Sonrisas refugiadas
Iv¨¢n Prado y Pepe Viyuela hablan del papel de los payasos en el festival de cine FiSahara
La risa y la alegr¨ªa tambi¨¦n llegan al desierto, no todo va a ser cine en el FiSahara (Festival Internacional de Cine del S¨¢hara). Muchos artistas dedicados a las artes esc¨¦nicas, circenses y el clown de varios pa¨ªses comparten sue?os en un hermoso proyecto conocido como Pallasos en Rebeld¨ªa, con doble ele en vez de y griega, por ese car¨¢cter rebelde y por el origen de su fundador, el gallego Iv¨¢n Prado. Para Prado es la cuarta vez que acude al FiSahara. Este a?o se ha unido a la expedici¨®n de la sonrisa un payaso de lujo, el c¨®mico Pepe Viyuela, que a su vez forma parte del colectivo Payasos sin Fronteras.
En mitad del desierto del S¨¢hara, a m¨¢s de 40 grados bajo un sol abrasador, ambos payasos intercambian impresiones sobre la resistencia que mantiene el pueblo saharaui en un lugar tan inh¨®spito en defensa de su derecho a la autodeterminaci¨®n. Y el valor que una sonrisa puede tener en un lugar donde apenas llegan m¨¢s visitantes del exterior que los que cada a?o participan en el festival de cine.
"En un lugar as¨ª, donde la humanidad se juega su futuro y su dignidad, la risa es m¨¢s que necesaria, es esperanza", dice el gallego, y Viyuela corrobora: "La risa es algo m¨¢s que un articulo de lujo, es una especie de salvavidas. Parece que donde hay conflicto no cabe la risa y, sin embargo, es la herramienta para la convivencia, que permite incluso autocriticarse. Puede ser la luz para la larga traves¨ªa que el pueblo saharaui vive desde hace tanto tiempo. La luz que te permite una sonrisa ante una situaci¨®n injusta".
Viyuela y Prado reflexionan sobre si, en situaciones desesperadas, antes son preferibles la metralletas que las risas, y ambos quieren pensar que no. Sostiene Prado, parafraseando al poeta, que "la risa es un arma cargada de futuro", y Viyuela no pierde la esperanza de que las armas dejen de triunfar alguna vez.
"La risa es el alimento del alma, de la esperanza que te hace creer en la utop¨ªa y que el ma?ana puede ser mejor. Y aunque al final lleguen aqu¨ª las armas, la risa seguir¨ªa siendo necesaria para parar la estupidez del ser humano. El payaso es el espejo que te recuerda que toda la humanidad es est¨²pida, porque si no fuera est¨²pida, no habr¨ªa monarqu¨ªas, ni ej¨¦rcitos, ni guerras, ni polic¨ªas, ni muros de la verg¨¹enza. Reconocer tu estupidez, te libera a ti y libera a la gente y a la humanidad. El mejor alegato contra Hitler lo hizo Charles Chaplin con El gran dictador. Re¨ªrnos del poderoso es una manera de tumbarlo, re¨ªrnos del muro de Palestina o del S¨¢hara, es una manera de tumbarlo, aunque solo sea simb¨®licamente en tu interior¡±, dice Prado casi con tono de arenga, aunque con la voz arenosa por tantos d¨ªas de polvo sahariano.
Prado fund¨® Pallasos en Rebeld¨ªa en 2004 en la sierra de Lacandona (M¨¦xico), junto a un grupo de amigos que hab¨ªan ido a participar en la marchas ind¨ªgenas mexicanas: "Vimos que el payaso era una especie de escudo humano de la libertad, la libertad que ten¨ªamos de re¨ªrnos incluso bajo las bombas, como les pasaba a los ni?os en la franja de Gaza". Desde que fueron a apoyar la caravana chiapatista, Iv¨¢n recuerda que con su proyecto ya ha actuado en tres continentes: R¨ªo de Janeiro, en muchas ciudades de Espa?a y varias veces m¨¢s en Palestina. Pallasos en Rebeld¨ªa es la organizadora de FestiClown, uno de los festivales m¨¢s peculiares, e importantes, del mundo centrado en las artes esc¨¦nicas y el circo.
Pero ?se r¨ªen de las mismas cosas los ni?os de distintas partes del mundo que viven en situaciones de conflicto? "Puede haber m¨ªnimas diferencias en lo que tengas que hacer para conseguir esa sonrisa, pero al final la risa es la misma", a?ade Viyuela. "El payaso es el adulto que de pronto no lleva armas, y los ni?os le admiran, le quieren tocar, verle hacer esas locuras. Los ni?os son siempre limpios, creo que si los ni?os gobernaran no habr¨ªa estos conflictos".
El pallaso con elle cree que, "aunque haya que cambiar el gag, los ni?os se r¨ªen de la misma mirada en la que tu pones la luz". Hay, al parecer, un ritual m¨¢gico en ese cruce entre la mirada de un payaso y la de un ni?o. "Ah¨ª ves reflejada la humanidad, y ese cruce se convierte en una danza, en un vals, pues al final el payaso no es otra cosa que un cham¨¢n de la risa".
En el barrac¨®n donde los dos payasos hablan de la risa en mitad de desierto, sigue el calor asfixiante y al fondo se escucha los borbotones del t¨¦ hirviendo en el peque?o hornillo de carb¨®n. Contemplando el rito del t¨¦ saharaui, Prado explica que "el payaso es esa figura que recuerda que las cosas no son tan serias, que esto que llamamos sociedad no es tan real, no es tan importante, no es tan r¨ªgida. Una ca¨ªda c¨®mica, un tartazo vuelve a colocarnos en ese lugar donde todo es posible".
No es solo la situaci¨®n concreta lo que le hace a Iv¨¢n Prado venirse arriba reflexionando sobre su trabajo sino tambi¨¦n el recuerdo de sus experiencias anteriores: ¡°En la sierra de Lacandona, con gente que no habla castellano sino maya, y tiene otra cosmovisi¨®n, en los campamentos de refugiados que llevan aqu¨ª cuarenta a?os olvidados como un barco de piedra varado en la arena, como en la favelas de R¨ªo, donde se oyen los disparos cerca¡ al final un payaso y un ni?o son dos seres humanos que se contactan, y que te recuerdan que la humanidad es una gran red como esa membrana que rodea el coraz¨®n".
Viyuela ejerce de periodista y le pregunta a Iv¨¢n por qu¨¦ cree que los saharauis les necesitan. "?Servimos para algo aqu¨ª, Iv¨¢n?".
"Estoy aqu¨ª porque amo a los saharauis. Como payaso recibo y aprendo mucho de este pueblo, como en otros lugares de injusticia que tienen hambre de cultura. Creo que somos rebeldes porque el pueblo nos invent¨® para re¨ªrnos de los poderosos".
Surge al final la pregunta de que, adem¨¢s de la risa, qu¨¦ m¨¢s pueden hacer por el pueblo saharaui dos payasos como ellos: "Seguir denunciando a Marruecos y la complicidad de los gobiernos europeos", dice Iv¨¢n. Iv¨¢n concluye: "Estamos so?ando cosas nuevas, ir a los territorios ocupados y actuar clandestinamente; a los territorios liberados tambi¨¦n. Queremos dar cursos de formaci¨®n de artes circenses a los saharauis, actuar con ellos, dejar una semilla para que el d¨ªa de ma?ana haya payasos saharauis que cuenten sus historias, y que act¨²en por todo el mundo para que se conozca su situaci¨®n y se luche contra ella".
Y ah¨ª se quedan los dos payasos, confiando que esa semilla fermente y la sonrisa deje de ser refugiada.
Babelia
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