Contra el dogma digital
Desde el inicio de la crisis arrecian las voces cr¨ªticas con el utopismo cibern¨¦tico. Desde el lado de la filosof¨ªa, como Byung-Chul Han, o desde el de la Red, como Jaron Lanier
En su Breve historia del neoliberalismo, David Harvey recordaba la conexi¨®n entre la ideolog¨ªa mercantil ¡ªque entiende los precios como un mecanismo de transmisi¨®n de informaci¨®n y, as¨ª, de coordinaci¨®n social¡ª y la centralidad simb¨®lica que han alcanzado las telecomunicaciones en la cultura global contempor¨¢nea. En coherencia con esta tesis, desde el inicio de la crisis econ¨®mica se ha producido un incremento significativo de las intervenciones dirigidas a atacar los dogmas centrales del utopismo digital. Los textos de Byung-Chul Han y Jaron Lanier, muy diferentes en contenido y forma, convergen en este terreno cr¨ªtico, a¨²n agreste y poco urbanizado y, por eso mismo, vigorizante.
Jaron Lanier fue un miembro destacado de las comunidades de programadores que en los a?os ochenta del siglo pasado sentaron las bases t¨¦cnicas de los usos actuales de las tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n. Se dio a conocer al gran p¨²blico en 2011, con su primer ensayo, Contra el reba?o digital, en el que alertaba de c¨®mo la cultura digital hegem¨®nica ¡ªdominada por las met¨¢foras en torno a la Red y la mente colmena¡ª est¨¢ generando din¨¢micas gregarias que nos impiden emplear la inmensa capacidad tecnol¨®gica de la que disponemos para afrontar grandes retos sociales y pol¨ªticos.
Lanier denuncia la concentraci¨®n de poder y dinero en torno a unos pocos actores empresariales, como Google o Facebook
En ?Qui¨¦n controla el futuro?, Lanier trata de avanzar en las dimensiones propositivas de su cr¨ªtica. Su punto de partida es la denuncia de la concentraci¨®n de poder y dinero en torno a unos pocos actores empresariales, como Google o Facebook, que denomina ¡°servidores sirena¡±. La estructura distribuida de Internet y la gratuidad de los servicios que ofrecen estas empresas ha disimulado, y nos ha llevado a tolerar, su desmesurada capacidad de influencia, basada en una potencia de c¨¢lculo infinitamente mayor que la de los usuarios individuales. Internet es neutral, la capacidad de gesti¨®n de la informaci¨®n, no.
La centralidad de los servidores sirena en el contexto de una revoluci¨®n digital de la econom¨ªa ¡ªun proceso que Lanier considera ya en marcha¡ª estar¨ªa teniendo efectos catastr¨®ficos. De hecho, ese ser¨ªa el origen de la creciente polarizaci¨®n social, la destrucci¨®n de empleos y el deterioro de las condiciones de vida de la clase media. Frente a la concentraci¨®n de poder de las grandes compa?¨ªas, las estrategias de resistencia de los ciberactivistas tradicionales, como el desarrollo colaborativo de herramientas de software libre, resultar¨ªan insuficientes. Lanier cree que m¨¢s bien se hace necesaria una reestructuraci¨®n completa del entorno digital, tanto t¨¦cnica como social e institucional, que permita una estrategia de redistribuci¨®n de los beneficios mediante contribuciones infinitesimales de quienes se benefician de la informaci¨®n. Por ejemplo, cada vez que un coche autoconducido de Google use los datos generados en un trayecto, deber¨ªa pedir autorizaci¨®n al conductor y pagarle por ello. La destrucci¨®n creativa digital quedar¨ªa as¨ª compensada por procedimientos tecnol¨®gicos de microrredistribuci¨®n.
Frente a la concentraci¨®n de poder de las grandes compa?¨ªas, las estrategias de resistencia de los ciberactivistas tradicionales resultar¨ªan insuficientes
Uno de los aspectos m¨¢s interesantes de ?Qui¨¦n controla el futuro? es, en realidad, un elemento marginal de la argumentaci¨®n de Lanier: su dimensi¨®n etnogr¨¢fica. Lanier describe Silicon Valley como una secta contracultural habitada por millonarios soci¨®pa?tas con una conexi¨®n tangencial con la realidad; anarcoliberales fan¨¢ticos del new age convencidos de la urgencia de privatizar las v¨ªas p¨²blicas y de que alcanzar¨¢n la inmortalidad gracias a un software novedoso. Los amos del mundo padecen una intoxicaci¨®n metaf¨ªsica m¨®rbida.
Esa es, seguramente, la raz¨®n de que los textos de Byung-Chul Han, un heideggeriano de izquierdas con una capacidad comunicativa poco frecuente por esos pagos filos¨®ficos, tengan una extra?a congruencia con la propuesta de Lanier, mucho menos refinada. La ontolog¨ªa de la inmanencia resulta curiosamente eficaz para criticar la teolog¨ªa tecnoliberal, la mistificaci¨®n de nuestra existencia cotidiana a trav¨¦s del mercado y la Red. En el enjambre y Psicopol¨ªtica son desarrollos coherentes de los trabajos previos de Han, La sociedad de la transparencia y La sociedad del cansancio. Para Han el capitalismo contempor¨¢neo se caracteriza por una nueva forma de sometimiento basada en el exceso de positividad, una forma de autoexplotaci¨®n a la que acompa?a un sentimiento de libertad y que alcanza su paroxismo en el espacio digital. En la Red, la hipertrofia comunicativa impide la constituci¨®n de una identidad colectiva, solo hay yoes de consumidores transparentes que se exponen a un nuevo pan¨®ptico mucho m¨¢s opresivo que el tradicional porque est¨¢ basado en la exposici¨®n voluntaria de sus moradores. La t¨¦cnica de poder del r¨¦gimen neoliberal no es prohibitoria, protectora o represiva, sino prospectiva, permisiva y proyectiva. As¨ª, habr¨ªamos pasado de la biopol¨ªtica a la psicopol¨ªtica.
Uno de los aspectos m¨¢s interesantes de ?Qui¨¦n controla el futuro? es, en realidad, un elemento marginal de la argumentaci¨®n de Lanier: su dimensi¨®n etnogr¨¢fica
Los textos de Lanier y Han coinciden en emplear un tono futurista, repleto de neologismos, para plantear propuestas m¨¢s bien tradicionales. Lanier desarrolla una cr¨ªtica convencional de la concentraci¨®n monopolista y de las limitaciones del paradigma schumpeteriano. Han reivindica un comunitarismo vinculado a los valores lentos de la tierra y el campesinado, cercano al ¨²ltimo Heidegger. Del mismo modo, ambos coinciden en presentar sus propuestas en t¨¦rminos profundamente acontextuales. Lanier escribe como si el keynesianismo pudiera resumirse en un protocolo de computaci¨®n y tuviera una relaci¨®n anecd¨®tica con las brutales luchas pol¨ªticas que rodearon su implantaci¨®n hist¨®rica. Leyendo a Han parece como si la tecnopol¨ªtica neoliberal fuera un episodio de la historia de la metaf¨ªsica como olvido del ser. En ambos casos el capitalismo resulta sospechosamente plano, privado de relieve sociol¨®gico, hist¨®rico o institucional.
Psicopol¨ªtica. Byung-Chul Han. Traducci¨®n de Alfredo Berg¨¦s. Herder. Barcelona, 2014. 128 p¨¢ginas. 12 euros.
En el enjambre. Byung-Chul Han. Traducci¨®n de Ra¨²l Gab¨¢s. Herder. Barcelona, 2014. 128 p¨¢ginas. 12,90 euros.
?Qui¨¦n controla el futuro? Jaron Lanier. Traducci¨®n de Marcos P¨¦rez S¨¢nchez. Debate. Barcelona, 2014. 461 p¨¢ginas. 23,90 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.