte natural recet¨® una estocada hasta la empu?adura. El astado, cay¨® a sus pies. Arrastre lento para el toro.
Plaza de toros de Aguascalientes. Lleno de "no hay billetes".
Toros de Fernando de la Mora, primero y cuarto premiados con arrastre lento, y quinto) y de Los Encinos. Eulalio L¨®pez ¡°Zotoluco¡±, ovaci¨®n, ovaci¨®n y silencio. Jos¨¦ Tom¨¢s, oreja, dos orejas y vuelta tras petici¨®n.
La verdadera exhibici¨®n y el momento m¨¢s emotivo lleg¨® en el sexto. Todo un alarde de generosidad en un torero que ya no necesita alardes. ¡®Oye Poco¡¯, bien presentado y con motor, descabalg¨® a Ignacio Mel¨¦ndez, excelente picador, que supo medir el castigo y recibi¨® con deportividad un costalazo. El matador quer¨ªa dejar crudo al astado a pesar de que ¡®la leona¡¯, la agresiva puya mexicana, le quitase picante. Para eso ya ten¨ªa su muleta dominadora.
Tras brindar a su pe¨®n de confianza desde hace casi 20 a?os, Miguel Cubero, hermano del llorado ¡®Yiyo¡¯, que se retir¨® esta tarde, se fue al tercio, dobl¨® la rodillo y comenz¨® el recital. Hasta cinco ayudados sometiendo la embestida. De ruda a dulce, el milagro estaba hecho. A partir de ah¨ª, hasta que el toro dijo basta y busc¨® las tablas, Jos¨¦ Tom¨¢s hizo el toreo que parece teledirigido, como si tuviera un mando de Playstation por muleta y el toro fuese una marioneta. Lo trajo y lo llev¨® a su alrededor, sin probaturas, siempre cruzando, citando con pureza y rematando detr¨¢s de la cadera. Un monumento. Fue, quiz¨¢ la mejor labor de la tarde, la m¨¢s t¨¦cnica, la m¨¢s meritoria, la m¨¢s valiente, pero la menos comprendida por la plaza.
Con Guantero, el primero de su lote, estuvo por encima de un animal que se colaba en exceso por el pit¨®n izquierdo, al que consinti¨®. Cort¨® una oreja, merecida, pero fue solo el aperitivo para el despliegue que vino a continuaci¨®n.
Imaginativo con el capote, en un quite por delantales y tafalleras en los medios, volvi¨® a ser fiel a su estilo
Eulalio L¨®pez "Zotoluco" cumpli¨® su papel. Puso voluntad, entrega y demasiadas cercan¨ªas. Tuvo el mejor lote, pero se fue de vac¨ªo. ?l mismo sab¨ªa que no era su tarde, que el protagonista era otro, pero mantuvo el orgullo patrio. En el quinto brind¨® a Alberto Bailleres, magnate en barrera, custodiando el capote de paseo con la Virgen de Guadalupe de Jos¨¦ Tom¨¢s, y empresario de la plaza. Era su manera de decir gracias por formar parte de una tarde hist¨®rica.
La expectaci¨®n era m¨¢xima. Dos horas antes del comienzo del festejo los tendidos esperaban al ¨ªdolo. Mariachis amenizando una espera, sol de justicia. Mereci¨® la pena.
Dos horas despu¨¦s, la exaltaci¨®n no se apagaba. Abrazos a extra?os, compa?eros de un viaje emocional con los que se promete volver a encontrarse con Jos¨¦ Tom¨¢s como excusa. El desgaste era colectivo, demasiadas sensaciones en muy poco tiempo. El mito sigue vivo. Es el mismo. El valor no se fue por los agujeros. Ahora, a esperar fecha para una nueva peregrinaci¨®n. Jos¨¦ Tom¨¢s mantiene intacto su valor.
"Esta tierra me ha hecho volver a vivir"
Habla con su capote y su muleta, Jos¨¦ Tom¨¢s apenas se pronuncia. Hizo una excepci¨®n en una radio local antes de salir a hombros de la plaza: "Quiero darle las gracias a Aguascalientes, porque esta tierra me ha hecho volver a vivir y volver a sentirme vivo. Muchas gracias, de coraz¨®n. Me siento hidroc¨¢lido y me siento mexicano". El torero de Galapagar no dijo nada m¨¢s. Tampoco se sabe cu¨¢l ser¨¢ su pr¨®xima cita, ni adonde ser¨¢ la peregrinaci¨®n de los aficionaos. As¨ª es este h¨¦roe contempor¨¢neo.
El diestro madrile?o pasa la mitad del a?o en una ciudad que fue creada para evitar el saqueo de las diligencias que llevaban la plata de las minas a los orfebres. Aqu¨ª debut¨® Jos¨¦ Tom¨¢s como novillero en 1994 y aqu¨ª pasa inadvertido como un vecino m¨¢s.
Jos¨¦ Tom¨¢s gusta, tambi¨¦n, por su callada rebeld¨ªa. No hay concesiones ni reverencias. En Espa?a no dedica su labor al Rey, por m¨¢s que lo marque el protocolo. En su reaparici¨®n del pasado s¨¢bado (madrugada del domingo en la Espa?a peninsular) pudo haber elegido a alg¨²n magnate local al que rendir pleites¨ªa. No hubo lugar. Un brindis al p¨²blico y otro a su pe¨®n de confianza, que se jubilaba despu¨¦s de casi 20 a?os a su lado, fue todo. La faena de las dos orejas no se la ofreci¨® a nada ni a nadie. O mejor a todos los que estaban. Tan solo Alberto Bailleres, empresario de la plaza, uno de los hombres m¨¢s ricos del mundo, custodi¨® su capote de paseo de motivos aztecas y con la Virgen de Guadalupe.
Dos horas antes del comienzo del festejo, los tendidos, en su mayor¨ªa localidades sin numerar, ya estaban llenos. Sus mariachis amigos, con los que se arranca a cantar de cuando en cuando en la intimidad de una fiesta entre amigos, se encargaron de amenizar la espera.
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